Cajas de resistencia

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 02 Nov 2018, 14:52

El sindicato COS tiene también caja de resistencia. Dedica un 25% de la cuota de 10 euros por lo que se ve mirando el modelo de ficha de afiliación
https://sindicatcos.cat/afilia-t/

La quota s’abona trimestralment i és fonamental per al sosteniment quotidià del sindicat i és també una eina de solidaritat de classe: el 25% de la quota es deriva directament a la caixa de resistència.

El Sindicat COS és 100% independent i autogestionat.

https://sindicatcos.cat/wp-content/uplo ... cioCOS.pdf
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 25 Ene 2019, 15:01

BORROKA KUTXA REGLAMENTO. Actualizado por la Asamblea Nacional el 21 de junio de 2018

La borroka kutxa se trata de un instrumento que el sindicato LAB ofrece a su afiliación con el objetivo de paliar los perjuicios económicos que puedan sufrir a consecuencia de llevar a cabo nuestra acción sindical. La gestión de la borroka kutxa se realizará según marca este reglamento y el órgano competente para cambiar el mismo será la Asamblea Nacional.

OBLIGACIONES DE LAS AFILIADAS Y AFILIADOS

Para poder percibir la aportación de la borroka kutxa, la afiliada o afiliado deberá tener el pago de las cuotas al día. Asimismo, tendrá que tener una antigüedad en la afiliación en el momento en que se produzca el perjuicio económico (huelga, multa, sanción...) por lo menos de seis meses. Si careciese de antigüedad, la nueva afiliada o afiliado deberá ponerse al día en las cuotas de ese periodo de seis meses retroactivamente y deberá firmar el compromiso de afiliación, el cual le obliga a permanecer de alta en el sindicato, por lo menos, durante dos años.

Igualmente, si la afiliada o afiliado tuviese una antigüedad menor a los seis meses, deberá igualar la cantidad que le faltase por medio de un solo pago (es decir, si, por ejemplo, su antigüedad es solo de dos meses, deberá abonar los cuatro restantes), junto con la firma del compromiso de afiliación para dos años.

En el caso de multas y sanciones se necesitará la aprobación del Comité Ejecutivo para poder realizar dicha actualización de cuotas y poder percibir la aportación de la borroka kutxa.

Es posible considerar alguna excepción a las normas recién explicadas. Para ello, las federaciones deben sugerírselo a la comisión de la borroka kutxa y, a propuesta de ésta, la decisión será tomada por el Comité Ejecutivo.

Se pondrá en conocimiento de la sección sindical correspondiente aquellas personas que soliciten afiliarse en el sindicato con el objetivo de poder utilizar la borroka kutxa, para que ésta pueda presentar alegaciones en el caso de que lo considere oportuno. Será el Comité Ejecutivo quien tenga la última palabra.

Para percibir la aportación de la borroka kutxa, la afiliada o afiliado tendrá que tomar parte obligatoriamente en las dinámicas que el sindicato impulse en torno al conflicto en cuestión.

DERECHOS DE LAS AFILIADAS Y AFILIADOS

La afiliación de LAB tendrá derecho a percibir la aportación de la borroka kutxa, siempre y cuando hayan sufrido un perjuicio económico a causa de la lucha y confrontación impulsadas por LAB y según las siguientes condiciones:

> MULTAS Y FIANZAS

Provenientes de cualquier organismo (administrativas, tribunal de la competencia, juzgado de lo penal...). La aportación será como máximo de 10.000 euros. Si la multa o fianza fuese superior a este importe, LAB pondrá en marcha en el ámbito correspondiente otro tipo de medios para recaudar las cantidades faltantes.

> GASTOS JUDICIALES

Se abonarán los gastos procedentes, tanto por vía civil, como penal, a causa de nuestra acción sindical (gastos de abogacía, procuradoría etc.).

> SUSPENSIÓN DE EMPLEO Y SUELDO

Ante los perjuicios económicos derivados de una suspensión de empleo y sueldo, se percibirá mensualmente, como máximo, la aportación fijada para cada mes. La aportación correspondiente por día se calculará dividiendo la aportación mensual entre 30.

> DESCENSOS DE CATEGORÍA

Se hará frente a las pérdidas económicas que produzcan los descensos de categoría o sanciones similares.
- Cuando se trate de una sanción temporal, se complementará hasta el salario que percibía la afiliada o afiliado. La aportación económica que realice el sindicato no será nunca mayor que la aportación mensual establecida para la borroka kutxa. Esta prestación durará como máximo un año.
- Cuando se trate de una sanción indefinida, se realizará un prorrateo y el sindicato abonará la aportación en una sola indemnización. El cálculo de la misma se realizará utilizando la siguiente fórmula: la pérdida económica correspondiente a un mes multiplicada por 24. La cantidad mensual de la indemnización será, como máximo, la aportación mensual establecida para la borroka kutxa.

> DESPIDOS

La afiliada o afiliado que, por presentarse en la candidatura de LAB o por tomar parte en nuestras dinámicas, sea despedido tendrá derecho a recibir una aportación de la borroka kutxa hasta que se realice el juicio, al igual que si se encontrase haciendo huelga y según los mismos parámetros (la prestación de desempleo más la aportación de la borroka kutxa no podrá ser superior al salario que se encontraba percibiendo, ni superior a 1.500 euros). Si en el juicio se resolviese como despido nulo y la empresa fuese sancionada a pagar los salarios de tramitación, la afiliada o afiliado devolvería la aportación recibida. Para garantizar que se cumplen los criterios para aplicar la borroka kutxa en los casos de despido, será necesaria la aprobación del Comité Ejecutivo.

> HUELGAS

En los procesos de huelga, la persona responsable de la federación correspondiente cursará la petición al comité que gestiona la borroka kutxa. Asimismo, cualquier afiliada o afiliado que tenga derecho puede realizar esta petición por medio de alguna de las estructuras del sindicato (comarca o federación). Las trabajadoras y trabajadores afiliados tendrán derecho a la aportación de la borroka kutxa tras realizar tres días completos de huelga en el mismo conflicto, siempre y cuando dichos días hayan causado un perjuicio económico en sus nóminas y no hayan tenido que realizar servicios mínimos de jornada completa; es decir, los servicios mínimos de 2 o 3 horas se computarán como días de huelga y solamente se abonarán las horas que no hayan trabajado.

La aportación se recibirá a partir del tercer día (es decir, el cuarto será el primer día que se abone). Cuando los días de huelga no sean consecutivos y cuando entre dos de esos días de huelga hayan pasado más de seis meses, esos días no se tendrán en cuenta para percibir la aportación de la borroka kutxa. Si las huelgas no son de jornada completa, sino parciales, se seguirá el mismo criterio que en el segundo párrafo. Se sumarían las horas de huelga y se calcularía a cuántas jornadas completas corresponden (teniendo en cuenta cuál es la jornada en ese sector o empresa). Si los días de huelga afectasen a trabajadoras y trabajadores con contrato a jornada parcial, las aportaciones se calcularán según lo siguiente:

- A la hora de recibir la aportación, se considerará como jornada laboral completa también los casos en que el contrato sea a jornada parcial (o se acumule más de un contrato de estas características).
- En el caso de tener más de un contrato a jornada parcial, para calcular la aportación de la borroka kutxa, se seguirá el criterio explicado en el cuarto párrafo.

La Asamblea Nacional analizará y fijará cada año cuál será la cuantía que aportará por día la borroka kutxa (para el año 2018, 25 euros netos diarios; la retención del 2% del IRPF será a cuenta del sindicato).

Si durante ese mes, tras los descuentos que le realice la empresa, el salario neto que perciba la persona afiliada es superior a 1.500 euros, no tendrá derecho a recibir la aportación de la borroka kutxa. Y, si el salario es inferior a esa cantidad, se complementará como máximo hasta 1.500 euros. Asimismo, la aportación de la borroka kutxa por hacer huelga no podrá ser nunca superior a la cantidad que percibiría

Asimismo, la aportación de la borroka kutxa por hacer huelga no podrá ser nunca superior a la cantidad que percibiría con su salario.

FINANCIACIÓN DE LA BORROKA KUTXA

La borroka kutxa se financiará por los siguientes medios:
- Una aportación mensual de las y los afiliados que será estipulada por la Asamblea Nacional. Ésta analizará y concretará cada año qué cantidad de la cuota de afiliación que se paga mensualmente pasará a los fondos de la borroka kutxa.
- Por medio de aportaciones extraordinarias que puedan decidir tanto el Congreso como la Asamblea Nacional.

GESTIÓN DE LA BORROKA KUTXA

La actividad y la gestión del fondo de la borroka kutxa se llevará de forma separada a la tesorería del sindicato. La borroka kutxa será gestionada por una comisión elegida por la Asamblea Nacional y compuesta por cuatro personas. Una de estas personas será propuesta por el Comité Ejecutivo de entre sus integrantes; esta persona tomará parte en la gestión del fondo y se ocupará del nexo necesario con las distintas estructuras del sindicato. Dicho comité realizará anualmete un informe de gestión y pondrá en conocimiento de la Asamblea Nacional las incidencias que hayan sucedido en su actividad.

