(Mapuche) “Nuestra Lucha es necesariamente anti-capitalista"

Anarquismo e Independentismo vs. Nacionalismo. ¿Cómo afronta el Anarquismo la existencia de "naciones" y "movimientos de liberación nacional"?
Responder
Avatar de Usuario
AXIONDIREKTA
Mensajes: 977
Registrado: 30 Jun 2006, 21:57

(Mapuche) “Nuestra Lucha es necesariamente anti-capitalista"

Mensaje por AXIONDIREKTA » 21 Sep 2012, 22:27

http://hommodolars.org/web/spip.php?article4674
Condenado a 10 años por robo con intimidación y a 4 por homicidio frustrado contra un fiscal y 541 días por ley de seguridad interior del Estado , Héctor Llaitul Carrillanca, uno de los últimos comuneros mapuches condenados por la justicia chilena, conversa en exclusiva con La Chispa sobre la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (CAM), sus lineamientos y formas de acción, la coyuntura nacional, la izquierda y sobre las nuevas expresiones mapuches como la FEMAE y la ENAMA. El histórico dirigente nos plantea su visión, sus críticas y las razones para reafirmar su opción en la causa mapuche.

Nuevamente el conflicto mapuche aparece en las páginas de la prensa oficialista. El incendio de Carahue y las últimas acciones realizadas en Ercilla han comenzado una campaña que, liderada por el Ministerio del Interior y la Fiscalía Nacional, busca establecer una nueva ofensiva de criminalización a la causa Mapuche. La “Cumbre de Seguridad por el conflicto mapuche en La Araucanía” es su nombre; Rodrigo Hinzpeter y Sabas Chahuán sus actores principales.

Una semana después de la entrevista, un nuevo allanamiento en el módulo de los presos políticos mapuche tuvo lugar en la cárcel de Angol. El mismo donde Héctor Llaitul, comunero mapuche y uno de los dirigentes de la CAM, nos recibió y entregó una versión distinta del conflicto. Esto es lo que nos contó.

La lucha mapuche, la izquierda y el libro con Jorge Arrate

Comenzando la conversación en el modulo que comparte con Ramón Llanquileo y Jonathan Huillical, Llaitul nos comenta sobre su relación con Arrate y el próximo lanzamiento de un libro de conversaciones con él sobre la causa mapuche y su lucha por la autonomía.

“Una de los cosas que hay que considerar en el debate es la mirada cosmovisionaria del conflicto mapuche, que a veces no se entiende desde la perspectiva occidental, por eso es necesario explicarla y para eso he pensado en hacer un libro. Yo no soy bueno escribiendo, me cuesta, aunque para discutir soy mejor, por eso necesito a alguien que me confronte, y Arrate cumple esa función”, nos dice.

“En primer lugar, acepté la relación con Arrate en su calidad de escritor, pero considerando también que en lo político, “Arrate se ha ido izquierdizando cada vez más”, según Llaitul. “Con el tiempo, se volvió un crítico de la Concertación, abandonó el PS, constituyó al MAIZ y se salió nuevamente. Paralelamente, se acercó silenciosa y desinteresadamente a la causa de la libertad de los presos políticos mapuche. A pesar de que no sabía mucho del tema, se la jugó durante el proceso judicial que enfrentábamos, nos dio su apoyo durante en la huelga de hambre y realizó gestiones por nosotros, tocando puertas y echándose gente encima. Creo que se volvió un simpatizante de la lucha autonomista, en particular de la CAM. Nos gustaría que esto sucediera también con la izquierda chilena en general, que tiende a subestimar la causa mapuche”.

“A la izquierda clásica le cuesta reconocer el trabajo que ha realizado la CAM, un trabajo que se ha hecho sin ellos y que obedece a una construcción propia, distinta a la de la izquierda clásica reduccionista que tiende a objetivar todo, y que no le da valor a los elementos subjetivos como la cosmovisión y la cultura. El problema es que la izquierda en Chile y Latinoamerica ha tomado mucho el pensamiento extranjero, sin tener una visión propia”.

- ¿Son más de la línea de autores como Mariátegui, entonces?

“Efectivamente, Mariategui planteo “Ni calco ni copia, sino creación heroica”. Del mismo modo rescatamos el pensamiento desde dentro, como lo planteado por Lipschutz (Científico chileno-letón, autor de “El problema racial en la conquista de América”, “De Francis Bacon a Carlos Marx y otros ensayos”, entre otros). Yo seria de la línea de la creación en la izquierda, de la visión latinoamericanista, pero indiana no indigenista, porque lo “indigenista” es una visión desde fuera, que intenta representar al “indio” y que promueve su integración. En lo “indiano”, el indio reivindica desde su propia cosmovisión. Un ejemplo de la mirada indigenista, de la izquierda, es el periodo de la Unidad Popular, donde el tractor era nombrado “Ho Chi Minh” o “Che Guevara”, y en el mismo territorio mapuche, los asentamientos de la CORA, tenía nombres como “Luis Emilio Recabarren”. Esto hacía que los mapuche se constituyeran como parte de una sociedad mayor, desde fuera, es decir, el movimiento progresista y de izquierda los hacía integrarse a su proyecto de sociedad, lo que a su vez influía en que nuestra cultura se fuera perdiendo”.

