Cosas de juntamientos impuros

Antiguamente, hace treinta o cuarenta años–, los anarquistas confluían con otras organizaciones para luchas concretas, por la base. Eso no se sabe muy bien qué es lo que quiere decir, ya que tú buscas la base, y a ver cómo la encuentras. En todos los días de mi vida, cada vez que he aparecido en una gasolinera, en un polígono industrial, en una protesta, nunca he logrado encontrar a la base. Encuentro un montón de cosas, pero no la base esa.

 

Así que la redacción antigua del artículo del “cómo unirse” era fabulosa, ya que permitía la unión con algo muy fracturado que es difícil de encontrar. Resultado: si tú, triste zangolotino de una sección perdida y con poco caché, tenías la ocurrencia de celebrar una asamblea con otro sindicato…, si caía la noticia en malas manos, podían ponerte la cabeza de gorda como una calabaza, reprochándote que no te habías unido por la base.

 

Así que en 2010, el Congreso de Córdoba de la CNT, -que es de momento como el Tribunal Supremo Libertario-, para eliminar la ambigüedad, emitió un edicto que establece que en la práctica, cada cual puede unirse con quien le plazca y por el tiempo que quiera en su ámbito de actuación. Bueno, hay que reconocer que el cambio ha permitido hacer algunas fotos con mucha gente.

 

Y eso, a los defensores de la base, les hizo lanzar alaridos desgarradores anunciando la muerte del anarquismo. Decían que esos contactos no básicos iban a producir una devaluación de nuestro discurso…

 

Apunta: es que uno puede pensar que existe un discurso perfecto, que empieza con un “viva la revolución social”, continúa con un “recuerdo a los presos sociales” y finaliza con el “salud y anarquía”. Tú di esas tres cosas, y luego puedes rellenar el resto con lo que te parezca. Pero si te olvidas de una, buf. Yo creo que eso no debería ser así, ya que hasta el anarquista más conspicuo, antes de hablar piensa en lo que va a decir, para qué, y a quién se lo dirige. Salvo que te lo sepas de memoria y lo sueltes a muerte.

 

Otra cosa que afirman los puristas, es que no es coherente confluir con organizaciones estatistas. Claro. Pero como en la práctica todas las organizaciones no anarquistas son estatistas, lo que quieren decir en realidad es que no se puede confluir con casi nadie más que con uno mismo. Y lo coherente sería estar solo, u organizar reuniones nada más que entre nosotros. Todos en corro, silenciosos, mirándonos desconfiados, buscando traidores…

 

En fin, mi opinión: a mí, esto de los juntamientos impuros, siempre me ha parecido una manía similar a esa de que si te juntas con homosexuales te vuelves marica: no está demostrado. Por eso: júntate con quien quieras, porque tú harás aquello que realmente seas, estés con quien estés. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

Comentarios

De un texto de opinión se espera cierto rigor para sustentar la idea que se defiende porque, en caso contrario, corre el peligro de depositar mucho estiércol sobre la misma.
En este artículo sobre "juntamientos", plataformismos o frentepopulismos, hay muchos factores que llaman la atención por la carencia de solidez, como las referencias al X Congreso de la CNT, supuestos puristas malos malísimos o secciones en el confín del mundo, pero lo que definitivamente me ha animado a comentarlo es la conclusión que saca el autor. Si, es mi primer comentario en esta web, pero el horrendo colofón de este texto me llamaba apremiantemente a ello.
El ámbito libertario ibérico es tremendamente rico, con anarcosindicatos repartidos por la península, grupos de barrio, ateneos, federaciones estudiantiles u organizaciones específicas. En esta amalgama, son muchas las circunstancias que nos separan, pero todavía más las que nos unen, y es incuestionable que el "antiestatismo" así lo es.
Pues bien, el resultado del análisis del autor es que sólo hay dos tipos de apoyo mútuo: o el que se practica en solitario ("no se puede confluir casi con nadie más que con uno mismo") o el que se practica con los autoritarios.
Para rebatir una idea no hay mejor réplica que ejemplos reales, y los bloques unitarios de todo tipo, las plataformas "pro" todo (y a la vez "pro" nada) y las sopas de letras, son el espejo donde mirar si esos aireados "ajuntamientos" han resultado en cosas positivas o no. Lo dicho, ejemplos de este tipo hay cientos (al menos en mi ciudad, Madrid) y es fácilmente valorable y medible si han obtenido resultado o no. En contraposición a esta amalgama de siglas, un movimiento como el de la vivienda y la okupación, horizontal, asambleario y fuertemente antiautoritario en lo que respecta a sus estructuras, es un ejemplo de victoria sin renunciar a los principios.
Lo insólito del artículo no es que el autor defienda "ajuntamientos" con cualquiera simplemente en función del ámbito (el ámbito...que bonito palabro tantas veces pisoteado), sino que no haga mención alguna a la increíble posibilidad creadora que existe si nos juntamos los "anitestatistas", que, evidenciado está, ofrecemos una monumental riqueza para diferentes ámbitos de la lucha contra el capital.
Le pregunto al autor: ¿en serio considera que nos quedaremos "solos" y "ajuntados con nosotros mismos" si no queremos ir codo con codo con quien enarbola las jerarquías?¿en serio considera que el ámbito libertario ibérico es tan pobre como para no dar ningún resultado mejor que el que podemos obtener con otros sectores autoritarios?
Salud y antiautoritarismo

Imagen de Acratosaurio rex

En respuesta a tu pregunta RFR, sobre si me parece pobre la pobreza del ámbito libertario, yo qué sé, los propios anarquistas no tienen claro quién es y quién no es, y andan desunidos y todo eso. Por ejemplo, conmigo hay anarquistas que no quieren juntarse, a pesar de que a veces lo he intentado. Y pienso yo, entonces, que mejor solo que tan bien acompañado. 

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/18578

Dices el movimiento de la vivienda y tal, y del de la okupación... Son variopintos. Encuentras ahí que se junta gente de todo tipo. Aprovecho para promocionar a la comunidad La Esperanza de Gran Canaria.

Que cada cual se junte,  o se desjunte, con quien le dé la gana. 

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