Los criterios de rentabilidad del fondo serán propuestos por el comité cada año y aceptados por el Comité Nacional. No se invertirá nunca el dinero del fondo en productos financieros con carácter especulativo. El comité de la borroka kutxa realizará propuestas, en la medida de lo posible, en torno a las opciones éticas y solidarias que ofrezca el sistema financiero. A petición del Comité Ejecutivo, el sindicato puede solicitar un préstamo a la borroka kutxa, siempre y cuando no condicione su liquidez. El Ejecutivo hará dicha petición, que tendrá que ser refrendada por el Comité Nacional. La única utilización del fondo será, concretamente, realizar las aportaciones económicas que se relatan en este reglamento. El fondo de la borroka kutxa no podrá utilizarse nunca para otros fines o para cubrir otras necesidades al margen.

http://biltegia.lab.eus/LABetikZuzenean ... a_2018.pdf
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 08 Jun 2019, 16:24

De la Vª Asamblea de ESK

https://www.esk.eus/index.php/es/esk/as ... v-asamblea

sindicato de unas 5.000 personas afiliadas como exponen en su informe de gestión ( https://www.esk.eus/images/asanbladak/5 ... amblea.pdf )
3. REGLAMENTO DE “ESKREN ELKARTASUN FONDOA”

PREÁMBULO

El presente Reglamento tiene por objeto regular el funcionamiento de Elkartasun Fondoa.

Elkartasun Fondoa, su creación y puesta en marcha, está concebido como un instrumento para colectivizar en el seno del sindicato la solidaridad económica con las huelgas en las que participen afiliados y afiliadas de ESK, proporcionando un ingreso básico durante su desarrollo, de manera que permita su mantenimiento y que no sea el ahogo económico el factor que obligue a desconvocar una huelga.

El salto represivo dado por la legislación actual ante cualquier tipo de acción que cuestione el actual modelo socio-económico, entre ellas la acción sindical, hace que el Elkartasun Fondoa sirva como herramienta para paliar las sanciones económicas sufridas por las personas afiliadas de ESK en el transcurso de su acción sindical.

Estos son los únicos objetivos de Elkartasun Fondoa. No obstante, la Comisión Nacional podrá acordar que los fondos acumulados de Elkartasun Fondoa, sean utilizados para cubrir necesidades extraordinarias del sindicato cuando esto no pueda hacerse con las propias finanzas. Nunca para su funcionamiento regular.

Se hará con carácter de préstamos, sin intereses; y sin que, en ningún caso, se ponga en riesgo el cumplimiento del objetivo fundamental de Elkartasun Fondoa, señalado en este preámbulo del reglamento.

Si por circunstancias ahora no previsibles, los fondos de Elkartasun Fondoa llegaran a agotarse, el sindicato asumirá el pago de las prestaciones, hasta completar los préstamos recibidos.

En el caso de un agotamiento definitivo de los fondos de Elkartasun Fondoa, las personas en situación de huelga coincidente con esta circunstancia, no percibirán prestación alguna.

CAPÍTULO PRIMERO: DE LA FINANCIACIÓN

Artículo 1

Elkartasun Fondoa se financiará a través de las siguientes fuentes:

a) El 6% de las cuotas de afiliación.
b) Los rendimientos que se obtengan por el capital acumulado en Elkartasun Fondoa.

Artículo 2

Las aportaciones trimestrales, correspondientes al 6% de las cuotas, deberán realizarse antes de terminar el tercer mes de cada trimestre. Elkartasun Fondoa mantendrá un funcionamiento financiero separado de las finanzas regulares de ESK.

CAPÍTULO SEGUNDO: DE LAS PRESTACIONES

Artículo 3

Para tener derecho a percibir prestaciones de Elkartasun Fondoa, las personas afiliadas a ESK deben cumplir los siguientes requisitos:

a) Estar al día en el pago de sus cuotas.
b) Llevar afiliadas al menos 3 meses en el momento en el que se pudiera tener derecho a percibir la prestación.

Artículo 4

La prestación diaria será igual al SMI diario a partir de julio de 2018. El sindicato descontará de esa prestación la parte correspondiente a efectos de IRPF exigida por las Haciendas Forales de los distintos territorios en los que ESK desarrolla su actividad sindical. El pago de las prestaciones se hará el último día de cada mes.

Artículo 5

Se tendrá derecho a la prestación de Elkartasun Fondoa a partir del 3º día de huelga, no teniéndose en cuenta, a efectos de prestación, los primeros 2 días de la misma. En el caso de que la huelga supere los 5 días, la prestación surtirá efecto desde el primer día. En todos los casos se entiende como días de huelga, las jornadas efectivamente descontadas en nómina.

Artículo 6

Para determinar la cuantía de las prestaciones en el caso de huelgas intermitentes, se sumarán los días de huelga y se actuará como se indica en el artículo 5.

Para determinar la cuantía de las prestaciones, en el caso de paros parciales, se sumarán las horas de huelga para calcular el número de jornadas de huelga teniendo como referencia la jornada del sector o empresa en huelga.

Una huelga realizada durante más de dos días y desconvocada por cualquier causa, que vuelve a ser convocada pasados un máximo de 15 días y por el mismo motivo, tendrá la consideración de una sola huelga a los efectos de la aplicación del artículo 5.

Artículo 7

En los casos de huelgas realizadas por personas con contratos a tiempo parcial, las ayudas se guiarán por los siguientes criterios:
a) A efectos de la prestación del Fondo, el contrato a tiempo parcial, o la suma de ellos, se considerará como jornada completa.
b) Cuando habiendo concurrencia de contratos en la misma jornada, la huelga afecte a una parte de ellos, la cuantía de la ayuda diaria se establecerá en igual proporción a la que exista entre las horas de huelga realizadas, respecto a la suma total de horas de los contratos que se tenga.

Artículo 8

La suma de los salarios recibidos y el importe de las ayudas no podrá, en ningún caso, ser superior al salario mensual.

Artículo 9

En aquellos casos que, derivada de la acción sindical debatida y acordada en las estructuras correspondientes del sindicato (Comisión Nacional o Comisión Provincial), alguna persona afiliada del sindicato fuese apercibida judicial o administrativamente con una sanción económica, Elkartasun Fondoa abordará la cobertura de la cuantía económica de dicha sanción.

CAPÍTULO TERCERO: DE LA GESTIÓN

Artículo 10

La gestión de Elkartasun Fondoa estará a cargo de la Coordinadora Nacional, quien nombrará una persona, no perteneciente a la Coordinadora Nacional, encargada de la gestión administrativa y financiera. La Coordinadora Nacional elaborará un informe anual para su presentación ante la Comisión Nacional.

Asimismo, la Coordinadora Nacional será la encargada de resolver las excepcionalidades que pudieran plantearse y, si fuera necesario, emitir una opinión razonada ante la Comisión Nacional, a la que corresponderá adoptar una resolución definitiva.

Las Comisiones Provinciales nombrarán una persona encargada de la gestión de Elkartasun Fondoa en cada herrialde.

CAPÍTULO CUARTO: DE LA VIGENCIA Y MODIFICACIÓN

Artículo 11

Este reglamento será de aplicación a partir del 1 de julio de 2019, tras su aprobación por la IV Asamblea General de ESK y mantendrá su vigencia hasta que una nueva Asamblea General lo modifique.

En el espacio de tiempo entre dos Asambleas Generales, si se constatara la necesidad y urgencia, la Comisión Nacional estará facultada para la modificación provisional de este reglamento.

https://www.esk.eus/images/asanbladak/5 ... al_ESK.pdf
Última edición por Aitor Mena el 09 Jun 2019, 05:25, editado 1 vez en total.
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 08 Jun 2019, 16:38

A dose of strategic realism? Or how a strike-fund can be effective

Taking into consideration all the discussed above, the appropriate strategic question is the following one: if a strike-fund appears to be an organizational instrument that can help workers to improve considerably their working conditions at the workplace and enhance their class power collectively, why are not other trade unions making use of it too?

Is capitalism built through class oppression? Of course. Although it seems that as we keep talking about how things are so bad, even, about how worse they are getting with the rise of proto-fascist governments across the world – despite all these (new?) phenomena – it is obvious that nothing is really changing, or at least in our favor. To such pessimist answer, we should dare to make a provocative extension and state the following: yes, capitalism is disgustingly built by putting us against each other but WITH OUR INVOLVEMENT, with us being necessary accomplices of its hegemony and of its ugly transformation.

To our mind, we need to start changing our object of attention and acknowledge that capitalism is ALSO the expression of labor’s incapacity to organize and strike back effectively. We should be more self-critical, which does not mean self-destructive and start trying new things. Don’t you feel we have had enough of compassion and that it is already the time for a recalcitrant dose of strategic realism? But when we talk about new “things”, new “methods”, we are not talking about “original” or “utterly new” forms of class struggle – as some may prefer to believe they do exist outside history –, but instead we conceive them as basic forms of class organization and solidarity that perhaps, in the right context and dose, can unfold a set of new events that surface underlying contradictions. To our mind, as it stands now, right-wing class movements are making “goals” while the radical-left remains in a sort of state of confusion, an impasse, in which the time is running against us.

In such apparently gloomy landscape, and after seeing how European workers and class organizations have not managed to build effective transnational solidarity structures and discourses to counter-fight austerity and neoliberal regulation since 2008, a little country – Euskal Herria – in the Spanish state has provided us with renewed hopes. But these are not hopes of the kind in which the world is going to change to the much better very soon, but more realistically, that from the standpoint of an average Basque worker, there are some few things that one can do in order to make a step forward, no matter how small, but still, a step forward. A sort of successful incursion in a context of guerrilla-warfare perhaps?

