En torno al referéndum griego

Con el tema del referéndum griego, he leído opiniones que manifiestan que los anarquistas (griegos) deberían votar NO y hacer campaña por el NO, dado que abstenerse implicaría estar de acuerdo con el SI y con los planes de la Comisión Europea. Bueno. Lo mismo podría decir un partidario del SI: que abstenerse es dar apoyo al NO. Porque lo que quiere el votante del abstencionista, atentos, no es que vote, si no que vote lo que él quiere. Así que vamos a pensar, qué es lo que uno quiere.  

 

En principio, que yo sepa, no soy griego. Así que hoy, que la suerte está echada, a ver qué pasa. Y es que el referéndum griego tiene su miga. Hay un Gobierno que se arroga todo el poder del Estado.  El Gobierno se pone a negociar una deuda ilegítima. Van y acuerdan un acuerdo que apesta. Y ahora el joven Tsipras, en lugar de hacer su trabajo y firmar, le dice a los griegos que decidan ellos. Joder Tsipras, menudo muermo. Elegir entre una tarta rellena de mocos, y otra rellena de caca, qué mal rollo. Prefiero el ayuno.

 

Luego, esa timba de tahures europeos dándose el pego… Menudo teatro. Me da que voten los griegos SI o voten NO, los trabajadores (abstencionistas incluidos), serán o fritos o asados en su propia grasa, si es que les queda alguna.

 

Claro, muchos son conscientes de esta enésima estafa. Pero piensan que el triunfo del NO dará cuerda a los movimientos sociales, mientras que de ganar el SI habría una depresión moral de la hostia. Ya. Seguramente. Pero tampoco puede garantizar nadie que ganando el NO el pueblo vaya a ocupar el Olimpo. Además, si gana el SI, también puede dar eso impulso a los movimientos sociales. Oye... Yo qué sé. 

 

Así que –volviendo al principio–, no se trata de que el anarquista (obtuso y carente de estrategia) vote. Si no de que vote –en opinión de la izquierda– NO. Porque si yo, abstencionista habitual, me equivoco y en vez de votar NO, voto SI… Joder. Eso sería más embarazoso que ir a meterme desnudo en la bañera a darme mi baño anual de espuma, y ver salir lentamente del agua, la cabeza de mi difunta abuela.

 

Así pues, ya que (al parecer), con el SI o con el NO el pueblo va a adelgazar sensiblemente, conste en acta que quien se abstiene, democráticamente, no vota. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

Comentarios

Imagen de Octavio Alberola

 

Por si se presenta otra ocasión, como la que acaba de terminar, en la que simplemente con decir NO o SÍ te puedes ilusionar y creer que puedes cambiar el rumbo de la historia (aunque antes y después tengas que seguir currando o cobrando una miserable pensión), creo, querido acrato, que en vez de abstenerte puedes hacer como he hecho yo rompiendo (simbólicamente) la tradición anarca de no votar... y tomarte en serio ese juego divertido del referéndum... aunque ni siquiera nos vonvoquen a participar en ellos.

Así, puesto que en Grecia se trataba de decir NO y de votar NO a las imposiciones neoliberales de las Instituciones capitalistas, yo lo he aprovecho para decir NO también a Syrizia porque, aunque ganara el No (ya ha ganado), Syrizia continuará negociando con esas instituciones la gestión contable de su dependencia económica y política a la Europa del Capital... (Yahan anunciado que sólo esperan que les llamen...)  

Por eso, en conformidad con el análisis y las coclusiones de los compañeros antiautoritarios de Salónica (su Llamamiento está en esta misma página web), yo también dije NO al “totalitarismo del dinero” y SÍ a todo lo que “vaya contra el mercado y el estado”; puesto que mi NO y mi SÍ valen tanto como todos los NO y todos los SÍ de los griegos en esta comedia de jugar a la soberanía metiendo papelitos en cajas...

Aunque debe ser divertido ese juego, pues que los pueblos no se cansa de jugar cada vez que les dan la oportunidad... ¡Por algo será! ¿No?

 

 
Imagen de Acratosaurio rex

Ayer estuve viendo un rato el Salvados ese, un programa de entrevistas que echaron sobre Grecia. Salían dos señoras charlando. Una con la dentadura hecha cisco  y el pelo canoso. La otra, más joven, de mejor aspecto, pero pinta de pobre igualmente. El panorama vital que describían, era de aúpa. Una decía que el Gobierno de Tsipras había hecho una cosa buena: quitar las vallas y los antidisturbios del Parlamento. La otra le preguntaba si pensaba que "estos" no harían como "los otros". Y se quedaron dudando.

La miseria, a lo que lleva, es a buscarse la vida. Sin organización, sin expectativas, sin futuro.

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