Lucha de clases en la actualidad.

Grupo Libertario Vía Libre

La lucha de clases es una realidad intersubjetiva que vemos, comemos y oímos todo el tiempo.

Las clases sociales existen como lo explotan las telenovelas como los Victorinos, lo miden los organismos de planificación estatal como el DANE en su esquema de ingresos de la población económicamente activa y lo vemos transportándonos por la ciudad de sur a norte.

Démosle una definición abstracta y simple: Las clases sociales son aquellos grupos humanos que comparten por su situación económica (ingresos, formas de trabajo, relación con los medios de producción) diferenciada de otros grupos, condiciones sociales y culturales similares. Esta relación específica en donde podemos identificar una clase y diferenciarla de otras hace que cualquiera pueda comparar una vendedora de chicles de Bogotá con una hacendado paisa, estableciendo sus diferencias. Sin embargo no sólo existen las identidades  de clases, también las hay de raza, sexo, género, credo, región, política, a veces más o a veces menos importantes que la de clase para las personas que las experimentan y para las críticas que las analizan.

 

Las clases sociales potenciadas por el desarrollo del sistema capitalista, en términos clásicos la burguesía y el proletariado, también existen y así lo asumen los promotores de industrias culturales como los libros de colección con sus sondeos del público objeto, lo organizan los sistemas bancarios con sus escalas de préstamos y lo comemos cuando almorzamos en restaurantes diferenciados ubicados en el centro  de la ciudad donde hay lugares a los que van los técnicos, secretarias y mensajeros, y otros en donde van los jefes y administradores. Grosso modo podríamos decir que la burguesía es una clase social rica, ligada al comercio y poseedora de los medios de producción y distribución, y el proletariado es una clase social pobre, ligada al trabajo y que desposeída de los medios de producción y distribución se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para laborar sobre estos. Esta especificidad hace que podamos decir que la labradora de las haciendas de arroz de la costa es diferente al jefe de recursos humanos de un callcenter en Bucaramanga. Sin embargo no sólo existen estas clases sociales capitalistas, también hay otras clases anteriores al capitalismo, como la campesina o la terrateniente, otros sectores sociales como el de las intelectuales o las estudiantes, y otros niveles económicos como los que diferencian a una trabajadora de la construcción del pacifico que camina hasta su trabajo de un obrero carbonífero eléctrico del sur del país que se va en su carro.

El antagonismo entre las diferentes clases sociales potenciadas o no por el capitalismo también existe y los asume el folklore tradicional con historias como «el príncipe y el mendigo», las policías del mundo con sus cordones sanitarios sobre las áreas pobres y lo oímos cuando escuchamos una conversación ajena en un bus de un empleado quejándose de su sueldo. Podríamos decir en líneas muy básicas que el antagonismo existe como conflicto por el control de la fuerza de trabajo y los medios de producción y distribución, entre clases sociales con intereses clasistas diferenciados. Este antagonismo hace que podamos diferenciar entre lo que quiere hacer con su tiempo y el dinero de su producción un cortador de caña del Valle con un empresario petrolero de los Llanos. Sin embargo el antagonismo no sólo existe entre las clases sociales pues se presenta por ejemplo también entre sexos o razas, ni siempre es la principal motivación de las personas como podría ser el caso de un campesino uribista que apoya la contra reforma agraria o un banquero izquierdista que defiende el alza de salarios, ni siempre se expresa de la misma manera diferenciando la llegada tarde de un conductor de volqueta por pereza o una junta de accionistas textileros a puerta cerrada de cualquier trabajadora.

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El antagonismo es continuo y se transforma luchando. La lucha de clases entonces existe. Es un fenómeno intersubjetivo, es decir que perciben diferentes personas, y mundial, pues se experimenta en diferentes momentos y regiones. Diríamos que puede existir en tres niveles: 1) la mayor parte del tiempo se expresa como comentario irónico de un patrón frente a la trabajadora, como desgano en el trabajo, como pelea verbal individual sobre el sueldo, es decir como soterrada tensión de baja intensidad y de desgaste, 2) en algunos momentos se expresa como coordinación de las peticiones de las diferentes actrices, como impugnación de los tiempos estándares y como huelga-lockout, es decir como conflicto abierto de media intensidad y de movimientos y 3) a veces se presenta como organización gremial, como violencia y como expropiación, como guerra declarada de alta intensidad y de posiciones. Es decir es más una lucha larguísima y permanente que una guerra corta y episódica, aunque a veces la primera asume la forma de la segunda.

Las clases sociales son un magma que permite el movimiento pero deja marca.