More concretely, Euskal Langileen Alkartasuna (ELA), the largest and most representative trade union in the Basque Country, is a class organisation that, and from a position of ‘counter-power’, has sought to build organisational strength vis-à-vis the employers, the government and conservative unions, through the empowerment of its rank-and-file, predominantly, in collective bargaining and industrial conflict processes. Since the mid-1990s it opted to leave aside the historical turn that the rest of social-democratic unions were taking across the western world: to change from a position that seeks greater working conditions to that of conformism and micro-corporatism. A corporatist logic makes us think that the worse is to come and yet that it is better not to trigger the conflict, so we buy-into the enemy’s discourse and believe that by lowering the standards may be the explosion will put off. Ironically, such very strategy undermines all the conditions that once were gained and, at the same time, makes such actors to the eyes of the rest as accomplices of the course of history.

ELA has bet on gaining both political and financial autonomy (around 93% of its expenditures are self-covered) in order to be capable of setting some ‘red-lines’ that the rest of big unions are currently incapable of setting: not signing dual-wage-scales, not signing working-time and workload increases, not fostering calendar flexibility, not signing vacuous sector agreements that are not likely to be implemented at the workplace, and establishing new alliances with more confrontational unions and social organisations among other things. Or put it differently, this union has gained political and organizational autonomy and strength by rejecting social dialogue with the government and other conservative unions in order to establish a ‘counter-power’ strategy that seeks to protect and organize the whole Basque working class in and through their organization.

ELA has 100.000 members but it organizes just less than 10% of all the strikes taking place within the Spanish state (60 out of 600-800 per year approx.), and in the last years it has managed to organize, overall, more strikes than the second largest social-democratic trade union in Spain (Union General de Trabajadores, UGT) which has 10 times more affiliates than ELA. Moreover, the scope of action of the Basque union is smaller, i.e. the Basque Country only represents less than a 5% of the Spanish workforce, and this union only represents one-third of all Basque unionized workers. In other words, this union is the main force behind the fact that the Basque Country hosted 36% of all the strikes taking place in Spain between 2000-2017. This concretizes also in the statistical fact that a worker engaging in a strike organised by ELA loses at least 7 days more for every day lost by a strike organized by UGT. Therefore, and taking into consideration that Spain is already supposed to be one of the most conflictive countries in Europe, this Basque union is playing very tough.

After a decade of economic crisis and fiscal austerity, the trade union has maintained the pulse and not given up. In 2018 the number of strikes organized by ELA has augmented 81%. However, these have not sought to protect and empower ‘core-workers’ but rather more ‘precarious’ or ‘subaltern’ ones, expanding the horizons of class solidarity. For example, the longest and most visible strikes have occurred in feminized and racialized sectors such as in elder-caring-residences, hotel cleaning-services, publicly subcontracted cleaning-services, publicly-subcontracted school-restaurants or publicly subcontracted museum services. That is, in almost all those economic activities that should be incorporated within the responsibilities of what once was labeled as a social-democratic capitalist state. ELA is denouncing the neoliberal patriarchal state and is striking back to transform its regressive roots.

But how can we explain this? And leaving aside that the second largest union in the Basque Country, Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB), has also various decades of grass-roots mobilization and social movement history? Well, we conceive that the strike-fund has a lot to do with this. Three examples, which are becoming the norm rather than a rarity, might be interesting to consider succinctly:

1. In 2016, after 41 days of complete indefinite strike, workers at the museum of fine arts of Bilbao managed to: raise their gross-wages more than 100%, by increasing their base-salary from 10.400€ to 20.500€ and recognising their seniority (trienios); introduce a subrogation clause in the collective agreement so that the modification of the license between the government and the subcontractor would not suppose any lay-off; and to block the company from reducing salaries or working conditions in case of financial stress that the 2012 labour reform permits. According to one syndicalist: “We are a very small collective who was confronted a large multinational company like ManPower Group Solutions and to the three largest public institutions in the territory […] Despite the numerous problems, we have also discovered ourselves, and that is the most important: that we have discovered the power of unity”.

2. This year, after another 41-day strike that started the 1st of February and finished the 12th of March, 38 workers of a manufacturing company in Navarra managed to secure a collective agreement that would: increase salaries more than 10% by recognizing night-shifts, seniority, inflation and so on; reduce 24 working hours during the first year and would prohibit to work on Sundays; reduce calendar flexibility so that workers can plan and organize their holidays and reproductive-life better; and block the implementation of the 2012 labour reform that bestows companies sufficient power to modify working conditions discretionally.

3. Last year, after 40-days striking and protesting in the city center of Bilbao, starting the 2nd of November and finished the 12th of December, the room-service and cleaners of two multinational hotels managed to improve their salaries and working conditions substantially: an increase of 54% of their basic salary in less than two years (from 13.000€ to 20.000€), thus, equalising their salaries and other working conditions (reduction of working time and flexibility) to what actually establishes the regional agreement on the hotel industry; the reincorporation of those strikers who had been laid-off or whose contract had expired during the strike.

According to the latest data published for its militancy (Landeia, February 2019), ELA starts using the strike-fund in strikes of a duration of more than three days, and it comfortably exceeds the Minimum Wage for the commitment that the fund should cover at least 105% of the legal minimum. The amounts for the year 2019 are the following: (1) the “regular fund” of €1,102.50 per month (£951.25); (2) a “reinforced fund” of +15%, that is €1267'87 per month (£1,093.93), for those companies in which at least 35% of the staff is affiliated to ELA; and (3) the “strategic fund” for those strikes and sectors considered to be strategic, and in which the support can reach up to €2,205.00 per month (£1,902.5). In any case, the cash compensation may never exceed the monthly net salary, including extraordinary payments.

Having a strike-fund of this type is only possible thanks to a high union fee (€21'77 per month, £18.78 per month; the highest within the Spanish state), and because the union allocates 25% of their union fees to the strike-fund, that is around £5 per month. This high quota supports the financial autonomy of the union (it self-finances more than 94.44% of its activity), and allows ELA not to depend on external revenues such as state subsidies. This financial autonomy provides, and unlike other unions tied to the financing of social dialogue, the necessary political autonomy to confront both government and employers. The combative orientation of trade union policy, political autonomy and collective bargaining, and financial autonomy together with the use of the strike-fund, define the union model of ELA that has no comparative references at European level.

After doing sociological and historical research on industrial conflict and the restructuring of collective bargaining in the Basque Country, Catalonia and the rest of Spain, the two authors of this text have come to the conclusion that the use of a strike-fund is a (relatively simple) organizational mechanism that can empower workers in two forms. On the one hand, it empowers workers “democratically” or “from below”, as the use of strike-funds can only become operationalized through the active intervention, organization and mobilization of the rank-and-file at various spatial scales, predominantly the workplace, but not only. On the other hand, we have also realised that the strike-fund does also empower the working class “strategically” or “collectively”, as it simultaneously amplifies the room for maneuver of a class organization (the union), and crystalizes the effectiveness of its (democratic?) leadership through the transformation of history and by gaining social support.

Taking into consideration all the discussed above, the appropriate strategic question is the following one: if a strike-fund appears to be an organizational instrument that can help workers to improve considerably their working conditions at the workplace and enhance their class power collectively, why are not other trade unions making use of it too? Why are not trade unions that consider themselves to be revolutionary not using it systematically, in order to enhance the collective solidarity of its membership? Or is it that revolutionary unions are achieving similar victories with the use of other tools and forms of class struggle? We dare to advance two responses: (1) or we are not giving to collective bargaining and to the conditions that are established through daily-life class struggle the centrality they deserve, because collective bargaining is not interesting at all for its reformist horizon, and then why to make out our disposal any instrument for it; or (2) in a cost-benefit analysis a union realizes that it has unsolvable difficulties in its management.

No matter how superficial this may look to revolutionary praxis, we believe that refusing to assimilate effective organizational instruments in the triggering of (no matter how partial and limited) class struggles is to condemn revolutionary syndicalism to the irrelevance, both within trade unionism and class politics. We consider far more dangerous to wait for the emergence and spread of revolutionary class-organizations out from any historical praxis, resorting to ‘purer’ proclaim than to try to understand the actual contradictions of our own historically grounded collective power and forms of class consciousness. The fact that we have still no clue on how to make the revolution and on how a socialist or communist society may look like should not impede us from committing more accurate mistakes. From such reading, and in a context of pervading structural disempowerment, we argue that wielding the dilemmas of a strike- in order to both strengthen solidarity ties between already-union-members and expand them beyond, to those workers who may start seeing syndicalism a possibility. It is here where revolutionary-syndicalist (e.g. IWW) and democratic-socialist projects (ala e.g. ELA) may converge, from a heuristic process that confronts theory with praxis – a process which understands ideology and collective forms of class action as two sides of the same incomplete process – so that social emancipation may become not just a mere speculation but a historical truth.

Jon Las Heras (@jonlhc) & Lluis Rodriguez (@lluisraeco), political economists and members of the Institute of Economics and Self-Management.

https://libcom.org/news/dose-strategic- ... e-03052019
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 10 Jun 2019, 14:30

Imagen

https://www.ela.eus/es/landeia/landeia-232
HARIRA | Afiliación y Caja de Resistencia

Independencia económica gracias a la afiliación

La Caja de Resistencia se adapta al nuevo Salario Mínimo Interprofesional y se incrementa un 22%

ELAren afiliazioak hilero ordaintzen duten kuotei esker sindikatuak erabateko finantza-autonomia du uste dituen erabakiak hartzeko

>>Nerea Ispizua

El Consejo Nacional de ELA ha aprobado las cuotas y cantidades a percibir de la Caja de Resistencia en caso de huelga durante 2019.

• La cuota normal, B, será de 21,77 euros.
• La M, o para parados/as con subsidio, será de 16,32 euros.
• Y la P, para personas jubiladas,estudiantes, parados/as sin subsidio... será de 10,88 euros.