- A diferencia de otras organizaciones mapuches, hay un énfasis en la CAM del carácter anticapitalista de la lucha. ¿Puedes explicarnos mejor eso?

“La CAM se volvió un referente al interior del movimiento mapuche, principalmente, al definir su carácter anticapitalista y a la vez, anticolonialista y antiimperialista. Lo cual obedece al análisis histórico que desarrolla la CAM al momento de constituirse como organización. De esta forma identificamos tres procesos de invasión. El primero fue la de los españoles, la segunda, la del Estado Chileno en 1881, con la “Pacificación de la Araucanía”, y el tercero y actual, que es la invasión del capital, que genera un proceso de transnacionalización de la territorialidad mapuche, y de ahí se desglosan todos los conflictos con las forestales, las hidroeléctricas, el derecho de las aguas, el mar, el subsuelo, etc..”

“Nuestra lucha es necesariamente anti-capitalista porque si no es de esta forma, es imposible la reivindicación de lo propio, no hacerlo es un absurdo. En primer lugar, nuestro pueblo jamás tuvo relaciones productivas de tipo capitalistas, su cosmovisión lo impide, el capitalismo contradice nuestras formas de vivir. Segundo, los responsables del despojo y destrucción de nuestro Wallmapuche son, principalmente, las inversiones capitalistas, porque su naturaleza es esa, destruir para acumular. Por otro lado, no podemos estar solamente contra el Estado Chileno, desde una lógica sólo nacionalitaria, puesto que éste es parte del mismo entramado y responde a los intereses del sistema capitalista neoliberal. Otras organizaciones también se plantean la autonomía, pero la particularidad de la CAM es que se basa en la territorialidad, porque no existe autonomía sin territorio, y como partimos de la territorialidad chocamos ineludiblemente con los intereses capitalistas, es una realidad. Por ultimo, planteamos el control territorial contra el capital y para reconstruir nuestras propias formas de relaciones, entre mapuche y con su entorno, que bajo ningún pretexto pudieran ser capitalistas.”

- Es decir, la táctica política en ese sentido se ha planteado de resistencia y control territorial frente a la inversión capitalista. En esa línea, ¿De qué manera estas tácticas hacen sentido en las comunidades? ¿Cómo se trabaja esto en la cotidianidad tomando en cuenta los mecanismos de cooptación y colonialismo ideológico?

“El trabajo que se realiza, más allá de la confrontación, tiene que ver con la reafirmación de la identidad, de aspectos culturales y valóricos. Hay mucha gente haciendo trabajo día a día en las comunidades. Así, lo cultural pasa a ser un motor de cambio. Entonces, uno se detiene y se pregunta ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? Y en ese sentido uno de los logros de la CAM y el movimiento mapuche en general, es que ha promovido la autoafirmación étnica nacional. Si te fijas, ahora hay muchos más niños (as) con nombres mapuche, las mujeres jóvenes y niñas han vuelto a vestir sus prendas y lo hacen con orgulloso. Entonces, hoy existe una mayor consciencia de un mundo propio, justo y sano, que hay que pelear por ello, y eso permite plantear la idea de la liberación de una nación”.

“Al mismo tiempo disputamos territorialmente, porque a diario las comunidades están en permanente roce con las inversiones, por sus caminos pasan los camiones cargados de madera, sus lugares sagrados son inundados y se levantan centrales hidroeléctricas, en sus subsuelos se realizan exploraciones mineras, por tanto, la resistencia es una actitud natural en nuestra gente, es desde ahí donde se recupera la dignidad y genera una reacción en las comunidades, de manera que existe una potencia interna que colectivamente puede llegar a ser muy fuerte”.

“ Hay diversas experiencias, pero obviamente todos los procesos tienen altos y bajos, pues la política de la “zanahoria” tiene grandes recursos para cooptar dirigentes y su avance es silencioso, a diferencia de la del “garrote”. Hay algunos dirigentes que no quieren dejar de aparecer, públicamente, como consecuentes, lo que tiende a confundir. Nunca hay que olvidar aquella premisa cristiana, pero muy valida que dice, “por sus obras los conoceréis”, así como puede haber procesos en los cuales hay “mucho ruido y pocas nueces”, hay que ir y mirar con profundidad, mirar si realmente hay confrontación con el sistema, si se está dentro de los fundos reivindicados, recuperándolos y desarrollando el control territorial, si se esta practicando la autonomía o se está recibiendo proyectos, subsidios y se sigue bajo la tutela del estado”

- ¿Y qué piensan del caso en que son los mismos mapuches los que oprimen a otros mapuches? ¿Cómo empresarios mapuche o mapuches contratados por transnacionales?

