Postura de CNT Córdoba ante la Asamblea Ciudadana de Córdoba

Córdoba, 23 de julio de 2014

 

Desde la CNT de Córdoba queremos expresar nuestra opinión tras la reunión recientemente mantenida con diversos colectivos para crear la Asamblea Ciudadana de Córdoba en base a la propuesta formulada por el Frente Cívico en torno a la articulación de un programa de actuaciones a nivel municipal que podría culminar en la formación de una candidatura a las próximas elecciones municipales. Al mismo tiempo, intentamos aclarar porqué la CNT no formará parte de esa Asamblea.

En esa reunión mantenida con los colectivos, no se afirmó con claridad que el objetivo de la Asamblea fuera la creación de una opción electoral a nivel municipal, algo que ya manifestamos en la misma y cuya definición nos parece fundamental a la hora de generar una nueva plataforma y evitar que nadie se lleve a engaño.

Aunque los convocantes insistían en que la participación electoral no era la finalidad de la propuesta, creemos que el propio calendario marcado, cierta prisa por sacarlo adelante, centrar el campo de trabajo en el ámbito municipal, el papel asignado a los partidos políticos en la propia convocatoria, y, sobre todo, el hecho de que se haya descartado actuar a través de otros ámbitos de relación y trabajo en común ya existentes en la ciudad, empezando por la propia Asamblea Ciudadana que hace una año dio pie a la Acampada Dignidad y al Centro Social Rey Heredia, nos hacen pensar que, la posibilidad de una candidatura, es el elemento diferencial frente a anteriores propuestas o experiencias.

Más allá de la valoración que cada uno haga de las condiciones necesarias para que esto llegue a concretarse, o de la prioridad que se de a este aspecto sobre otros por parte de los convocantes, participantes, posibles adherentes, etc. nos parece claro, que la posible elaboración de una candidatura es un aspecto que va ligado a esta iniciativa desde su inicio.

El propio desarrollo de la reunión, y de las intervenciones en la misma, no nos lleva sino a reforzar esta percepción. Del largo listado de colectivos y movimientos sociales a los que se hizo referencia en la convocatoria, apenas alguno intervino en la reunión, siendo la mayoría de las intervenciones de representantes, o militantes de partidos políticos o de los propios miembros del Frente Cívico, con una mayoría de intervenciones coincidentes en incluir, con mayor o menos determinación, la posible elaboración de una lista ciudadana como uno de los elementos de trabajo o posibles finalidades de esta Asamblea.

En primer lugar, habría que aclarar que como CNT, nuestros esfuerzos se centran en la lucha en el campo de lo social y lo económico, buscando la transformación de la economía, ya que la política no es más que el reflejo de esta última, al considerar, que es el sistema económico el que determina el sistema político y no al revés; es ahí dónde como trabajadores y trabajadoras tenemos intereses comunes, más allá de las opiniones o posiciones políticas de cada cual.

Más concretamente, nuestro sindicato siempre ha tenido una postura decidida en contra de la delegación política (de la misma forma que ocurre con la sindical), que nos viene dada por nuestro planteamiento general de acción directa colectiva, de autogestión y de proyecto de autogobierno. En la situación política (y sindical) actual, el sistema electoral ha resultado ser una fuente inagotable de sustracción de poder político al pueblo, de corrupción, de ilusiones frustradas y de nepotismo. Tras más de 30 años de “democracia” y múltiples intentos de “corregir” el sistema “desde dentro”, creemos que el marco dejado por las instituciones políticas y económicas a la participación electoral está, no sólo mediatizado por multitud de poderosas influencias externas a la propia acción política, sino que tiene, por si misma, unas posibilidades bastante estrechas de ser capaz de modificar el sistema político y aún menos, el económico.

De esta manera, nos parece que apostar por un intento de hacer política desde las instituciones, basado en el movimiento social actual -que no puede calificarse sino de precario a pesar del desarrollo de los últimos años- puede suponer un error en estos momentos. Sobre todo en la medida en que dicha apuesta no se haga de forma abierta y clara, delimitando los campos, lo que terminaría supeditando y condicionando la autonomía e independencia del movimiento social a estas iniciativas, o peor aún, desviando hacia ellas, las energías que la construcción de un contrapoder popular real y más allá de las instituciones, necesita en este momento como tarea prioritaria.

Intentamos exponer nuestras razones para llegar a esa afirmación. Creemos que la propuesta de salida con la nace esta Asamblea Ciudadana, a partir de la propuesta del Frente Cívico, es una conclusión de “llegada” y que por tanto, no se corresponde con el momento; es decir, que no nace como fruto de una decisión consciente de la sociedad movilizada y organizada para utilizar y controlar lo municipal en beneficio de la comunidad, sino como una propuesta para movilizar personas a través de la participación en la institución. Este esquema, ya utilizado por otras formaciones políticas, ha demostrado en muchas ocasiones su inutilidad. Esto podría no ser obstáculo para volver a intentarlo si esos fracasos se hubieran producido solo por circunstancias “externas”, pero creemos que las causas han sido intrínsecas al propio proceso electoral, que se funda en varios principios que conducen a un camino sin salida y que muy brevemente se podrían resumir así: en primer lugar, un esquema basado en programas electorales formulados con estrategia comercial y que jamás se cumplen, porque son imposibles dentro del marco de la política “real”; en segundo, la primacía de la maquinaria electoral sobre la actividad social; su capacidad de absorción de esfuerzos (sin mencionar las ilusiones) y su necesidad de “controlar” y atemperar la movilización social al socaire del interés electoral o político de cada momento; y en tercero, la imposibilidad de sostener las voluntades (más o menos radicales según la opción) de los políticos electos sin la existencia, real, patente (y exigente) de un movimiento social amplio, dinámico, autónomo y con aspiraciones a tener una personalidad propia y sobre todo, un control real sobre las personas que pretenden representarlo.