Las miles de personas afiliadas a ELA garantizan la independencia del sindicato. Sin independencia económica –más del 94,44% de autofinanciación– no es posible realizar un sindicalismo realmente autónomo como el que practica ELA.

En pie de lucha gracias a nuestra Caja de Resistencia

Hay que recordar que el 25% de la cuota de toda la afiliación se destina a la Caja de Resistencia. La Caja de Resistencia es un instrumento
indispensable para la lucha sindical y se empieza a abonar en las huelgas que alcancen los tres días completos de duración.

En 2019, la Caja de Resistencia ordinaria ascenderá a 1.102,50 euros al mes. Eso supone una subida de 201,02 euros respecto al año pasado.

Este importante incremento se debe a la subida del SMI y el compromiso de ELA de que la Caja de Resistencia ordinaria alcance, al menos, el 105%
del mismo.

En las empresas sindicalizadas, es decir, en las empresas en las que al menos el 35% de la plantilla esté afiliada a ELA, el importe anterior se incrementará un 15%. Es decir, la llamada Caja reforzada alcanzará los a 1.267,87 euros al mes en 2019.

Finalmente, la Caja estratégica –en huelgas o sectores considerados estratégicos– la ayuda de la Caja puede llegar a los 2.205 euros mensuales.

La indemnización por Caja no podrá superar en ningún caso al salario neto de la persona beneficiada, con inclusión de la parte proporcional de las pagas extras. (Artículo 7.3 del reglamento de Caja).

Instrumento cada vez más imprescindible y eficaz

La Caja de Resistencia es un instrumento cada vez más imprescindible y eficaz para la clase trabajadora. ELA quiere ser un instrumento útil para luchar contra la precariedad que el poder político y económico está imponiendo en el mundo del trabajo, y nuestras mejores armas son la organización y la Caja de Resistencia.

La transparencia es otra de las características del funcionamiento de la Caja de Resistencia de ELA. Hay un reglamento claro que establece derechos y obligaciones, y en el informe de gestión que se realiza cada cuatro años al Congreso se informa de las cantidades destinadas a la Caja en ese cuatrienio.

Cambio en el tratamiento fiscal de la Caja de Resistencia

Recordar, por otra parte, que en 2018 se produjo por parte de las haciendas vascas un cambio de criterio sobre el tratamiento fiscal de los cobros y los pagos de la Caja de Resistencia.

Durante 38 años han estado exentas, pero a partir de ahora serán consideradas rentas de trabajo, por lo que ELA tiene la obligación de realizar las retenciones correspondientes, y los perceptores de la Caja tendrán que declarar los ingresos recibidos en su declaración de la renta correspondiente. Es decir, las cantidades anteriores son netas; se les ha aplicado ya la retención del 2% correspondiente.

Es un cambio de criterio que hemos tenido que acatar, aunque seguiremos denunciando decisiones que una vez más ponen el foco en la clase trabajadora - en este caso, además, en la que lucha y planta cara para cambiar esta sociedad.

AFILIAZIOA KUOTAK 2019

B kuota: 21,77 euro/hilean
M kuota: 16,32 euro/hilean
P kuota: 10,88 euro/hilean

GREBA KUTXA 2019

Greba Kutxa arrunta: 1.102,50 euro/hilean
Greba Kutxa indartua: 1.267,87 euro/hilean
Aparteko Kutxa: 2.205 euro/hilean


landeia Otsaila-Martxoa 2019 | 232 Zenb. 14-15
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 10 Jun 2019, 15:34

Intervenciones dónde se habla del uso de la caja de resistencia (2017)
III Encuentro de Profesionales del Asesoramiento Laboral y Social: Huelga, Conflicto Laboral y Negociación Colectiva. 11-12 mayo 2017

Mesa redonda: Huelga y caja de resistencia en la acción sindical: de la negociación colectiva a las huelgas generales.

Joseba Villarreal. Secretario Nacional de Negociación Colectiva de Euskal Langileen Alkartasuna (ELA) (vídeo)



Xabier Ugartemendia. Secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB) (vídeo)



Iñaki Uribarri. Economista, experto en Renta Básica y miembro de Esker Sindikalaren Konbergentzia (ESK) (vídeo)



Preguntas (vídeo)



https://www.ehu.eus/es/web/lan-harreman ... _count%3D6
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 10 Jun 2019, 16:04

Intervenciones dónde se habla del uso de la caja de resistencia (2019)
"El diálogo social y la negociación de élites solo contribuye a desmovilizar mientras la precariedad se va extendiendo"

"Hoy se externaliza hasta la parte principal de la producción y se hace para devaluar salarios. Hoy aquellas ETTs son las nuevas empresas multiservicios. Si todo cambia, ¿los sindicatos no estamos obligados a cambiar? Si la precariedad se extiende, ¿podemos seguir fundionando igual? Nosotras tratamos de buscar los ámbitos donde trabajar organizativamente, organizar a la gente, darle los intrumentos delucha necesarios y financiar las huelgas, porque nosotras con nuestra caja de resistencia financiamos huelgas. El cuestionamiento de privilegios no fue, ni es, ni será nunca ni moderado ni pacífico"

Intervención de Mari Cruz Elkoro (secretaría general de la federación de servicios privados del sindicato ELA) en el IV encuentro de profesionales del asesoramiento laboral y social celebrado los días 11 y 12 de abril de 2019 en la Facultad de Relaciones Laborales de la EHU-UPV en Leioa

ELA no puede compartir lo expresado por el ponente anterior en su intervención en el sentido de que lo importante es llegar a acuerdos. La misión de un sindicato no es llegar a cualquier acuerdo, la obligación del sindicato es llegar a buenos acuerdos es más, a buenos acuerdos que además tengan garantía de que se cumplan. Las trabajadores y trabajadores para llegar a malos acuerdos no necesitan organizaciones sindicales, para firmar un acuerdo sólo hace falta un bolígrafo.

ELA, recientemente hemos celebrado un congreso extraordinario, nos definimos como un sindicato de contrapoder, un sindicato de conflicto y un sindicato de huelgas porque la coyuntura actual así lo requiere. De nada sirve firmar acuerdos mientras al mismo tiempo la precariedad se va extendiendo de maneras muy diversas.



Para analizar la situación en la que nuestro sindicato lleva a cabo la Negociación Colectiva (N.C.) es importante analizar el contexto.

La N.C tal y como la hemos conocido hasta hace unos años ha pivotado sobre la negociación provincial sectorial. Ese sistema ha saltado por los aires en los últimos años. En mi opinión hay cuatro grandes factores que han contribuido a ello.

Primer factor: Reforma de la N.C de Zapatero (2011)

La Reforma de la N.C impulsada por Zapatero en el año 2011 pone patas arriba el sistema de N.C que había imperado hasta ese momento y que se basaba en una negociación sectorial de carácter provincial en la mayoría de los casos y que muchas veces era superada en el nivel de empresa. La jerarquía que hasta ese momento había imperado se rompe y el convenio provincial pierde su rango. Zapatero impulsa una reforma basándose en un informe del Banco de España que alude a la necesidad de devaluar salarios. Entienden que el ajuste se producirá de forma más rápida si existe un único convenio por sector y no 52 provinciales por sector donde el ajuste tardaría años en producirse. Es por ello que la reforma de Zapatero opta por la centralización de la N.C y habilita esta posibilidad que es utilizada por la patronal estatal y los sindicatos estatales para monopolizar la N.C. Lo hacen principalmente a través de dos fórmulas:

- Cláusulas de estructura que se reservan materias para su negociación en exclusiva en el ámbito estatal.
- Una línea mucho más dura y agresiva a través del establecimiento de cláusulas que directamente prohíben la negociación en ámbitos inferiores.

Esta estrategia conlleva vaciar de contenidos y materias a los convenios provinciales que a partir de ahí, quedan muy tocados.

Para ELA este no es solo un problema de ámbitos de negociación, sino que se trata de una estrategia que implica un gran deterioro de condiciones de trabajo y de precariedad laboral.

Voy a poner un ejemplo que para el sindicato ha sido muy sangrante:

Convenio de restauración colectiva de nueva creación en el ámbito estatal: los sindicatos estatales y la patronal optan por la fórmula más dura: impiden la negociación de convenios en ámbitos inferiores. Los sindicatos estatales con un 16% de representación en el ámbito de la CAPV por ejemplo impiden que el 84% pueda desplegar su acción sindical en el ámbito de los comedores escolares donde hasta ese momento se aplicaba el convenio de hostelería. Las consecuencias en términos laborales son muy duras: 50% menos de salario y 50 horas más de jornada al año.

Segundo factor: Reforma laboral de Rajoy (2012)

Reforma de Rajoy en el 2012 otorga prioridad aplicativa a los convenios de empresa en determinadas materias entre ellas, el salario. Se rompe nuevamente la jerarquía del convenio provincial y se permite que los convenios de empresa regulen condiciones inferiores a los convenios provinciales.

Además de lo anterior la Reforma de Rajoy altera muchas cuestiones pero en términos de N.C, yo destacaría dos: la limitación de la ultractividad y las posibilidades de descuelgue.

- El cambio de la ultractividad supone un cambio conceptual de la N.C pasa de ser ofensiva a defensiva. Anteriormente a la reforma los contenidos anteriores estaban garantizados y a aquellas conquistas, sumábamos nuevas. Ahora la N.C casi se convierte en una carrera para firmar convenios por miedo a no perder derechos fruto del decaimiento del convenio. La patronal nos lo deja claro desde el primer momento: la ultractividad es una cuestión de posición negociadora y las tornas han cambiado, quien la tiene a su favor tiene la sarten por el mango.