“Ese es un tema complicado, ya que hoy está ocurriendo un fenómeno donde muchos se consideran autonomistas, lo que explicamos antes por ejemplo en el ENAMA (Encuentro Nacional Mapuche) hay varios que se proclaman “nacionalitarios”, pero que quieren reproducir el capitalismo, o no quieren perder los beneficios que a ellos les a dado este sistema. Creen en el desarrollo, desde la óptica occidental, pero sin perder la identidad o mejor dicho, algunos aspectos de nuestra identidad. La formación de elites y burguesías nativas son fenómenos característicos de la mayoría de los procesos de liberación nacional. Elites y burguesías impulsan, alientan y muchas veces financian dichos procesos, pero para sus propios beneficios y estatus dentro de la nación emergente. Sin embargo, en el caso mapuche, esto no corresponde a lo que antiguamente se pensó, eso no ha existido nunca en la historia mapuche, no existen experiencias de explotación hacia otros o de acumulación de riquezas, en manos de unos pocos y en desmedro de otros. Esto puede traducirse en la creación de una oligarquía mapuche, lo que como CAM rechazamos categóricamente”

- En relación a las nuevas formas de organización mapuche ¿Qué piensas del partido político mapuche Wallmapuwen y la FEMAE (Federación de Estudiantes Mapuches)?

“Con Wallmapuwen se podría decir que coincidimos en algunos planteamientos autonomistas, pero no en el cómo. Tampoco tenemos clara su posición frente al sistema capitalista. Nosotros no trabajamos dentro de la institucionalidad, la desconocemos. La principal diferencia es que nosotros nos jugamos por la disputa territorial, arriesgando junto a las comunidades y no desde los espacios urbanos. Ellos reivindican los canales y formas de la institucionalidad política wuinka, como la vía electoral para integrase a un municipio o congreso. Nosotros estamos contra la integración, buscamos recuperar el tejido social y político propio, para eso hay que partir por lo territorial. Junto a lo anterior también promueven al “intelectual y profesional mapuche” como un fin en si mismo, como otro tipo de elite, nosotros en tanto, apostamos por el militante de comunidad y, el rol de los intelectuales y profesionales o técnicos, debe responder a ese mismo planteamiento, sin privilegios de ningún tipo”

“Dicho de otra manera, lo que están haciendo Wallmapuwen o FEMAE, es poner “la carreta delante de los bueyes”. Se enfrentan a la institucionalidad sin tener nada y el Estado los coopta, los hace jugar en su cancha. FEMAE, plantea el reconocimiento de la educación intercultural en las universidades y se suman a las reivindicaciones del estudiantado en general. Pero esta idea de la interculturalidad más que liberarnos, nos hace entrar a la institucionalidad y a confrontarla en desigualdad de condiciones. Sin duda la educación occidental, como institución, es un derecho y para nosotros una herramienta que nos puede servir mucho (como el caballo sirvió a Lautaro), pero no es una reivindicación como Pueblo Nación Mapuche”

La crítica es también a formas de lucha que creemos no son asertivas, el derecho político de nuestro pueblo va en confrontación al Estado Capitalista, y siempre desde las comunidades”.

- ¿Qué sentido tiene la demanda territorial para el mapuche que se encuentra radicado en la ciudad?

“Debería significar todo, pues la migración es una realidad producto de la pérdida del territorio, del desarraigo y con el, de la identidad. Ahora, como CAM, tanto por el principio territorial, como por aspectos cosmovisionarios, el llamado es obvio, la gente debiera volver. Pero también tenemos sentido de la realidad, no se está planteando volver al pasado, se plantea volver a los principios del mundo mapuche, a reencontrarnos, y entendemos que es un proceso, sobre todo para generaciones de mapuche que han vivido y se han reproducido en la ciudad. Es por este cuestionamiento, tal vez, que mucha gente de la ciudad no tiene sintonía con los postulados de la CAM. La conformación de una identidad necesita de una territorialidad. Si uno rompe con los vínculos territoriales, pierde la identidad mapuche. Sin embargo, en el ámbito rural, hay también muchas reducciones que funcionan como juntas de vecinos y vemos como se dividen aun más conformando “comunidades” a través de la Ley Indígena vigente, una Ley que promueve la atomización y subdivisión de las ya reducidas comunidades. Nosotros decimos que hay que reconstruir el Lof, lo que el mapuche entendía por comunidad, y para eso hay que recuperar territorio. No se puede construir el mundo mapuche fuera de la territorialidad ancestral. Se trata de emparentarse como los viejos lo entendían, no sólo entre las personas, sino con la naturaleza, con las aguas, los cerros, los bosques, es lo que al mapuche le da su identidad. Se busca reconstruir el Tugun (espacio) y el Kupalme (parentela) y esto en la ciudad no se puede, ya es difícil en nuestros campos devastados por las inversiones, menos aun es posible en la ciudad”

- ¿Qué rol le atribuyen a los instrumentos internacionales de derecho como el Artículo 169 de la OIT o el Convenio Internacional de Derechos Humanos (CIDH)? ¿En qué medida apoyan su lucha?