Bakunin nació en un hogar de la más rancia aristocracia zarista con miles de siervos a su disposición, peleó la mayor parte de su vida adulta como revolucionario bohemio que dilapidaba su fortuna en su causa de liberación de las trabajadoras y murió pobre y rodeado de obreras y artesanas. Tulio Cuevas en Colombia en cambio nació en un hogar obrero, escalo como líder del gansterismo sindical al servicio de la colaboración de clases hasta convertirse en un patrón y murió en medio de empresarios y otros burócratas sindicales como él. Evidentemente la clase social a la que pertenecían estos dos hombres cambió a lo largo de su vida, en una muestra palpable en donde las clases son un sistema cerrado pero no hermético y que permiten cierta movilidad social. Ambos creyeron férreamente en sus proyectos de vida y cambiaron sus condiciones materiales según los mismos. Sin embargo es importante comprender que las clases nunca existen solas, y siempre interactúan conflictivamente con otras identidades como el sexo, el género, la raza o la nacionalidad.

Sin embargo, es evidente que su origen de clase fue importante en la proyección de unas determinadas actividades (ir a estudiar filosofía en el caso de Bakunin, trabajar en el caso de Cuevas)  que condicionaron ciertas aspectos  de su vida adulta. Esto muestra que las clases pueden no ser bloques de granito que aprisionan en su interior, pero tampoco riachuelos cristalinos en los que se entra y sale a voluntad, más bien son una especie de magma que quema y moldea nuestros cuerpos y proyectos personales. Exploremos un ejemplo cotidiano: Un intelectual universitario que viene de una familia trabajadora empieza a comportarse como un burgués y adquiere algunos de sus hábitos puede distinguirse de un burgués cualquiera, por distintivos que van desde sus rasgos físicos hasta su discurso. Sin embargo si sus hábitos perduran y se afianzan, después de algún tiempo, muchas de sus características diferenciadoras perderán su fuerza y pueden llegar a ocultarse, sin por eso desaparecer.

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En el sistema capitalista las clases sociales son una estructura social abierta en la que nos inscribimos desde antes de nacer (como lo muestran las grandes desiguales nutricionales, habitacionales y laborales de las familias gestantes) y hasta después de morir, como lo muestra el próspero negocio de la muerte y los cementerios para pobres o para ricos. Sin embargo con ciertas condiciones y con mucha voluntad, es decir con proyectos de vida, algunas aunque no todas, pueden modificar esta situación, sin por eso dejar de inscribirse en la lógica de estructuración clasista. Una trabajadora que malgasta su vida acumulando trabajos y logra ascender socialmente o una empresaria que se da la dolcevitta y se quiebra descendiendo hacia el nivel de las trabajadoras, no son personas por fuera o por encima de las clases sociales sino aquellas que mejor muestran su funcionamiento polarizante, situaciones reales que no deben dejarnos perder de vista que el sistema funciona precisamente porque aunque se revienten trabajando la inmensa mayoría de trabajadoras no escapan de su condición y aunque jamás lo hagan la inmensa mayoría de burguesas tampoco.

La lucha de clases es una relación dual, polarizante y  compleja.

Las clases específicas sólo existen como parte de un conjunto más amplio que se identifica a sí mismo cuando es capaz de diferenciarse de los demás, y estas relaciones de diferenciación están marcadas por el antagonismo. O sea que más que islas de estructuras separadas son cadenas relacionales. Y ellas sólo viven  a través de sujetos individuales concretos, con muchas intersecciones identitarias que utilizando una metáfora naturalista pintan los animales de muchos colores. Así hay trabajadoras que por sus identidades juveniles y gustos musicales se relacionan y comparten hábitos con burguesas. Y burguesas que por ser religiosas se mezclan con las trabajadoras.

Mirando desde el conjunto existen múltiples clases sociales, con diversos estratos y facciones que utilizando  el ejemplo anterior podrían ser la base de los colores primarios, cuya mezcla e interacción da vida a los colores secundarios. En nuestra sociedad podríamos identificar como los sectores empobrecidos y dominados a las campesinas, las obreras y las pequeñas propietarias, y a los sectores ricos dominantes a las terratenientes, las aristócratas y las burguesas, así como un nebuloso nivel medio en el que se cruzan trabajadoras acomodadas, medianas propietarias y pequeñas burguesas. Detallando podríamos apuntar la existencia de diferentes estratos al interior de las clases que diferenciarían a las trabajadoras bancarias con ganancias de 3 salarios mínimos propietarias de su casa y su carro, trabajadoras industriales con ganancias de 2 salarios con casas arrendadas pero propietarias de sus vehículos y trabajadoras de la construcción que devengan 1 salario mínimo con sus casas arrendadas y sin carro; o también facciones como aquellas de burguesas con inversiones primordialmente en la industria agrupadas en la ANDI, en la agricultura agremiadas en el SAC, en la ganadería organizadas en FEDEGAN, y en el comercio unidas en FENALCO.