- Las posibilidades de inaplicación o descuelgue (se incluye la posibilidad de descuelgue por previsión de pérdidas). ELA nos hemos empeñado en blindar la posibilidad de descuelgue de las empresas. ¿ELA dice que ninguna empresa se puede descolgar? NO. Lo que decimos es que se podrán descolgar si lo acuerdan las partes que negociaron el convenio. No aceptamos el sometimiento del descuelgue a un arbitraje porque en esos supuestos los trabajadores/as solo pueden empatar o perder.

¿Cuáles son las consecuencias de las dos reformas? El vaciamiento de los convenios provinciales: desde el ámbito superior a través de la reserva de materias y por el ámbito inferior a través de los convenios de empresa y su prioridad aplicativa en determinadas materias. Si ello se lleva al extremo ¿qué materias se van a poder negociar en los convenios provinciales?

Esto se produce en un contexto de crisis económica y es aprovechado por la patronal para hacer ajustes y hacer planteamientos regresivos.

Tercer factor: ajustes con la excusa de la crisis

Los últimos años han estado marcados por un contexto de crisis económica que ha sido aprovechado por la patronal para llevar a cabo ajustes y planteamientos regresivos. La administración no ha sido ajeno y se han llevado a cabo políticas de austeridad. Política que han tenido su incidencia en el personal propio de la administración a través de la bajada de salarios y pérdidas de derechos ( complemento en bajas, pagas extras...) y precariedad laboral en el ámbito de las subcontatas que operan en el espacio público. ¿Ha habido una apuesta clara por la reducción de costes en las licitaciones públicas sin reparar el coste en términos de empleo y condiciones que ello supone. ¿Ha habido despidos en el ámbito de las subcontratas? No diríamos que han sido significativos. Teniendo en cuenta que la mayor parte de las personas subcontratadas tienen contratos a tiempo parcial lo que sí ha habido ha sido reducciones de jornadas a través del art.41 es decir, contratos áun más precarios si cabe.

Las administraciones han impulsado las ofertas a la baja. Si a ello añadimos la reforma de Rajoy donde se da prioridad a los convenios de empresa y a la proliferación de empresas multiservicios con convenios estatales de empresa rozando el salario mínimo interprofesional, ya tenemos la cuadratura del círculo.

¿Cómo lo hacen? Licitan servicios, se sacan pliegos de condiciones donde la mayor parte de la puntuación (60 puntos sobre 100 en muchos casos) se da a la oferta económica más barata. Es un invitación en toda regla a tirar costes sin analizar las consecuencias en términos de empleo y condiciones.

En el año 2013 ELA impulsó dos ILPs, una en Nafarroa y otra en la CAPV. Pedíamos que los Gobiernos vasco y navarro en las licitaciones públicas garantizaran tres cuestiones:

- Subrogación del personal ante los cambios de empresa.
- Garantizar que el convenio de aplicación fuera el sectorial más cercano.
- Régimen de sanciones para las empresas incumplidoras.

En Nafarroa se acepto. En la CAPV, vía enmiendas, fué completamente modificada y la resultante fue que la subrogación se contempla sólo si lo hace el convenio sectorial de la actividad objeto de licitación, el convenio lo determina la empresa adjudicataria y de las sanciones a las empresas incumplidoras, ni hablamos.

Es en este ámbito donde nuestro sindicato ha tenido los mayores conflictos y las huelgas más largas en los últimos tiempos:

- Residencias de Bizkaia: 370 días de huelga para garantizar un salario de 1200 y 35 horas.
- Subcontrata del Museo de Bellas artes: de 600 euros pasar a 1200, 1400... Empresa Multiservicios Manpower outsourcing (anteriormente ETT), Me referiré en el cuarto factor como trabajan estas empresas. 45 días de huelga con el museo cerrado.
- Palacio Euskalduna: Empresa Eulen funcionando como una ETT pero como si no lo fuera para no aplicar la ley ETTs. 12 días de huelga.
- Mediateka Alhóndiga de Bilbao: subcontrata de una empresa pública del ayto. Bilbao. Pasar de 800 euros a 1400 y de 1800 horas a 1640. 38 días de huelga.
- Varios polideportivos: Erandio, Getxo, Mungia, Durango, Amurrio, Zarautz... donde hemos conseguido rebajar la jornada de 1710 horas a 1592 además de importantes incrementos salariales. En Durango por ejemplo el primer año 4200 euros más, el segundo año más de 6000 euros más... En algún caso 6 meses de huelga.
- Flexiguías del Guggenheim: duplicar el salario

Han sido huelgas largas, muy duras pero con muy buenos resultados.

Cuarto factor: Las nuevas estructuras de empleo, como el outsourcing

A partir de los 80 se generalizó la subcontatación de servicios pero en general hablábamos de subcontratación de actividades auxiliares. Hoy se externaliza hasta la parte principal de la producción y se hace para devaluar salarios.

Antiguas ETTs reconvertidas en empresas de servicios para escapar a la regulación de las ETTs. En el año 94 se regulan las ETTs y se establece que las plantillas de puesta a disposición deben tener las mismas condiciones que los de la empresa principal. Hoy aquellas ETTs son las nuevas empresas multiservicios. Se constituyen como tales para burlar la aplicación de la ley del año 94 y se están expandiendo como la pólvora. Sin embargo su funcionamiento es el de una ETT, prestan mano de obra. Son un gran peligro porque su única misión es precarizar el empleo existente. Muchas de estas empresas han suscrito convenios con el primo del jefe en Madrid y pretenden extender su aplicación a todo el territorio del estado español lo que ha provocado la anulación de los convenios por parte de la Audiencia Nacional por el principio de correspondencia.

Mucho se habla de estos convenios tan precarios (salario mínimo interprofesional, 1800 horas, sin derechos sociales prácticamente ) y lo que hay que decir es que si existen es porque alguien los firma. Hay sindicatos que firman estos convenios y precisamente nosotros, ELA, no somos los que firmamos. A ELA le toca combatirlos.

Voy a poner varios ejemplos:

- Hostelería: camareras de pisos. Personas que limpian las habitaciones de los hoteles. Empresas como Grupo Constant que operan en el NH y Barceló y quienes protagonizamos recientemente una huelga de 47 días. ¿Para qué? Para mejorar las condiciones de trabajo.

Hace un tiempo llegó a nuestras manos un informe de la patronal estatal de hoteles y la estrategia la tenían muy clara: decían que en unos años el 60% de la actividad estaría externalizada y esto era un objetivo, externalizar a coste muy bajo. Visto ello, nuestro sindicato planteó regular el tema de la externalización en los convenios provinciales, en alojamientos de Gipuzkoa donde somos mayoría absoluta y tras una convocatoria de huelga en periodo importante y en Bizkaia donde somos mayoría. Lo conseguimos. Introdujimos una cláusula que obliga en el ámbito de los hoteles a garantizar la aplicación como mínimo, de las condiciones del convenio sectorial.

Si no lo hacemos, tendremos convenios provinciales que los podremos poner en un marco porque se acabarán no aplicando. A través de las empresas multiservicios el convenio provincial acaba siendo nuevamente agujereado.

Pero este no es sólo un problema que se extiende en el ámbito de los servicios. Estas empresas que están copando gran parte del empleo industrial, prestan trabajadores/as para realizar funciones de la actividad principal: Ejemplos:

- En el Grupo CIE había personas en labores de producción codo a codo con la plantilla propia: 12.000 euros de diferencia en salarios + la diferencia en cotizaciones... un chollo para la empresa. Trabajamos coordinadamente comité industrial y empresa de servicios y logramos que se considerara cesión ilegal e integración en plantilla del personal.
- Sodexo en Norbega – Coca Cola, en labores de producción: convocamos huelga. Todos los eventuales a fijos, 24% de incremento salarial más creación de un montón de pluses.

La situación requiere de respuestas radicales

Durante mucho tiempo, se nos ha criticado desde algunos ámbitos diciendo que abandonamos la negociación sectorial. No es cierto, hemos peleado en convenios sectoriales y hemos conseguido muy buenos resultados ahí están los ejemplos de residencias, ayuda a domicilio, intervención social donde protagonizamos huelgas para conseguir buenos convenios. ELA ni sacraliza ni demoniza ámbitos, tratamos de buscar los ámbitos donde trabajar organizativamente, organizar a la gente y darle los instrumentos de lucha necesarios y financiar las huelgas porque nosotros con nuestra caja, financiamos huelgas.

En nuestra opinión si el sindicalismo quiere ser un agente activo en la lucha contra la precariedad y la desigualdad no podemos seguir con los esquemas clásicos de negociación. En ámbitos de tanta precariedad ¿podemos ir con plataformas clásicas del IPC + 0,5%?

Si todo cambia, los sindicatos no estamos obligados a cambiar? Si la precariedad se extiende podemos seguir funcionando igual? En nuestra opinión hay que resituarse en el contexto descrito, analizar lo que sucede, hacer diagnósticos, diagnosticar la precariedad, dar perspectiva a la gente, organizarla, negociar y si la negociación no da, plantear el conflicto.

No podemos funcionar por inercias, que a una negociación le suceda otra, y seguir siendo tradicionales en la negociación. Tenemos que innovar, tenemos que arriesgar y tenemos que saber en qué terreno nos movemos en cada momento.

Nosotros damos mucha importancia a la organización, damos mucha importancia a la afiliación, a la militancia y a la lucha y creemos que el diálogo social y la negociación de élites solo contribuye a desmovilizar mientras la precariedad se va extendiendo.