“Si bien mecanismos como estos están controlados por la institucionalidad global, que todos sabemos a que responde. En las actuales condiciones no podemos descartar estas tribunas de denuncia y posicionamiento de la lucha mapuche en el concierto internacional. Ningún pueblo que busca su libertad lo ha hecho, ni los procesos de liberación nacional, ni tampoco los procesos revolucionarios. Especialmente, cuando somos dominados por un estado cuyos estándares de respeto a los derechos humanos es bajísimo, menos aun si se refiere a los pueblos originarios. La perspectiva de los derechos humanos, es sólo una arista, nuestra lucha no podemos reducirla ni encasillarla en esa línea. Lo que nos interesa es el posicionamiento de la causa mapuche a nivel internacional. Sin duda los pactos y convenios debemos utilizarlos como herramientas jurídicas, pero no son lo fundamental, de hecho estos no se aplican si no existe una correlación de fuerzas favorables, si no existe movilización y lucha que obliguen a su aplicación”

- En un trabajo recientemente publicado, Fernando Pairicán plantea la tesis de que el gran fracaso de la CAM fue que no generó un movimiento mapuche amplio, permitiendo que el Estado los aislara y pudiera atacarlos de forma direccionada. ¿Qué piensas de esa idea?

“A ver, el periodo post dictadura y en los que gobernó la Concertación, fue un escenario muy difícil para construir organización y espacios revolucionarios. Le ocurrió también a lo chilenos, de hecho, luego del término de la dictadura, organizaciones con más trayectoria vivieron este proceso y fueron desarticuladas por el trabajo de inteligencia y campañas de deslegitimación, lo que no permitió el surgimiento de un proyecto político más avanzado”

“De hecho, la CAM surge durante ese periodo, cuando la mayoría de las organizaciones mapuche estaban cooptadas por las políticas de “Nuevo Trato”, cuando algunas de ellas, inclusive, vinculadas a la izquierda, nos hacían contra propaganda acusándonos de derechistas, por luchar en democracia. Para nosotros, la Concertación fue la continuidad de la dictadura. Yo peleé en los ’80 contra la dictadura, y te puedo decir que nunca apliqué tantas tácticas conspirativas como durante los gobiernos civiles, cuando la Oficina y sus colaboradores causaban estragos en las organizaciones de izquierda chilenas. La Concertación fue un periodo muy difícil para trabajar, debido a campañas mediáticas, montajes, operaciones de inteligencia, infiltraciones para generar división (que se lograron en algunos casos). Por otro lado, los dirigentes de las agrupaciones mapuche tenían, en su mayoría, militancia en la Concertación o en el PC”

“En segundo lugar, efectivamente, como CAM perdimos una base social amplísima, por la necesidad de operar desde la clandestinidad, lo que protege a los cuadros y militantes, en términos de seguridad, pero te quita posibilidades de trabajo, de llegar a ciertos espacios donde comenzaron a llegar otros(as), justamente, los que no estaban a favor de la línea de la CAM, que influyeron en que varias comunidades dejaran sus recuperaciones “de hecho” e iniciaran procesos de negociación a través de la CONADI, esto llevó a grandes divisiones y conflictos fraticidas que se mantienen hasta el día de hoy”

“Por otro lado hubo una campaña de criminalización de la causa mapuche, pero apuntada y direccionada claramente hacia la CAM. Es lamentable decirlo, pero inclusive, varios de nuestros militantes frente a situaciones de persecución, como por ejemplo, durante los juicios o ya estando presos, han renegado de la CAM. También hubo represión indiscriminada hacia las comunidades, allanamientos violentos, con decenas de detenidos, que finalmente eran absueltos, regando el temor en las comunidades de lo que les podía pasar si trabajaban con la CAM, es decir, la política de “quitarle el agua al pez”. Estas son algunas de las razones, para explicar y comprender los diversos proceso sobrellevados por la CAM.

“Ciertamente, podríamos haber seguido siendo una organización amplia de comunidades, pero tal vez, para eso tendríamos que haber renunciado a varios de nuestros principios y a nuestra línea política. Podríamos haber aceptado que las comunidades realizaran negociaciones y recibieran subsidios y proyectos, pero preferimos dar un paso al lado cuando esto ocurría. Autocriticamente, podríamos decir que no fuimos capaces de convencer y tal vez, fuimos muy intransigentes”

“Aún así la CAM lleva más de diez años de existencia y ha logrado adaptarse a las circunstancias, sin perecer y sin abandonar sus postulados”.