Finalmente este conjunto podría dividirse en las dos grandes clases impulsadas por la economía capitalista, la burguesía poseedora de la riqueza y los medios de producción y distribución que integraría de sí a las terratenientes y aristócratas y el proletariado generador de la riqueza y activador de los medios de producción y distribución, que integraría dentro de sí a las campesinas y las pequeñas propietarias, en un espectro cromático de tonos altos y bajos, atravesado por sectores medios, en medio de una relación dual que separa trabajo de capital, y una relación polarizante que los enfrenta. O sea existen el blanco, el negro y el gris. Pero la clave aquí es que no sólo existen estos tres tonos, sino una gran variedad de colores que priman en sus combinaciones e interacciones. Que exista una escala cromática y que alrededor de ella se organicen los colores no niega el arcoíris. Que existan dos grandes polos en la lucha de clases no niega la existencia de multitud de capas y sectores que sin embargo se organizan según los bloques.

La lucha de clases puede ser una lucha liberadora.

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Simplificando podríamos decir que la historia de las sociedades humanas jerárquicas, que no son el único ni el más duradero tipo de sociedades humanas, ha estado acompañada por la lucha de clases, que nunca ha sido el único, y muchas  veces tampoco el principal factor de la vida común. Por esta razón las clases se han combinado con otro tipo de relaciones de diferenciación, exclusión y división social del trabajo como lo son el sexo, el clan, la raza o el estamento y por largo tiempo han sido integradas aunque no necesariamente marginadas de las mismas. Será la moderna sociedad capitalista la que enfatizará el dominio de la clase, diluyendo el peso del estamento o el clan, y reforzando el peso del sexo o la raza, que en ocasiones priman sobre ella, se integran o se sujetan de la misma. Serán las relaciones de producción capitalista las que diluirán a las aristócratas y terratenientes dentro de la burguesía sin por eso eliminarlos, y harán lo propio con las campesinas y las pequeñas propietarias dentro del proletariado.

El anarquismo que nació de la lucha de clases y otras luchas sociales, y a ellas debe su sentido, se ha propuesto destruir las clases sociales y las otras relaciones jerárquicas de opresión. Para ello no tiene más remedio que proponer que las oprimidas luchen políticamente, es decir cotidiana y estructuralmente contra la opresión a la que se ven sometidas, en el caso de las clases sociales que las trabajadoras lo hagan contra el sistema de clases. Y en estas luchas los blancos en las luchas raciales, los hombres en las de sexo, los heterosexuales en las de género, las habitantes de países ricos en las nacionales, y las burguesas en las de clase, pueden jugar un papel importante renunciando a oprimir, esto es renunciando a las practicas materiales que se lo permiten (que su mujer le haga todo en el hogar o que se enriquezca con el trabajo de otras), alineándose con las oprimidas y contribuyendo en el esfuerzo de estas por su emancipación.

La lucha con el polo oprimido de la lucha de clases, es decir con las trabajadoras, puede ser una lucha liberadora que las anarquistas debemos buscar, juntar y tejer con otros sectores sociales y otras luchas contra otras opresiones, que las más de las veces sí se integran entre sí, como lo muestra el caso de la doble explotación de las mujeres trabajadoras o la doble discriminación de las negras de pueblos oprimidos. En ella las proletarias y campesinas, ambas trabajadoras, junto con las pequeñas propietarias que incluyen, pueden avanzar en un proceso de fortalecimiento como bloque de clases oprimidas, esto es de fortalecimiento en la lucha contra el bloque de clases hegemónico y antagónico, que las puede llevar a disputar el control de la sociedad al Estado y la burguesía en un proceso de ruptura revolucionaria.

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Anarquismo y lucha de clases.

Pasado y presente de la guerra contra el Capital.

Grupo Libertario Vía Libre.

 

Anarquismo y lucha de clases.
Pasado y presente de la guerra contra el Capital
Grupo Libertario Vía Libre.