Hemos incorporado un elemento más de acción sindical

Nuestro sindicato está haciendo también un proceso organizativo pro – equidad de género y ello conlleva necesariamente hacer un replanteamiento en la N.C. Analizar qué impactos y qué resultados conllevan nuestras propuestas. Queremos colocar en el centro del debate la desigualdad de género y hemos asumido el compromiso de ser también un agente activo en la lucha contra esa desigualdad. Vamos a iniciar un trabajo para combatir la brecha salarial. Hemos empezado por el sector de la limpieza y por residencias de Gipuzkoa. En limpiezas de la Diputación de Gipuzkoa conseguimos romper la brecha existente entre la limpieza viaria (masculinizada) de Gipuzkoa y la limpieza de edificios y locales (feminizada). Ahora llevamos desde finales del septiembre, más de 6 meses de huelga en las trabajadoras de limpieza de comisarías y juzgados de Gipuzkoa donde la brecha salarial es del 13% y del 7%. Vamos a llevar este debate y esta pelea institución a institución, ámbito a ámbito.

Y alguien podrá pensar: vaya discurso más radical. Pero es que la N.C es un conflicto de intereses y es una disputa de derechos y un cuestionamiento de privilegios. Cuando hacemos un convenio lo que hacemos es discutir qué parte de la ganancia se lleva una parte y qué parte se lleva otra, creamos derechos laborales para la gente en los convenios. La práctica de la explotación y la extensión de la precariedad no es moderada y el cuestionamiento de privilegios ni fue, ni es, ni será nunca ni moderado ni pacífico.

https://www.mrafundazioa.eus/es/articul ... xtendiendo
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 16 Jul 2019, 17:29

Joreg escribió:
17 Abr 2018, 19:26
Una negociación es algo largo. Hay que ver cómo termina.
La huelga indefinida con caja de resistencia confederal sí sirve. En este caso no tiene sección sindical, pero seguramente la CNT ni CGT aguantarían una huelga así
Seguramente.
Pues terminó así, menos mal de la huelga indefinida contra el cierre de la acería y el despido colectivo. Ahora tienen trabajo todxs e incluso no han tenido que aplicar el ERTE que quisieron imponer después
Productos Tubulares pide paz social a cambio de retirar el ERTE

La dirección quiere que la plantilla se comprometa a no hacer más huelgas sectoriales en otoño

Adrián Legasa - Miércoles, 19 de Junio de 2019

Bilbao- La dirección de Productos Tubulares, la filial vizcaina de Tubos Reunidos, ha ofrecido a los sindicatos la retirada definitiva del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a cambio de recuperar la plena “normalidad” en la producción. El reciente acuerdo con la banca para refinanciar la deuda y la buena salud de la cartera de pedidos dan margen para alejar las medidas regulatorias que han planeado sobre la fábrica de Trapagaran los últimos meses, aunque la empresa pone condiciones. En primer lugar pide a la plantilla que vuelva a trabajar fines de semana al precio que marca el convenio y, sobre todo, que no secunde nuevas huelgas ante la previsión de que el conflicto del Metal vizcaino se recrudecerá después del verano.

Las tres jornadas de huelga celebradas en las últimas semanas a nivel sectorial para desbloquear el convenio han tenido una incidencia importante en las grandes plantas vizcainas, entre ellas Productos Tubulares -el año pasado la plantilla ya fue capaz de forzar la retirada de 157 despidos después de más de 40 días de huelga-. Para mañana y pasado hay programados en la industria de Bizkaia otros dos días más de paro y todo apunta a que la movilización continuará en septiembre. Una perspectiva que, como ha advertido la dirección del fabricante de tubos de acero al comité, complica el poder dar salida a todos los pedidos pendientes.

Aunque sea paradójico, si el problema de la fábrica de Trapagaran hasta hace bien poco era la falta de carga de trabajo ahora la situación es la contraria. Esta nueva realidad ya se ha plasmado en el hecho de que el ERTE aprobado en noviembre del año pasado nunca ha llegado a aplicarse. Así como en la planta principal de Tubos Reunidos en Amurrio el ERE temporal sí ha tenido afección, en el caso de los 400 trabajadores de Trapagaran su puesta en marcha se ha ido retrasando hasta el día de hoy.

(...)

https://www.deia.eus/2019/06/19/economi ... ar-el-erte
Y estos són los resultados de las elecciones sindicales: gana ELA y sube también en votos LAB-ESK, los tres suman mayoría, y pierden votos UGT - CCOO. Se deduce que la evolución de la afiliación en las secciones sindicales, vista la dinámica de la huelga, siguió una tendencia parecida.

https://twitter.com/ELAEzkerKadagua/sta ... 9425907712
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 02 Nov 2019, 14:04

«La caja de resistencia es imprescindible»

¿Cómo afrontar una huelga feminista y victoriosa de 378 días contra la patronal? Nos lo cuentan Marina y Kontxi, dos trabajadoras de las residencias vizcaínas en lucha.

Imagen
Acto público de las trabajadoras en Bilbao / Eusko Langileen Alkartasuna (ELA)

Ignacio Pato

“El único trabajo verdaderamente imprescindible y sin el cual el capitalismo no sobreviviría, pero tampoco la especie humana, es el de cuidar. Es una labor impuesta a las mujeres, a quienes se nos ha obligado a cuidar por amor, por culpa, por costumbre, por mendicidad, para no ser señaladas o para que no nos maten”. Son palabras de Irantzu Varela en su prólogo al libro Berdea da more berria (Argia), ahora traducido al castellano como No eran trabajadoras, solo mujeres (Manu Robles-Arangiz Institutua) y al catalán como El verd és el nou lila (Tigre de Paper). En él, la periodista Onintza Irureta Azkune repasa, con testimonios de las trabajadoras, la huelga de 378 días en las residencias de mayores de Vizcaya. La más larga de la historia de la combativa provincia.

Fue una huelga, de marzo de 2016 a octubre de 2017,en el marco de la firma del quinto convenio colectivo del sector. Y la ganaron. Junto al sindicato Eusko Langileen Alkartasuna (ELA), las trabajadoras consiguieron lo exigido: salario mínimo de 1.200 euros, cobertura de bajas del 100%, actualización de los pluses de fin de semana y reducción progresiva de horas hasta 2020. El camino, como ellas suelen referirse a ese periodo de más de un año -repetimos: 378 días en huelga-, ha sido duro. El apoyo de los familiares de los residentes tuvo que ser ganado, el respeto de viejos sindicalistas (comentarios de desprecio en la calle que no olvidan) no siempre se consiguió y tuvieron que desacreditar las acusaciones condescendientes de ser marionetas de ELA.

Todo, mientras, trabajadoras como Marina Costa Bonome y Kontxi Rodríguez Palacios se enfrentaban a una mesa de negociación con la patronal que a la dignidad de estas contraponía un machismo prepotente. “La misoginia de la mesa era impresionante. Uno se agarró los cojones y dijo ‘de aquí lo vais a sacar’, refiriéndose a las mejoras. Nos decían que para qué queríamos las horas, que si era para llevar a los niños a la ikastola”, recuerda Costa Bonome, que ha recibido durante años presiones por parte de la empresa para dejar el comité, o el “mierdal”, como la trabajadora afirma que sus superiores se refieren a ELA. Para Rodríguez Palacios, “las faltas de respeto fueron muchas, como decirnos que nuestro sueldo es simplemente un complemento al de nuestros maridos o las caras de desprecio cuando les teníamos enfrente”. Uno de sus lemas ha sido ‘stop a la precariedad’. “Ellos nos decían que eso es falso, que nuestro sector no está precarizado. Tuvieron también que aguantar que en una reunión les propusieran una subida de tres euros al mes. Se levantaron de la mesa de negociación y se fueron. Cuando bajaron los jefes, ellas les tiraron unas monedas al suelo. El mensaje de firmeza volvía a estar claro.

Imagen
Marina Costa Bonome / ELA

Rodríguez Palacios habla de entornos de poder muy masculinizados en un sector en el que la mayoría de trabajadoras son mujeres. Lo ilustra con la dificultad que tenían las altas instancias a la hora incluso de entender el concepto de precariedad. También es muy crítica con las directoras de residencias, a quienes acusa de tener una mentalidad masculina. “Los gestores suelen ser hombres pero las piezas que ponen en esos centros son femeninas. Esas figuras femeninas, en lugar de ponerse en el lugar de nosotras, de las mujeres que somos la mayoría de empleadas, les hace el trabajo a esos hombres que están arriba. Nos ponen obstáculos a la conciliación. Han llegado a decir, alguna de ellas, que no es necesario tener tantos hijos si no se puede conciliar la vida laboral con la familiar. Y eso te lo dicen así”, señala.

Las dos coinciden en que su lucha sindical ha sido fundamentalmente feminista, o viceversa “Si hay alguna lucha feminista por excelencia es esta: mujeres, cuidado y precariedad”, apunta Costa Bonome. “Los cuidados son indispensables para el mantenimiento de la salud y de la vida, es lo que antes se hacía entre cuatro paredes y por amor, pero que cuando se profesionaliza pretenden que sea casi igual. Si este trabajo lo hicieran mayoritariamente hombres, cobrarían el triple y se les consideraría héroes”. “Sí que ha habido compañeras que con nuestra huelga han podido entender mejor cuál es la cuestión. Han vencido muchos miedos, hablo de mujeres que antes funcionaban como nuestras madres o abuelas. No hay que ser la mujer-de, ni la madre-de, somos mujeres y tenemos que tener nuestro espacio y nuestros momentos. Hemos compartido mucho tiempo juntas y ahí se ven cosas como compañeras que vienen y dicen ‘no, no he dejado comida preparada, que se la prepare el marido, o el hijo o la hija’. Creo que las charlas que hemos tenido entre nosotras han sacado afuera un montón de energía. Esa pérdida de miedo da mucha fuerza a nivel sindical. Antes cuando una directora te llamaba al despacho la gente estaba aterrada. Hoy las compañeras ya no van con miedo porque saben que no están solas. Además los dos últimos 8 de Marzo han sido brutales, se está produciendo una transformación mundial”, afirma Rodríguez Palacios.