“De esta forma, en los últimos años, se ha desarrollado la política de construcción de órganos de resistencia territoriales, basado en la figura de los weichafe, que han dado continuidad a la lucha, después de un periodo de reflujo, siendo un elemento subjetivo muy importante para el desarrollo de nuevos conflictos y la continuidad de otros. También hemos desarrollado alianzas y acompañamientos a comunidades y organizaciones mapuche en lucha, muchos lonko y jóvenes cona, de diversos territorios, nos invitan o visitan para conocer nuestra opinión respecto de sus conflictos. Lo realmente importante es que seamos capaces de seguir aportando al movimiento mapuche, con ideas, estrategia, formación y autodefensa.”

La ética política de la CAM

“Ahora, hay una cosa bien importante que quiero mencionar”, quiere agregarnos Llaitul. “Y tiene que ver con que la CAM también se caracteriza por una “ética política” que no ha sido suficientemente reconocida. En primer lugar, nosotros tenemos claro que nuestros enemigos principales son las forestales, los poderosos, por lo tanto, no tenemos una línea de confrontación indiscriminada contra parceleros y campesinos. De hecho, estamos en contra de eso. Atacar a los más débiles, aunque estén en territorio mapuche, es una actitud asegurada que no responde a la ética de un weichafe. Esa línea nunca ha existido en la historia de la CAM”.

“Y esto viene de un análisis económico e ideológico, y es que el campesinado es un sector también oprimido por el sistema y desfavorecido por este, algunos de ellos viven en territorio mapuche debido al proceso de Reforma Agraria. El poder está en los grupos económicos y trasnacionales. Probablemente, muchos de los pequeños agricultores chilenos tienen un discurso de derecha, sobre todo en la novena región, pero el mismo sistema también los perjudica”

“La CAM apunta a aquellos que infraganti están en la destrucción de nuestros territorios, algunos sagrados, avanzando sobre las comunidades, pero no contra las personas si no contra los bienes de las empresas. Por eso se habla de una línea de autodefensa, no hay una línea ofensiva. La CAM tampoco busca derramar sangre, y siempre hemos sido muy cautelosos (as) con eso, por lo que puede significar para las comunidades”

“ Hay también una ética del weichafe, que no puede caer ni rayar en lo delincuencial y si algún cona ha cometido abigeatos, robos, u otros ha sido expulsado. Menos aun vamos a reivindicarlo como preso político mapuche. Por nuestra disciplina jamás hemos tenido algún hecho de sangre o de otro tipo que ensucie nuestra causa. Acá se quiere hacer un deslinde categórico con actos que no compartimos y que sólo deslegitiman nuestra lucha”

- En base a lo conversado sobre la relación entre los mapuches y los pescadores no-mapuches en torno a una demanda común, ¿cuál crees tú que es el rol de ustedes dentro de la lucha revolucionaria en Chile? ¿Cómo ves las perspectivas dentro de una lucha política conjunta?

“Nuestra lucha podría confluir con la lucha de los oprimidos, porque entendemos que el enemigo es común. Por ejemplo, la ley de pesca, los pescadores debieran tener una política de control territorial, pues son trabajadores, no se enriquecen, sino que subsisten. Más que solidaridad, se trata de defender estratégicamente la territorialidad, y si dicha defensa se puede compartir, que se comparta. A nosotros nos da gusto cuando la lucha se clarifica, cuando hay golpes certeros”.

“Personalmente, creo que falta harto para una lucha revolucionaria en Chile, o al menos para que estén esas condiciones subjetivas y de organización. En ese contexto no puede descartarse nada y pueden hacerse propuestas más claras. Pero se necesita la vivencia, no sólo el discurso”

“Efectivamente, se han dado importantes expresiones de lucha en distintos ámbitos sociales, pero la mayoría ha terminado pactando logros dentro del mismo orden y sin transformaciones de fondo. Hay que trabajar para dar ese salto cualitativo y para eso es muy importante la organización revolucionaria, para transformar el movimiento social en un movimiento político”

“Se perfilan interesantes procesos, y es necesario que exista una referencia para una claridad mayor. Para esto se necesita un pensamiento más acabado que se manifieste en expresiones reales de luchas, que tengan una inserción real. Vemos que los partidos políticos actuales son una práctica agotada. Por ejemplo, el debate entre Salazar y Vallejo confirmó esa situación. Por otro lado hay organizaciones que se han dedicado a las Universidades, abandonando el mundo popular”.

“Para construir desde los oprimidos tiene que haber una definición de ser y vivir en el pueblo, como pobre, y construir desde ahí. Vemos que aun no hay maduración, no hay cambio político. La izquierda tradicional perdió su base y además perdió su consecuencia, es más bien una renuncia, un reacomodo, un que hacer político desde posiciones más cómodas que no representan ni un riesgo. Tiene que existir consistencia en las dirigencias y asumir los costos y consecuencias que esto implica”.

