Viva la Independencia

Federico el Bozina, indígena del Rincón de Ademuz, me informa de que ha creado un grupo de defensa de la parla, el idioma de los cerros entre Camarena de la Sierra y Sesga. Este lenguaje en la actualidad lo habla solo el Casimiro, compañero de noventa años que es guía de cazadores de jabalíes y que hizo la guerra a mis órdenes como comandante. Federico me cuenta que han fundado un grupo para reivindicar la independencia de esos pueblos, que poseen características culturales irrepetibles y específicas. El plan cultural determina que todo el mundo hable la parla, cultive huertos, cace roedores, viva en casas de piedra y baile con zancos el trece de julio (Día Cualquiera). Julián Zipillo, que ha terminado el bachillerato de letras, asegura que la parla del Casimiro es un idioma más antiguo que el sánscrito… Quieren que yo firme el manifiesto fundacional de Nación Camarena por estar empadronado en la Cova de la Penya de la Mare Puta… O sea: queréis una Nación del tamaño de un sello de correos, pedregosa, inhóspita, despoblada, recorrida por cuatro viejos malhumorados, pastores de cabras…

Por supuesto que firmo. La independencia es la compañera indispensable del anarquismo. Un anarquista es una persona autosuficiente que ni domina, ni es dominada. Una persona independiente no precisa de madre que le lave la ropa. Por eso los ricos jamás podrán ser libres: porque padecen numerosas dependencias… Aunque bien mirado peor es ser pobre y dependiente… Firmo pues por la independencia.

El término de “Nación Camarena” me parece, además, muy oportuno. Mientras que en cuestión de sindicatos puedes apuntarte a doscientos o a ninguno, en materia de naciones hay por narices que tener una y adscribirse al catálogo de costumbres que diferencian al grupo nacional de los que no son nacionales. Hay que procurar que todos los que siendo nacionales no compartan los rasgos definitorios, los asuman obligadamente de manera voluntaria y —sobre todo— natural. Y si no danzas con zancos y cencerros, o no vas al ambulatorio siendo español (lo que define a los buenos españoles es pasarse la mañana en el centro de salud), no eres un buen patriota. Así pues, fundemos naciones por doquier. Por lo de la variedad y el gusto.

¡Camareneros! ¡Estudiad bien el idioma del Casimiro! Una nación sin idioma es una nación silenciosa. Muy triste. Dicen los sabios que los idiomas no nacen en las destilerías. Pero tened al menos en cuenta que al Casimiro le dio en el noventa y tres un ictus que le afectó al centro del habla, y desde entonces no se le entiende nada. Así que corréis el peligro de que en lugar de estudiar un idioma, difundáis una cacofonía.

¡Sed independientes. Sed libres! Larga vida al comunismo trinitario circular. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.