El plan nuestro de cada día

Sufro de ver cómo los amigos y amigas electoralistas de infantería, la gente de a pie que se cree el rollo del voto, gime y pena con la derrota acaecida ante los populares, que andan muertos de risa. Mi compasión es infinita. Yo quisiera animarles un poco, y mostrarles que, punto primero, no estamos peor que antes, lo cual no es poco. En segundo lugar, reconoced que a los electoralistas del “aparato”, de haber ganado apenas hubieran podido legislar dos o tres medidas blandas: retirar la ley mordaza, vale, y volver a la ley anterior, que era bien jodida. Retirar la reforma laboral o alguno de sus puntos, y quedarnos con la anterior, que no era miel precisamente. Tal vez retirar la Wert, y sabe dios que se hubiera puesto a cambio. Abrir oficinas para desamparados, conceder subsidios... Todo eso está muy bien. Pero, al gobernar os convertiríais además en los garantes de las 100.000 leyes, decretos, normas, órdenes, que hay en vigor en España actualmente. Ese número no es una exageración. Es lo que dice el círculo de empresarios que actualmente está vigente, y equivale a millones y millones de páginas de literatura infumable, sin contar las que se publican anualmente. Siendo España un Estado de Derecho, y siendo el Gobierno quien vela por el cumplimiento de las leyes... Hubierais tenido que tragaros ese sapo, y hacer cumplir las normas de la Biblioteca, que como todos sabemos, defienden la propiedad de los ricos, la acumulación de capitales, y la impunidad del poder. Al final gestionaríais cárceles, presidios, campos de concentración, despidos, reformas laborales, rescates bancarios... Estaríais atrapados en el Castillo que se ha levantado desde la Restauración, envueltos durante décadas en la viscosa baba de la burocracia [voz tenebrosa] hasta volveros majaretas. Si hubiérais ganado, oh cielos, ya estaríais hablando de las limitaciones presupuestarias y buscando excusas.

Encima pasa lo siguiente: en cuanto un gobierno de izquierdas empieza a repartir migajas, resulta que el Gran Capital hace de las suyas: transfiere capitales, deslocaliza empresass, acapara recursos, encarece los abastos, lleva a cabo actividades terroristas, la prensa reaccionaria hace campaña... Es un sin vivir. Y la izquierda se ve atrapada entre sus propios corruptos, sus recursos menguantes, la población que empieza a protestar, la reacción que les machaca, y las leyes existentes.

En cambio ahora, que habéis perdido, sois libres. Ahora, que gobierna el PP, tenéis vía abierta para actuar desde los movimientos sociales, con desinterés, en pie de igualdad, sin necesidad de esperar a 2020. Ahora son ellos los que están en el Castillo, sitiados. En este momento, y sin campaña electoral, podemos darle duro a los problemas sociales que realmente interesan al personal que vive en la calle, que trabaja por cuatro perras o que tiene que emigrar a la Conchinchina. Ahora estamos en campaña..., pero en la batalla.