Movimiento estudiantil

Sin lugar a dudas debemos un reconocimiento a la lucha que han desarrollado los estudiantes cuya expresión revitaliza las ideas de justicia y el cuestionamiento al modelo neoliberal, que en el caso de la educación hace estragos en muchas familias.

Con mucho respeto señalamos que sentimos mayor simpatía por el movimiento secundario, por varias razones, en primer lugar por que se perciben menos intervenidos, por otro lado manifiestan una actitud más combativa, y porque son un movimiento menos elitista y más ligado al mundo popular, la mayoría de los hijos e hijas de los trabajadores sólo terminan la enseñanza media, por lo tanto, las transformaciones deben partir desde ahí, una demostración muy acertada de ello fueron las ultimas movilizaciones las cuales no se centralizaron en Santiago si no se expresaron en diversas comunas, creemos que la vinculación a las organizaciones territoriales es fundamental.

De los universitarios observamos, en el ultimo tiempo, cierto freno a las propuestas iniciales, podría haber un agotamiento natural y/o un viraje hacia posturas más cómodas políticamente. Movimiento que también puede estar cruzado por el tema electoral, que para algunos dirigentes emblemáticos (as), puede ser ahora su prioridad.

Lo positivo es que desde hace años que no se realizaban manifestaciones tan masivas y transversales. Al mismo tiempo las tomas y asambleas han permitido el desarrollo de discusión y debate en una generación que se está politizando cada vez más pero menos intervenida por los reduccionismos y maquinas de los partidos políticos tradicionales. Es una gran oportunidad para la construcción revolucionaria y la creación heroica, como decía Mariategui.

Sinceramente esperamos la continuidad de este movimiento, el cual debería transformarse.

sacado de Revista La Chispa
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. " (Mark Twain)

Rodosha
Mensajes: 5
Registrado: 14 Ago 2012, 20:29

Re: (Mapuche) “Nuestra Lucha es necesariamente anti-capitali

Mensaje por Rodosha » 23 Sep 2012, 02:52

En mi blog publiqué un texto en que me refiero a esta entrevista.

Saludos.
Última edición por Rodosha el 09 Oct 2012, 20:24, editado 2 veces en total.

Avatar de Usuario
AXIONDIREKTA
Mensajes: 977
Registrado: 30 Jun 2006, 21:57

Re: (Mapuche) “Nuestra Lucha es necesariamente anti-capitali

Mensaje por AXIONDIREKTA » 23 Sep 2012, 04:35

Antes que todo, aclaro que parto del principio del internacionalismo, y considero válidas muchas de las críticas a las luchas de "liberación nacional". Pero entiendo que este tema es bastante complejo, y dependerá mucho de las condiciones en que se dan estas luchas. En particular, el movimiento mapuche puede ser visto desde varias perspectivas. Yo cuelgo esta entrevista a Llaitul para precisamente observar esta complejidad, no porque esté de acuerdo con todo lo que dice. Me parece interesante la firmeza anticapitalista, la propuesta de rescatar las relaciones comunitarias que existían previas a la imposición del capitalismo, y los destellos de autocrítica a la CAM que hace. En fin, me parece que ofrece varias aristas para tratar el tema. Por el contrario, me parece que tú crítica es demasiado reduccionista (si bien puedo estar de acuerdo en algunas frases generales acerca de la valoración de las luchas nacionalistas). Sobre todo, me parece reduccionista el intento de hacer calzar todo dentro de un marco idealizado de proletariado vs. burguesía. Yo lo que entiendo de algunas luchas "autonomistas" en "latinoamérica" es que expresan una resistencia a integrarse a la sociedad capitalista. No idealizo sus sociedades, su pasado o su presente, pero comprendo que, en muchos casos -incluyendo el mapuche- son luchas con particularidades que sólo parecen representar un obstáculo para la autoliberación del proleariado desde miradas muy estrechas, ancladas en un socialismo cientificista y mecanicista.