Podría decirse que un nuevo programa electoral puede adecuarse a “lo posible”, como plantea el Frente Cívico en su propuesta, y reducir sus máximos a actuaciones factibles, aunque esto conduciría a mermar considerablemente el contenido esas propuestas; podría argumentarse también que va a ponerse el máximo cuidado en que la dinámica electoral no estrangule (y utilice en su beneficio) a la movilización social; y podría decirse que es posible introducir garantías para ese control social sobre sus representantes. Pero la realidad demuestra tozudamente que esas tres posibilidades, en la situación actual, son poco menos que una quimera. La Asamblea Ciudadana, podrá derivar en congregar a varias opciones electorales de la llamada izquierda y probablemente contribuirá a disminuir la dispersión del voto de este signo, empleando como palanca el banderín de enganche de la movilización social. Pero no vemos que tenga ningún signo distintivo con lo hecho en otras muchas ocasiones, salvo la irresistible irrupción de Podemos, que está cegando a propios y extraños tras el éxito electoral cosechado.

Desde CNT apostamos por la creación y fortalecimiento de los espacios públicos para la lucha social y la autogestión, creemos que este es un camino que tiene valor en si mismo y no en la medida que favorece o se supedita a la participación en procesos electorales. Un camino que está apenas iniciándose y en el que queda un largo trecho hasta poder ver sus resultados; apostamos por crear vías de solidaridad entre las personas en los diferentes ámbitos que sirvan para constituir lazos entre iguales, con las mismas obligaciones, responsabilidades y derechos; en la intensificación del movimiento social con la creación de asambleas de barrio, libres, autoorganizadas y coordinadas entre sí, en un espacio en el que vayamos construyendo lo que queramos, sin recetas preestablecidas; un esquema en el que las personas se pongan al servicio de las ideas y de la acción, y no al revés; un esquema en el que los liderazgos se fragüen en la calle y sean intercambiables, porque lo que es realmente importante es el conjunto de las personas, de las ideas y convicciones con las que trabajan y no los que momentáneamente pueden estar en cabeza de ese movimiento. Un camino en el que esperamos poder seguir encontrándonos con muchos de los convocados a integrar dicha Asamblea Ciudadana.

De hecho, creemos que el éxito de iniciativas como el Centro Social Rey Heredia se han basado en la separación clara de la actuación colectiva y de los intereses partidistas y de las aspiraciones electorales; porque si de hecho han estado presentes varias organizaciones políticas y sociales, el consenso se estableció en que esa participación no “contaminara” el espacio común; es de esta forma como muchas personas han accedido a participar y formar parte de algo que consideran de alguna forma “suyo” y no “de nadie”. Este es el esquema que creemos que hay que seguir perfeccionando y ampliando, en todos los niveles que sea posible, sin atajos, ascendiendo progresivamente en la escala autoorganizativa de la sociedad.

Ahora necesitamos crecimiento asociativo; conformación y autodefinición de un movimiento social aún disgregado, que trabaja de forma particular en muchos frentes que podrían (y deberían) estar unidos y funcionando de forma coordinada, rompiendo con los viejos intereses partidarios y que vaya barriendo los restos del actual sistema. Para ello es necesario participación y empoderamiento; mucha formación y generación de un sentido de responsabilidad que creemos que aun nos falta. En estos momentos iniciales de ese proceso, entendemos que introducir la identificación de movimiento social y lista electoral, promueve la pasividad de aquellos que aún están deseando entregar su capacidad de decisión a quien trabaje por ellos; nos parece, por tanto, que se corre el riesgo de que la construcción de opciones electorales contribuya a desmovilizar (para buscar amparo, de nuevo, en el delegacionismo) y a generar unas ilusiones que muy probablemente están destinadas a frustrarse al no haberse recorrido a fondo el camino que hemos esbozado.

Para nosotros la política se construye día a día, con muchos y a largo plazo. Porque, por fin, aspiramos firmemente a cambiar el poder, no a sustituir a quiénes lo ocupan; porque tenemos el convencimiento de que el sistema no podrá cambiarse desde las instituciones, sino a pesar de ellas. Precisamente, porque somos conscientes de la urgencia que nos apremia, ante el colapso social, económico y ambiental en el que el capitalismo nos precipita, creemos prioritario no dejarnos enredar en lo accesorio, candidatos no faltarán para jugar ese papel, y centrarnos en lo verdaderamente importante e inaplazable: la construcción colectiva y desde abajo de movimientos sociales autónomos con capacidad de enfrentar y dar alternativa a este sistema y a sus instituciones.

Un saludo libertario

 

Asamblea del Sindicato de Oficios Varios de CNT de Córdoba

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