Imagen
Kontxi Rodríguez Palacios / ELA

En lo material ha jugado un papel muy importante la caja de resistencia, una cantidad porcentual -el 25%- de cada cuota de personas afiliadas a ELA destinada al soporte económico de cada trabajador o trabajadora en huelga. “La caja de resistencia es imprescindible. ¿Quién aguanta si no 378 días, muchas familias monoparentales o con maridos en el paro? Es indispensable, nos permite aguantar y seguir”, afirma Costa Bonome. Su compañera está de acuerdo: “Si no tenemos esa fuerza, estaremos sometidas”. La caja de resistencia que en ELA funciona desde el año 1978 no ha estado exenta de polémica recientemente: en febrero de 2018 la Hacienda vizcaína considera ahora los cobros de la caja recibidos por las trabajadoras como rentas del trabajo sujetas a retención fiscal. El cambio de criterio fue criticado por representantes de EH Bildu y Podemos en las Juntas Generales de Vizcaya, relacionándolo con el papel jugado por la caja en el conflicto de las residencias.

Es más de un año de una intensidad muy alta. Rodríguez Palacios recuerda que eran ellas, y no el sindicato, quienes dirigían la protesta. “Las decisiones de estos 378 días salían de las asambleas de trabajadoras. Los responsables del sindicato nos han tenido que parar. Imagínate la fuerza que llegamos a tener nosotras”. “No desconectas en ningún momento”, afirma Costa Bonome. “En todo ese periodo renuncias absolutamente a todo. Te centras en el camino. Estábamos mañana, tarde y noche juntas y hemos creado lazos. Cuando una caía, cuando había lágrimas, nos animábamos”. Para ella escribir poesía ha sido una válvula de escape: “Yo vivo las cosas con mucha intensidad, y tengo que tener un autocontrol. Lo que hago cuando estoy muy tensa, y cuando quiero comunicar algo sin agredir, es intentar llegar a la gente a través de los poemas que escribo”. Su posicionamiento público le ha costado que sus propios hijos no quieran ser relacionados con ella en redes porque puedan ser perjudicados en sus trabajos. “Me conoce toda la patronal”, sostiene. “Sé que si me quedo en paro, lo tengo súper difícil para volver a trabajar”.

Aun así, tiene claro que “todo el mundo debería vivir una huelga. Lo más importante ha sido el camino. La gente que no ha pasado por una huelga debería hacerlo, las vivencias son increíbles. Si no existiesen las huelgas, habría que inventarlas”, dice con una sonrisa. A ella y a Kontxi, a casi todas, esta huelga les ha cambiado la vida. “Indudablemente, a muchísimo mejor. Hemos conseguido las reivindicaciones. Eso ya cambia la vida. A nivel personal, tengo mono de salir a la calle con el megáfono a pelear”, asegura. Marina reconoce que ahora mira más “a través de las gafas moradas”. También que ya no se siente sola como antes otras veces: “Sé que en el momento en que tenga un pequeño problema, voy a tener ahí a mis compañeras de nuestra marea verde”.

https://apuntesdeclase.lamarea.com/prot ... RSUNxQd5BI
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 02 Nov 2019, 14:11

Economía capitalista: conflicto y poder sindical

Si al estudiantado de economía se le pide que defina conceptos como explotación, capitalismo, sistemas económicos, crisis económica, poder económico o clases sociales nos encontraremos con un gesto de total confusión, si no de indiferencia.

Imagen
Trabajadoras de residencias de Bizkaia mejoran el convenio después de una larga huelga ARGIA

No hay que fiarse de los discursos económicos dominantes

Si al estudiantado de economía se le pide que defina conceptos como explotación, capitalismo, sistemas económicos, crisis económica, poder económico o clases sociales nos encontraremos con un gesto de total confusión, si no de indiferencia: “pero si a mí solo me enseñan a hacer derivadas ¿de qué me hablas?” Con toda probabilidad las estudiantes desconocerán corrientes de análisis económico y corrientes de la economía política alternativa o radical: las perspectivas kaleckiana y postkeynesiana, regulacionista, institucionalista, ecologista y feminista, las múltiples formas de entender el marxismo o las concepciones de economía socialista y autogestionaria, impulsadas por economistas de ámbito nacional e internacional [1].

Esto es, sin duda, una muy mala noticia. Sin embargo, y pese a la tenaz voluntad de quienes detentan el poder académico y político por marginar, esconder y silenciar dichas corrientes, la realidad es que la economía capitalista real y, desde luego, las relaciones laborales existentes se entienden principalmente con los conceptos antedichos. Estos conceptos también han dado lugar a cursos de introducción a la economía política como base de planes de estudios e investigación alternativos pero, y a pesar de la necesidad de ampliar las miras, el sistema económico dominante y sus aparatos políticos e ideológicos se reproducen a través de lo que algunos autores denominan como la “dimensión vertical” o el “poder de clase”.

El poder de clase en el capitalismo puede entenderse como la autoridad y poder que ejercen desde las empresas, propietarios, directivos o perfiles de supervisores y responsables sobre trabajadoras con, por ejemplo, la amenaza de sanción o despido; la forma en la que intelectuales y tecnócratas de diversa índole argumentan para deliberadamente desposeer a personas “no expertas” de cualquier conciencia crítica, evitar preguntas indeseadas, siquiera realizar propuestas alternativas; así como el poder institucional de la patronal, gobiernos y, eventualmente, algunas organizaciones obreras conservadoras sobre el resto de segmentos de la clase trabajadora, en contraposición con aquella más combativa y organizada en sindicatos de contrapoder, a la hora de establecer el “modelo de país”. Todos estos aspectos condicionan y determinan las decisiones sobre la organización del trabajo y la producción, el intercambio o comercio, la inversión, la explotación, el excedente y los procedimientos a seguir para distribuir ese valor económico producido entre salarios y beneficios. En definitiva, no hay que fiarse de los discursos económicos dominantes, porque la ideología y política liberales determinan la forma en la que nuestra sociedad capitalista se reproduce materialmente y ésta condiciona, a su vez, nuestra forma de pensar e interactuar con el prójimo.

Esta explicación quizás pueda parecer demasiado teórica o abstracta. Quizás con un par de ejemplos concretos derivados de procesos de crisis empresarial, enmarcados en los ciclos y crisis económicas recurrentes en el capitalismo, sea posible engarzar el discurso académico con la realidad económica y de las relaciones laborales, apuntando así a la necesidad imperiosa de desarrollar una actitud crítica para organizar prácticas más subversivas y emancipadoras de la realidad que nos rodea.

El pasado año 2018 en un grupo empresarial en Euskalerria dedicado a la fabricación de tubo industrial de acero, la dirección del mismo presentó un plan de reestructuración que buscaba “asegurar la viabilidad empresarial” afectando principalmente a la planta productiva situada en Sestao y Trapagaran, en Bizkaia. Este plan consistía en aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para el despido colectivo de 157 trabajadores de un total de 420 (mayoría hombres), la reducción de un 25% de los salarios para aquellos que no fueran despedidos, y el cierre de la acería de la planta que implicaba a medio plazo el cierre de la misma en la comarca. La plantilla, organizada en varios sindicatos, planteó una oposición razonada en la ausencia de causa económica y productiva para el despido colectivo y el cierre de la acería. Durante el proceso exigió la documentación e información necesaria para realizar, por medio de sus gabinetes técnicos, un análisis económico de viabilidad industrial que resultó certero y permitió mantener el empleo y la industria, como se demostró posteriormente. A su vez pese a la cobertura legal, por las reformas laborales de PSOE y PP (2010-2012), y la voluntad del grupo empresarial de despedir a la gente y cerrar la planta, situada en una comarca de permanente desindustrialización, los trabajadores organizaron una huelga indefinida de jornada completa que se alargó 43 días hasta que la dirección cedió y retiró el ERE, hecho muy poco habitual en este tipo de procesos, sin imponer posteriormente medidas de despido o reducción salarial. Esta huelga, secundada por toda la plantilla e impulsada principalmente por los sindicatos vascos ELA, LAB y ESK, de un perfil reivindicativo, de contrapoder, tuvo el apoyo de las respectivas cajas de resistencia para que los trabajadores pudieran mantener un nivel suficiente de ingresos pese a la pérdida de salario por ejercer el derecho a huelga. De otra forma y con otros planteamientos sindicales, hubiera sido imposible el mismo resultado.

Durante el conflicto, el Gobierno Vasco, con competencias tanto en Industria (PNV) como en Trabajo (PSOE), trató de “mediar” en clave de dialogo social ante la solicitud del grupo empresarial acorralado por la presión sindical de huelga, con la intención de debilitar la posición de poder sindical y las reivindicaciones planteadas. Sin embargo, la mediación no fue aceptada y no consiguieron sus objetivos. La expresión del conflicto en este caso, en un sector industrial masculinizado, se centró en quien paga la contracción económica cuando ha existido un abundante reparto de beneficios en años anteriores. La defensa del empleo, la actividad industrial y del salario resultó efectiva gracias a la oposición de estos sindicatos a los planes del grupo empresarial, en contraposición a un grupo empresarial que piensa primordialmente en maximizar rentabilidad y beneficios, o a un gobierno que trata de intervenir en defensa de los intereses de sus empresarios. La lógica de concertación social, la mediación del gobierno entre el trabajo y el capital, perseguía con la falaz búsqueda del “término medio”, permitir que se impusieran los objetivos empresariales [2].