Repito, yo soy crítico de la CAM y de algunas características del movimiento mapuche, sobre todo de una relativa indiferencia a establecer conexiones con el desarrollo de las luchas proletarias "chilenas", más allá de campañas de solidaridad (y no me refiero a contactos a nivel de "orgánicas", sino en un sentido amplio). Pero eso no es para nada un problema cuya culpa sea exclusiva del pueblo mapuche; se debe también a la debilidad del movimiento proletario o "social" en chile. Por lo demás, justificaciones tienen para desconfiar de la izquierda y de los "huincas". Y de manera más general -y también rescatando el mismo texto que tú dices encontrar bueno, "Fronteras y límites mentales: Nación, Estado o Comunidad Humana"-, no pienso en un movimiento comunista-anarquista homogeneizado culturalmente, ni hoy ni en el futuro. Apoyo y promuevo la lucha autonomista mapuche y no creo que ello conlleve ensalzar un nacionalismo en particular, sino el reconocer la resistencia de una comunidad cultural -o fracciones de ella- a la imposición del capitalismo en sus tierras históricas (que "sus" no se entienda en el sentido de propiedad) y la proyección de esta lucha hermanada con otras experiencias. Tampoco creo que esto sea leer la historia a través de idealizaciones, negándole su dinamismo. Por el contrario, lo revolucionario sería valorar como la proyección de estas luchas convergen en un sentido realmente negador de las relaciones capitalistas y fundador de otras comunistas-anárquicas.
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. " (Mark Twain)

Avatar de Usuario
AXIONDIREKTA
Mensajes: 977
Registrado: 30 Jun 2006, 21:57

Re: (Mapuche) “Nuestra Lucha es necesariamente anti-capitali

Mensaje por AXIONDIREKTA » 23 Sep 2012, 04:39

En este tema, concuerdo en el sentido de textos como el siguiente:
¡VIVA ARAUCO REBELDE Y ANTICAPITALISTA!

“ES ASÍ que la conquista y repartimiento de aquel reino de Chili cupo a este caballero, digno de imperios, un repartimiento rico, de mucho oro y de muchos vasallos, que le daban por año más de cien mil pesos de oro de tributo, como la hambre deste metal sea tan insaciable, crecía más cuando más daban los indios. Los cuales, como no estuviesen hechos a tanto trabajo como pasaban en sacar el oro ni pudiesen sufrir la molestia que les hacían por él, y como de suyo no hubiesen sido sujectos a otros señores, no pudiendo llevar el yugo presente determinaron los de Araucu, que eran los de Valdivia, y otros aliados con ellos, rebelarse; y así lo pusieron por obra, haciendo grandes insolencias en todo lo que pudieron ofender a los españoles…” (Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios Reales de los Incas, Libro Séptimo, Capítulo XXI).

En el a veces poco visible pero siempre presente conjunto de fuerzas que se oponen activamente al capitalismo, el ejemplo de lucha y resistencia hasta el fin que han dado rebeldes como los de Arauco es uno de los más poderosos y profundos. Pues ellos negaron desde el inicio la violencia fundadora del capitalismo, del Estado, y por eso han sido masacrados, arrinconados y marginados vengativamente por la Civilización del Capital. Pero no se entiende bien qué es el capitalismo si se lo identifica sólo con la explotación y pobreza actuales: Su violencia originaria se entiende mejor si nos damos cuenta del carácter artificial e históricamente reciente de la expropiación de la tierra por los capitalistas, y de la gradual imposición de la esclavitud moderna del trabajo asalariado a una proporción cada vez mayor de seres humanos: ese es el rasgo esencial de este sistema. Por importantes que parezcan sus formas de expresión contingentes (capitalismo de empresa privada o de la burocracia estatal; con más o menos políticas sociales y dirección de la Economía; con mucha o no tanta pobreza material; democrático o totalitario, etc.), es la imposición violenta de la relación social capitalista, reproducida día tras día mediante la obligación de trabajar o morir de hambre, lo que define tanto al capitalismo como nuestro enemigo, como a la negación en actos que queremos practicar mediante la afirmación aquí y ahora del comunismo (que para Marx es “el movimiento real que suprime las condiciones existentes”, y que para nosotros no puede sino ser anti-estatal).

El proletariado, la clase que el capital constituyó a la fuerza en su acumulación originaria, cuando está obligada a venderse como fuerza de trabajo ha debido exigir en su lucha los derechos del trabajo (y en esos casos se afirma como proletariado en sentido positivo y “socialista”). Pero su potencia histórica consiste en una virtud negativa, destructora, que hasta ahora sólo ha realizado esporádicamente, cuando logra rechazar el trabajo y negar la sociedad de clases. Este núcleo negativo del proletariado -constituido como sujeto autoconsciente mediante su propia acción-, es lo que la socialdemocracia, los leninismos, el estalinismo y parte importante del anarquismo han logrado desactivar en parte, haciendo que el proletariado no sólo acepte por fuerza esta imposición, sino que glorifique el trabajo y la alienación, y se resigne para siempre a esta violencia: por eso su programa consistía en “liberar el trabajo”, no en “liberarse del trabajo”, y por algo eran todos “progresistas”, ¡como el capitalismo!

Aunque esta creación de una clase trabajadora en la acumulación originaria del capital se realizó primero en forma masiva en Europa Occidental, al expandirse a la “periferia” del mundo el Capital llevó consigo la imposición sangrienta del trabajo. Pero tanto en el centro como en las colonias, esta imposición no fue siempre fácil ni estable, y en muchos lugares la relación social capitalista no se impuso jamás porque las comunidades las resistieron. Por eso, las clases dominantes de nuestro continente se han dedicado por varios siglos a la práctica del genocidio, exterminando a comunidades enteras cuando no se adaptaban, no les servían directamente para ser explotados, o si osaban rechazar el trabajo.

