Condenado a muerte. Condenado a Vida

Quería hacer otra reflexión de esas chorras que yo suelto a cuenta de los atentados de Barcelona y de Cambrils, y de cómo en el Reino ha entrado la pena de muerte por la puerta de atrás, aplaudida por doquier, y ejecutada por la policía del Estado Catalán. Ahora mismo es cubierta de flores, gracias a que desde Felip Puig "El Hombre del Bate", y antes de él, se popularizó un modo de hacer y actuar, muy cuestionable (1).

En resumen. Han matado a una serie de terroristas, que resulta que uno de ellos cumplía años el día del atentado: 18 años. Otros tenían 18, 24, 21, 22, 19.  El que murió manipulando explosivos tenían 22. Y el clérigo que predicaba y hacía de dirigente, y que también ascendió a los cielos mientras preparaba las bombas, 45 años. Por edad, en el plano militar, eran soldaditos de remplazo, un cabo y un sargento chusquero.

Tras el explotío del chalet, lejos de mostrar desconcierto, los supervivientes tomaron la iniciativa. Siguiendo instrucciones de personas muy longevas que no mueren jamás, se vistieron simulando que portaban cartucheras con explosivos. 

Los que les educan de ese modo, bien seguros en alguna parte, lo hacen para que no puedan o no se les ocurra huir. No quieren que sobrevivan porque de esa manera justifican ante su público, que esto es una guerra en la que no se toman prisioneros. Si la policía les cogiese con vida, sería una gran decepción para los que organizan esos atentados. Así que, o bien les ponen bombas de verdad, o si andan cortos de explosivos, simulan tenerlas, sabedores de que de ese modo, ni dios se les acercará.

Los mariscales lo tienen claro: tómense a unos chavales; se les cuenta que son starships troopers y que irán al cielo en una misión muy importante; que el objetivo es reinstalar un califato feudal; que Dios estará muy complacido si matan a un montón de infieles; y que después tienen que morir como buenos soldados de la yihad, o de lo que sea.

Y del otro lado, nuestras tropas, que tienen manos libres. Y no para llamar por teléfono. Con lo cual la sintonía entre dirigentes terroristas y gobernantes constitucionales, es formidable (2). Unos quieren que sus soldados bisoños mueran para no dejar pruebas, arrepentimientos ni rastros y tener unos cuantos mártires más en catálogo; y los nuestros les dan gusto aprobando las ejecuciones, que son aclamadas por las masas. Un éxito de montones de años de propaganda, a través de declaraciones públicas, películas americanas y hechos consumados.

En resumen: que la terrible célula estaba compuesta por criaturas inexpertas a las que un fanático maduro les había dado el siguiente sentido a sus vidas: morir. Dar sentido, contenido, objetivo a la vida, es muy importante. Comprender que el sentido de la vida de cualquiera es la muerte, es un descubrimiento impactante. Y pasar a la historia, hace que los pobres niños, tengan que estudiarlos en clase junto a Atila, Carlomagno y Fernando de Aragón.

Yo propongo lo siguiente para desbaratar esta locura: cogerlos con vida. Que la policía se arriesgue, joder, ¿no son héroes y todo eso?, y que en vez de matarlos de lejos, les cerque, les reduzca, y les capture. Medios tienen. Las ventajas son evidentes. 

De un lado se consiguen informantes de categoría para entender qué les ha pasado; de otra parte, se les da una oportunidad a los terroristas para redimirse, para darse cuenta de lo que han hecho, lo cual les dejaría muy desconcertados: ¿Decían que me matarían y sigo con vida? ¿Por qué?… Pues porque, oh pedazo de cretino, no eres un soldado, esto no es una guerra, no eres más que un civil, y has sido condenado a vivir; en tercer lugar, se desbaratan las intenciones, discursos y objetivos de sus dirigentes, y de los nuestros también: no hay soldados. Sólo dolor, y víctimas. Pero menos víctimas de las que hay ahora mismo.

No voy a hablar en contra de la pena de muerte, porque ya hay bastante jurisprudencia escrita al respecto. Sí quisiera mandar un mensaje a quien lea esta gilipollez que escribo: esos jóvenes, podrían haber sido hijos tuyos. Tal vez no en una yihad. Pero sí que en otros ámbitos, pueden acabar haciendo cosas muy malas. Y no te gustaría nada, que les persiga la jauría (3) y les abata. Oye, se está convirtiendo en moda.

He hablado de posibilidad de redención. Una sociedad que muestra piedad y que hace esfuerzo para rescatar a uno de sus miembros del pozo de mierda en que se ha metido, es una sociedad racional, sana. Hay una oportunidad para renunciar a la parte oscura, y adquirir la esencia de lo humano (4): el alma que a través del perdón salva a ambas partes (5). En cambio una sociedad que aplaude ejecuciones públicas, ¿qué es?. 

Pues es una sociedad insensible, en la que nos preparan para que el día de mañana, nuestros gobernantes nos metan en una guerra de la que no podamos salir. Nos enseñan la puerta abierta resplandeciente, nos piden que aportemos sangre, dinero y gente, nos dicen que vamos a ganar… ¿Qué? ¿A quién cojones tenemos que vencer? ¿Quiénes mueven nuestros hilos?

Joven kamikaze: tras la puerta abierta, no hay más que oscuridad. Por el poder que yo me otorgo, yo te condeno a vida.

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NOTAS
(1) Debido a que no quiero que me metan un multazo de 600 euros por la libertad de expresión, permito que cada cual piense lo que quiera al respecto de lo que digo, y lo adorne como prefiera. Zoy inosente zu zeñoría.

(2) Tras largas elucubraciones y estudios, he llegado a la conclusión de que cualquier gobernante por encima de concejal de cultura, tiene un punto de serial killer, que se desarrolla más y más a medida que asciende en el escalafón.


(3) Conjunto de quienes persiguen con saña a una persona o a un grupo.
 2ª Acepción del DRAE.

(4) La esencia humana no se sabe cuál es. Esperemos que sea el perdón, sin demasiada o sin ninguna esperanza de que así sea.


(5) Toma castaña. Hay que ver las cosas que se me ocurren.

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