La diferencia entre anarquistas y sindicalistas

¿Que en qué se diferencian? Pues en la cuestión del deseo y de la acción. Un o una anarquista es una persona que está en contra de todo tipo de dominación (1), y aspira a no mandar, y a no obedecer. Su definición parte de ese deseo, y es uno mismo quien lo decide. Nadie puede oponerse a esa afirmación performativa. O sea, que cuando uno o una afirma "soy anarquista", lo es, aunque los demás opinen que "no lo es", por incumplir no sé cuál precepto. 

Yo soy de esta opinión, porque si yo declarase solemnemente que "un anarquista que come jamón y vive de sus padres, no es un anarquista", no estaría más que señalando a los demás lo que deberían hacer para meterse en mi selecto club. Y eso, a mí al menos, me resulta insoportable. Por no decir que nadie me haría ni puto caso.

Entonces, ¿cuál es la diferencia con un sindicalista? Pues básicamente y en todas partes, lo que diferencia al anarquista del sindicalista, es que el oficio sindical, es algo práctico y difícil. Haz la prueba, vete a la plaza del pueblo, con un cartel que ponga: "soy sindicalista" y quédate quieto, no hagas nada. A la media hora empezará a llegar gente a contarte su rollo, tal vez mirando a todas partes con gesto de sospecha. Sigue sin moverte, sin hablar, y te espetarán: "¡Pues menuda mierda de sindicalista eres, que no me puedes arreglar una paga vitalicia". En cambio di "soy anarquista", y quédate como Buda una semana entera. Indiferencia absoluta. Todo lo más, se te encogen de hombros y siguen paseando al perro, que lo mismo en la pausa contemplativa se te meó encima.

Los sindicalistas, esto es así desde que el capitán Ned Ludd destruyó la primera máquina, se definen por su actividad. Redistribuyen, interpretan, proponen, visitan, investigan, espían, analizan, conocen, responden, discuten, negocian, deciden, amedrentan, pelean, estudian, muestran, despejan, derriban, agrupan, catalizan, hablan, cuentan, saben, señalan, son señalados y funcionan con mil verbos de movimiento. Cuando entran en conflicto con la patronal enseñan a los trabajadores que los opresores no son invulnerables, que pierden la chulería cuando se les enseña la Fuerza. Sindicalistas contradictorios, imperfectos, desacomplejados, entran en la batalla, porque es en ella donde se produce el impredecible resultado, y donde se gana y se pierde.

¿Que los actuales sindicalistas no son como los describo? Pues no sé… Yo veo a los que si van de ese palo. Pero aún cuando no sea así, recuerda siempre este consejo: no te fijes tanto en lo mal que actúan los demás. Procura –en cambio– mostrar lo bien que tú lo haces. Y lo mismo de ese modo te conviertes en un sindicalista de los buenos, en el día que pierden los malos.

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NOTA

(1) A mí, por joder, me gusta llamar a los anarquistas, "adoministas". Por confundir.

 

 

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