Innovaciones en Pedagogía Universitaria y Teoría del Caos

Me aclara un alumno de la UNED, que cuando se ha referido a que tiene un profesor que aplica la teoría del Caos a las asignaturas que imparte (1), no está diciendo que sean asignaturas caóticas…, sino que el profesor en cuestión, un tal Dr. Butano (por lo letal), aplica el Hipertexto, pa que cada alumno desarrolle su propio itinerario, dentro de la Teoría del Caos… Madre mía.

 Ajá. Es decir, traducido a lengua común, ese Dr. Butano  publica libros (suyos) que obliga a comprar. Una vez que el esforzado aspirante mira el índice, comprueba que los capítulos no coinciden ni con cola con lo que se supone que es el temario oficial de la asignatura. Es decir, los tomos configuran el Hipertexto, lo mismo que los Cuatro Evangelios configuran la vida oficial de Cristo. Ahora se trata de que el alumno se empolle los cuatro evangelios, los construya, los conecte, y llegue a sorprendentes conclusiones libremente. Si las libres conclusiones gustan al profe, apruebas. Si no, suspendes. Es decir, que va a aprobar aquella persona a la que al profe le salga de las narices.
 
El método este tiene muchas ventajas para el Dr. Butano, que se ahorra tener que desarrollar un temario, cobra por sus libros, a la par que emplea a sus alumnos de conejillos de indias para escribir luego artículos y tesis publicables en revistas de las que nadie lee, pero que dan puntos para el baremo De Lo Que Sea… El tío hace experimentos no consentidos, y encima no tiene ni que pagar al ratón de laboratorio, y sin pedir permiso a los humanos manipulados… Porque una cosa es observar que hace la gente, y otra imponerles un comportamiento. Menuda jeta.
 
Es como si en una cárcel, el carcelero obligase a los presos a jugar a ser libres (dentro de la jaula), y al final el que mejor lo haga, merienda… Puag. En fin, la Teoría del Caos, al parecer afirma que en un sistema dinámico y determinado por sus condiciones iniciales, cualquier pequeña variación desencadena cambios que hacen impredecible el desarrollo y punto final de los cambios… Es decir, que al final apruebas o suspendes según dicte el profesor. Para ese viaje, es mejor el profesor clásico y cabrón, del que al menos sabes qué puedes esperar. Y luego se preguntarán el día de la Revolución… “¿Por qué mis alumnos me embrean y me empluman?”. Porque “Otra Pedagogía es Posible”… Pero ahí dentro no, so caradura.
 
Por la eliminación absoluta de las condiciones iniciales, lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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NOTA

(1) Ver artículo en cuestión en http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/15881

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