Introducción

El anarquismo como teoría socio política a favor de las clases oprimidas y explotadas del sistema capitalista ha buscado la emancipación del individuo y la colectividad mediante la destrucción de la sociedad de clases, que debe ser abolida junto con el estado y la propiedad privada. De esta manera, los teóricos anarquistas han prestado atención a la lucha de clases que se libra dentro de la misma sociedad burguesa donde unos pocos tienen el poder y privilegio de explotar a la mayoría que vive en la miseria y en la esclavitud. Ese antagonismo, entre la burguesía y el proletariado, sigue teniendo impresionante vigencia a pesar de que las nuevas modas intelectuales intenten negarlo.
Sin embargo, a diferencia del marxismo, el anarquismo introduce en su análisis de la futura sociedad anarquista otros sectores sociales, además del proletariado. Estos sectores sociales que serán incluidos en la revolución son el campesinado, el lumpen proletariado, los artesanos, y los demás sectores que han sufrido la explotación del capitalismo desde la revolución industrial hasta la época neoliberal.

El nacimiento de la burguesía y la clase obrera

Con el surgimiento de las fábricas y la implementación de las máquinas en el proceso de producción, nació una nueva sociedad fundamentada en la explotación de una minoría adinerada, llamada clase burguesa y poseedora de los medios de producción, sobre una mayoría empobrecida, llamada clase obrera y poseedora únicamente de su fuerza de trabajo para vender. “El rápido desarrollo de la industria, dirá Friedrich Engels, reclamó brazos; el salario aumentó y, en consecuencia cuadrillas de trabajadores emigraron de los distritos agrícolas a la ciudad. La población aumentó rápidamente y casi todo el crecimiento vino de la clase proletaria” (Engels, Friedrich; 1965). Sin embargo, esa emigración a las ciudades produjo la deshumanización de la clase obrera, ya que vivían en condiciones indignas a la vez que tenían que aumentar sus horas de trabajo en la fábrica. Esa clase la componían hombres, mujeres y niños que día a día tenían que soportar la humillación del burgués perezoso.

Al tiempo que se consolidó la moderna sociedad industrial nacieron las primeras teorías sociales que intentaron dar respuesta a los cambios que se estaban produciendo y generar un anhelo de transformación del modo de producción capitalista.

El Anarquismo. Crítica a la sociedad de clases.

“Tradicionalmente, el anarquismo, como todas las variedades de socialismo, se opuso a la explotación de clase, al consecuente trabajo alienado, y a la pobreza que crea. Anarquistas y marxistas por igual apuntaron a una sociedad sin clases. ¿Quién podría crear dicha sociedad? Moralmente es el interés de toda la humanidad. Pero seguramente aquellos que son inmediatamente explotados tienen un interés especial en terminar la explotación.” señala Wayne Price.

Esa relación entre el anarquismo y el proletariado será analizado por el Grupo DieloTruda quienes afirmarán que “La lucha de clases creada por la esclavitud de los trabajadores y su aspiración a la libertad dio nacimiento, en la opresión, a la idea del Anarquismo: la idea de la negación total de un sistema social basado en los principios del Estado y de las clases, y su reemplazo por una sociedad libre y no estatista de trabajadores en auto gobierno.

Entonces, el Anarquismo no deriva de las reflexiones abstractas de algún intelectual o filósofo, sino que de la lucha directa de los trabajadores en contra del capitalismo, de las necesidades y urgencias de los trabajadores, de su aspiración a la igualdad y la libertad, aspiraciones que se vuelven particularmente vivas en los períodos de mayor heroísmo en la vida y lucha de las masas obreras.” (Trouda, Dielo; 1997)

Sin embargo el anarquismo entenderá que la revolución social y el cambio radical de la sociedad burguesa no la realizarán solamente la clase obrera sino que será un trabajo conjunto con otras clases sociales y sectores oprimidos de la sociedad.

El lumpen proletariado y las opresiones no clasistas.

La IWPA (International Working People Asociation), primera organización ácrata norteamericana, dará un paso gigantesco en el camino iniciado por Bakunin en su inclusión de los sectores no clasistas en la organización del movimiento obrero. José Antonio Gutiérrez dirá que la IWPA “marcaba una diferencia y era un enfoque mucho más incluyente, que no rechazaba a los elementos del llamado “lumpen proletariado” (los elementos marginados por el desarrollo capitalista de esa época y sin un lugar fijo en la producción) y también hacía un esfuerzo especial por organizar a las mujeres…” (Gutiérrez, José Antonio; 2010). De la misma manera un análisis más detallado de la próxima revolución anarquista refleja la importancia de vincular otros sectores de la sociedad a la lucha emprendida por el proletariado como los son los afro, los gays y las mujeres sin olvidar que “solo los trabajadores (como trabajadores) pueden todos juntos frenar esta sociedad. Y sólo la clase trabajadora puede comenzar de nuevo sobre nuevas bases. Nuestra clase produjo todos los bienes; nosotros los transportamos; nosotros los distribuimos; nosotros servimos a las necesidades del pueblo.” afirmara el mismo Wayne Price.

