Cuestión de creencias

¿Existe Dios? Se trata de una pregunta inefable, o sea, que no puede ser explicada con palabras. ¿Qué podemos responder? Pues haciéndome el gallego, preguntar a mi vez… ¿Existen los dioses? ¡Hombre por favor!, claro , no es lo mismo preguntar si existe Dios, que es un ente que sigue de moda en Occidente, que preguntar si existe el Dios del Vino. 

Mirémoslo así: ¿Existe el Hombre del Saco? Pues claro. La existencia del Hombre del Saco, aún pervive en la memoria ancestral de nuestras células. Tú cuéntale a tu hijito cómo un conosío del cacique de Gádor asesinó al niño Bernardo (1), metiéndolo en un saco. Explícale cómo le cortaron las arterias, cómo le bebieron la sangre y cómo le sacaron las mantecas. Adoba el relato con el Coco y el Demonio, y tienes garantizado que ese niño se irá a la cama temprano… Aunque claro, con lo que se ve en la tele, lo mismo hasta se ríe.

La cuestión es que a los humanos nos gusta creer, y nuestras creencias se inician en el mismo momento del nacimiento. Creemos que nuestra madre es el refugio y el alimento. Miramos a nuestros padres como si fueran seres extraordinarios, capaces de parar el día y la noche. Ellos incrementan nuestra credulidad, hablándonos de reyes magos, ratones de los dientes, duendes, mengues, ángeles… Y esa capacidad de creer que tienen los humanos, tiene efectos inmediatos en la vida, determinando el comportamiento sexual y la hora de llegar a casa. Creer nos beneficia. Hay estudios científicos (2) que demuestran que la gente que cree, vive más años, tiene dientes sanos y no padece de estreñimiento. Claro que Dios existe, pues total no tiene fuerza esa entidad, capaz de mandar gente de un lado para otro, a llevar acciones atroces en su nombre.

Eso sí, las creencias cambian con el tiempo y con las circunstancias, y los humanos tenemos amplio catálogo de creencias a las que adscribirnos, dejando un poco al lado las más tradicionales (Dios, Patria, Rey), despreciando un tanto las más modernas (Ley, Estado, República), apoyando creencias más benévolas (Libertad, Justicia, Igualdad), y procurando la llegada de creencias aún en la infancia (anarquía, acracia, adominia)… (3). 

En definitiva, buena parte de la organización social, se sostiene en base a creencias que tienen la misma sustancia que el alma. Capitalismo, Democracia y Nacionalismo… Buscadlos con telescopios, con microscopios, intentad pesarlos, medirlos, analizarlos y electrocutarlos… Y no tendréis modo. Eso solo deja de funcionar si se deja de creer en ellos. En cambio coged una piedra, y dejadla caer desde el balcón sobre un policía con casco, y vais a ver el susto que se lleva. La piedra puede medirse y pesarse, es real. Pero lo que se haga con ella, es cuestión de ideas y creencias. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno. 

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NOTAS

1. Mi tita Lola se encargaba de contarme con pelos y señales “el crimen de Gádor” y otros similares, antes de mandarme a la cama. Cosa que era, la verdad, bastante inquietante ya que desde entonces escucho voces y tengo poderes. O eso dicen.

2. Nada como aludir a misteriosos estudios científicos, para favorecer la credulidad.

3. El adominismo es una teoría que junto con el comunismo perfecto y trinitario y circular, supera todas las teorías de Foucault y del empoderamiento gentrificado. Podéis leer de ese asunto en http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/26560