La burguesía –una clase que existe pero prefiere no ser nombrada- ha logrado con éxito naturalizar en nuestras cabezas la existencia de su orden social como una fatalidad que aspira a ser eterna, sin sufrir más que modificaciones menores. Por eso a los burgueses no les gusta hablar del “conflicto mapuche”: Pues preferirían pensar que el capitalismo ha existido siempre, pero lo “indios” les recuerdan a ellos, y a todos nosotros, que esto no siempre fue así. Sus luchas nos recuerdan la violencia originaria del modo de producción parasitario que se forma cuando se convierte la tierra en mercancía, en propiedad privada que, al igual que nuestras vidas, sólo vale si es que puede convertirse en más dinero, más capital…Pues si hubo una persona que encarna el espíritu que hoy en día encarnan nuestros modernos burgueses, ese fue Pedro de Valdivia, que como relata el Inca, llegó sometiendo a los “indios” al yugo del trabajo (palabra que no por causalidad proviene del latín tripalium: un instrumento de madera usado para torturar esclavos), y que por eso mismo se enfrentó a la resistencia enconada y comunitaria de quienes se negaban a gozar de las “libertades” burguesas que se reducen básicamente a una: la “libertad” de tener que por fuerza vender la fuerza de trabajo al capital. De ahí proviene el “insulto”, más patético en labios de un proletario –y por ende un esclavo- que de un burgués, que consiste en tratar a los indios de “flojos”.

Pero los indios no eran necesariamente amantes de la pereza (a la cual, como ironizaba Paul Lafargue, todos tenemos derecho): ocurre que no querían ser esclavizados por la imposición violenta del trabajo. Ya en 1844 Marx decía que “tan pronto deja de existir alguna coacción física o de cualquier otro tipo, se huye del trabajo como se huye de la peste”. Por eso, los “indios” nos recuerdan también que es posible rebelarse, y esa rebelión, que no ha cesado nunca, ahora se expresa en todo el mundo y es dada por el nuevo proletariado del capitalismo global.

Sobre la muerte de Valdivia y el futuro de la rebelión, el Inca Garcilaso da cuenta de las versiones que llegaban a Lima hacia 1609:

“Pudo ser que después de haberle muerto con la porra aquel capitán se lo comiesen los indios, no porque acostumbrasen a comer carne humana, que nunca la comieron aquellos indios, sino por mostrar la rabia que contra él tenían, por los grandes trabajos y muchas batallas y muertes que les había causado”.

“Desde entonces tomaron por costumbre de formar muchos escuadrones divididos, para pelear con los españoles en batalla, como lo dice Don Alonso de Ercilla en el primer canto de su Araucana, y ha cuarenta y nueve años que sustentan la guerra que causó aquella rebelión, la cual se levantó a los últimos días de 1543…”.


“Quieren que nosotros seamos parte de su folklore, quiere utilizarnos a nosotros, a nuestro pueblo, a nuestra nación, como la base para justificar su presencia en este territorio. O sea ellos quieren decir "nosotros, los mapuches, somos sus indígenas; nosotros tenemos que ser los indígenas de Chile", nosotros no somos los "indígenas de chile", nosotros somos Mapuche, somos aparte, somos un pueblo que siempre ha estado aquí, que nació en esta tierra, y va a morir aquí, va morir peleando, aunque sea peleando, morir” (Matías Catrileo).

“Queridos Lamien, ¿De que se nos puede acusar? ¿De que somos culpables?, si solo hemos buscado tener justicia, la que siempre el invasor nos negó…
¿De que se nos acusa entonces?, de no ceder ante la soberbia del que hoy nos golpea, nos asesina y nos encarcela.
Cada uno de nosotros, no ha perdido la memoria. Cada uno de nosotros ha resistido a lo largo de los años, la explotación y el despojo. Cada uno de nosotros sigue sintiendo desde su interior, la voz del abuelo, de la abuela, que nos contó como ocurrieron los saqueos. Cada uno de nosotros, tiene hoy motivo para seguir resistiendo y seguir luchando. Con la bravura de los konas antiguos, con su lealtad, su valentía y también con su sabiduría.
Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad, la responsabilidad de defender a todos los que generosamente luchan para apoyar al Pueblo Nación-Mapuche a las comunidades y a todo el pueblo pobre y explotado” (Patricia Troncoso)


SEXPOL-REVOLUCIÓN COMUNISTA CONTRA EL TRABAJO
http://punkfreejazzdub.blogspot.com/200 ... lista.html
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. " (Mark Twain)

Responder