Por el contrario, otro aspecto que ha preocupado a los corazones revolucionarios que luchan por la libertad es el Estado y su fuerte vínculo con la burguesía.

La destrucción del Estado y la burguesía

El Estado, dirá Bakunin, “siempre ha sido el patrimonio de cualquier clase privilegiada: clase sacerdotal, clase nobiliaria, clase burguesa; y finalmente clase burocrática, cuando habiéndose agotado todas las demás clases el Estado cae, o se eleva según se mire, a la condición de máquina.” (Bakunin, Mijail) Tal afirmación refleja la función del estado que ha sido la de proteger los intereses de una minoría oprimiendo a la mayoría ya que “todas las instituciones y todas las autoridades políticas, en definitiva, sólo han sido creadas para proteger y garantizar los privilegios económicos de las clases poseedoras y explotadoras contra las rebeliones del proletariado, queda claro que la revolución social tendrá que destruir esas instituciones y esas autoridades, no antes ni después sino al mismo tiempo: que su audaz mano llegará hasta los cimientos económicos de la servidumbre del pueblo.” (Bakunin, Mijail). De esta manera, el anarquismo niega la dictadura del proletariado pues solo traerá la instauración de una clase en el poder y la explotación y opresión contra las masas desposeídas como ocurrió en el régimen estalinista. Al respecto Camilo Berneri da a conocer las características de la Rusia posrevolucionaria: “Trabajo a destajo, escala de salarios, sistema de premios: todo está creando una pequeña-burguesía que sostiene la burguesía media técnico-burocrática y retarda la tercera revolución, preconizada por la opinión revolucionaria, consolidando la dictadura de un clan. Este fenómeno de reconstitución de las clases “mediante el Estado” ha sido previsto por nosotros, y denunciado claramente.” (Berneri, Camilo; 1998).

Por otro lado el anarquismo se opondrá al reformismo dentro del estado pues este no producirá ningún cambio y solo ayudará a mantener al proletariado idiotizado.

Reforma o Revolución.

“O la colaboración de clase, para las reformas legislativas dentro de la órbita de las instituciones capitalistas por medio de la táctica electoral de la conquista de los poderes públicos, o la lucha de clase para la abolición del salariado, fuera de los ambientes legislativos y del Estado, por medio de la acción directa revolucionaria, extraparlamentaria y antiautoritaria, de las organizaciones sindicales.” afirmara Luigi Fabbri dando a conocer la importancia del anarcosindicalismo en la revolución social.

De esta manera, el anarquismo no lucha por una reforma que traerá la perpetuación de las desigualdades sociales; el anarquismo lucha por la destrucción de todos los aparatos de explotación y opresión para llegar a una sociedad libertaria.

Bibliografía.

Bakunin, Mijail. La Libertad. Biblioteca anarquista Conciencia Libertaria. Kolectivo Conciencia Libertaria. Revisado el 28 de Septiembre desde Internet: http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l141.pdf

Berneri, Camilo. Humanismo y Anarquismo. Los libros de la Catarata. 1998

Engels, Friedrich. La situación de la clase obrera en Inglaterra. Buenos Aires. Editorial Futuro. 1965

Fabbri, Luigi. Crítica Revolucionaria. Biblioteca anarquista Conciencia Libertaria. Kolectivo Conciencia Libertaria. Revisado el 26 de Septiembre desde Internet: http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l231.pdf

Fontenis, George. Manifiesto Comunista Libertario. Biblioteca anarquista Conciencia Libertaria. Kolectivo Conciencia Libertaria. Revisado el 27 de Septiembre desde Internet: http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l089.pdf

Gutiérrez, José Antonio compilador. Los orígenes libertarios del Primero de Mayo: De Chicago a América Latina (1886-1930). Santiago de Chile. Editorial Quimantú. 2010
Price, Wayne. ¿Qué es el Anarquismo de lucha de clases? Texto publicado en la página web anarquismo.net. 14 de Septiembre de 2009.

Trouda, Dielo. Plataforma Organizacional de los comunistas libertarios. Biblioteca anarquista Conciencia Libertaria. Kolectivo Conciencia Libertaria. 1997. Revisado el 27 de Septiembre desde Internet: http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l092.pdf

 

 

Enlaces relacionados / Fuente: 
https://grupolibertariovialibre.wordpress.com/2012/10/30/670/
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