Imagínate ahora una situación en la que estás en la sala de reuniones de una empresa del sector de los cuidados, sector feminizado, por ejemplo, una residencia de personas mayores y dependientes u hospital privado con 35 trabajadoras. Estás en una reunión muy tensa porque la empresa ha abierto un proceso legal de negociación con las delegadas sindicales para una reducción salarial por dificultades de liquidez y de viabilidad económica. O dicho de otra forma, la empresa os plantea que no tiene suficiente ingreso para hacer frente a los gastos y busca tener más holgura financiera, que puede imponer de forma legal gracias a las reformas laborales citadas del PP y PSOE (2010-2012). El economista o contable de la empresa expone que el peso de los salarios en la estructura de costes es muy superior al de otras empresas competidoras del sector, por lo que resulta imprescindible acometer una reducción salarial para mantener la empresa a flote. Eres nueva en este tipo de situaciones y no sabes si creerte o no las palabras de esa persona que se hace llamar “experta” y que parece vela por los intereses de toda la empresa.

Pero al lado, tienes una compañera bastante reivindicativa e informada y responde, sin titubeos, que lo que la empresa comenta es cierto, pero que no es debido a los pretendidos altos salarios cobrados por las trabajadoras, sino porque la estructura salarial está desproporcionadamente inclinada hacia arriba, es decir, porque los cargos de dirección doblan el nivel de salarios de referencia en la negociación colectiva sectorial, lo que implica que su reducción al nivel de convenio permitiría equilibrar las cuentas. Los salarios elevados de la dirección, a su vez propietaria, es la forma de repartir beneficios antes que estos se produzcan. Se hace el silencio en la sala, y todas las presentes se dan cuenta que sin duda se llega al punto de expresión de un conflicto de poder, el clásico conflicto distributivo en el sistema capitalista entre salarios y beneficios disfrazados a través de altos salarios, en una situación de crisis económica. Finalmente, el conflicto se resuelve a través de los cauces habituales: se convoca una huelga indefinida por toda la plantilla, que fuerza efectivamente a la dirección a reducirse sus salarios al nivel del convenio sectorial cómo primera acción de viabilidad, previa a evaluar otras medidas.

La acción sindical es crucial

La anterior crisis económica nos ha dejado una pléyade de experiencias sindicales y de huelgas parecidas que bien analizadas nos ayudan a sintetizar algunas conclusiones de interés. El contexto de crisis económica ayuda a entender rápido y generaliza bien cómo funciona el capitalismo. A su vez, la crisis económica obliga a la revitalización del poder sindical, si se quiere hacer frente a la discrecionalidad y unilateralidad del poder empresarial y patronal, elementos indisociables de la dinámica económica capitalista.

Parece obvio y necesario que el sindicalismo combativo, de contrapoder, gane capacidad de intervención en sus múltiples dimensiones: ganando mayor número de afiliación, militancia y organización para repartir las diferentes tareas que suponen poner el poder empresarial contra las cuerdas. Es también crucial seguir un programa de transformación, que busque sistemáticamente aumentar la capacidad de acción colectiva y confrontación tanto a nivel de empresa como con los poderes político-económicos siempre hostiles con la clase trabajadora.

Mientras que el voto ciudadano se está demostrando excesivamente voluble y, por lo general, escorado hacia el mantenimiento de mayorías parlamentarias que apuestan por la servidumbre al poder económico, la militancia y afiliación sindical siguen siendo la forma fundamental para garantizar y avanzar en derechos laborales, condiciones salariales, de empleo y vida. A su vez, la acción sindical, la organización trabajadora en los centros de trabajo, las huelgas, permiten democratizar los conflictos y debates económicos, re-politizando así a una gran parte de la población a quien los debates televisivos sobre cómo se debe gestionar un país le quedan lejos. Sin embargo, aquellas cuestiones de las condiciones de trabajo como el salario, la jornada o de la dinámica productiva de la empresa o sector, nos quedan muy cerca, podemos comprenderlas transformarlas e incidir en ellas. Confiar plenamente en las élites políticas y empresariales no hace más que reducir la capacidad crítica de cada cual, ya que nuestros intereses no pueden incorporarse completamente en el discurso de aquellas personas que, en definitiva, no nos tratan fraternalmente. Pensamos pues que la acción sindical es crucial a la hora de generar nuevos lazos de solidaridad y consolidar orientaciones de política económica que nos permitan alcanzar mayores cotas de democracia económica y bienestar social partiendo desde la experiencia particular de cada cual.

Lluís Rodríguez Algans. Economista asesor laboral y de políticas públicas. Miembro de ICEA. Twitter @lluisraeco

Jon Las Heras Cuenca. Profesor de Economía y Sociología en la Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibersitatea. Miembro de ICEA. Twitter @jonlhc

[1] Véase www.heterodoxnews.com para encontrar una amplia red de académicas, universidades y asociaciones que trabajan por impulsar una economía diferente a nivel mundial, como la Union for Radical Political Economics en Estados Unidos. Véanse también www.isipe.net así como www.rethinkeconomics.org para contactar con estudiantes que buscan y promueven una educación alternativa en economía política. En el estado español encontramos la Asociación de Economía Critica, el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA), Economía Crítica y Crítica de la Economía (ECCE), Seminari d’Economía Critica Taifa, Plataforma por la Democracia Económica, Red de Teoría Monetaria Moderna, ATTAC, FUHEM Ecosocial, Ecologistas en Acción o también economistas, sociólogas y asesoras laborales participantes del observatorio ToShare o el Foro de profesionales del asesoramiento laboral y social de la Universidad del País Vasco/EHU.

[2] Los trabajadores de Productos Tubulares no se creen la necesidad del ERE y exigen las cuentas a la empresa (El Mundo País Vasco, 10-4-2018); Tubos Reunidos solicita a Gobierno Vasco su mediación en el conflicto de Productos Tubulares (Europa Press, 16-4-2018) y Comité de Empresa de Productos Tubulares no comparte la solicitud de Tubos Reunidos para que Gobierno vasco medie (Europa Press, 16-4-2018); Productos Tubulares anuncia la retirada del ERE que planteaba despedir a 157 trabajadores (Naiz, 17-4-2018); Productos Tubulares pide paz social a cambio de retirar el ERTE (Deia, 16-6-2019); El comité de Trapagaran pide retirar el ERTE “sin condiciones” (Deia, 28-6-2019).

https://www.elsaltodiario.com/economia- ... -sindical-

https://grepa.es/blog/econom%C3%ADa-cap ... sindical-1

http://www.economiacritica.net/?p=12276

https://vientosur.info/spip.php?article15249

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261780

https://borrokagaraia.wordpress.com/201 ... r-sindical
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 02 Nov 2019, 14:17

Economía capitalista: conflito e poder sindical

Lluís Rodríguez Algans e Jon Las Heras - 28 Out 2019

Mentres que o voto cidadán se está a demostrar excesivamente volúbel e, polo xeral, escorado cara ao mantemento de maiorías parlamentarias que apostan pola servidume ao poder económico, a militancia e afiliación sindical seguen sendo a forma fundamental para garantir e avanzar en dereitos laborais, condicións salariais, de emprego e vida

Imagen

Non se hai que fiar dos discursos económicos dominantes

Se ao estudantado de economía se lle pide que defina conceptos como explotación, capitalismo, sistemas económicos, crise económica, poder económico ou clases sociais veremos un xesto de total confusión, senóon de indiferenza: “pero se a min só me aprenden a facer derivadas de que me falas?”. Con toda probabilidade, as estudantes descoñecerán correntes de análise económica e correntes da economía política alternativa ou radical: as perspectivas kaleckiana e postkeynesiana, regulacionista, institucionalista, ecoloxista e feminista, as múltiples formas de entender o marxismo ou as concepcións de economía socialista e autoxestionaria, impulsadas por economistas de ámbito nacional e internacional[1].

Isto é, sen dúbida, unha moi mala nova. Porén, malia a teimuda vontade de quen posúe o poder académico e político por marxinar, agochar e silenciar as devanditas correntes, a realidade é que a economía capitalista real e, desde logo, as relacións laborais existentes enténdense principalmente cos conceptos antes ditos. Estes conceptos tamén deron lugar a cursos de introdución á economía política como base de plans de estudos e investigación alternativos pero, e malia a necesidade de ampliar as miras, o sistema económico dominante e os seus aparellos políticos e ideolóxicos reprodúcense a través do que algúns autores denominan como a “dimensión vertical” ou o “poder de clase”.

O poder de clase no capitalismo pódese entender como a autoridade e poder que exercen desde as empresas, propietarios, directivos ou perfís de supervisores e responsábeis sobre traballadoras con, por exemplo, a ameaza de sanción ou despedimento; a forma na que intelectuais e tecnócratas de diversa índole argumentan para deliberadamente desposuír a persoas “non expertas” de calquera conciencia crítica, evitar preguntas indesexadas, sequera realizar propostas alternativas; así como o poder institucional da patronal, gobernos e, eventualmente, algunhas organizacións obreiras conservadoras sobre o resto de segmentos da clase traballadora, en contraposición con aquela máis combativa e organizada en sindicatos de contrapoder, á hora de establecer o “modelo de país”. Todos estes aspectos condicionan e determinan as decisións sobre a organización do traballo e a produción, o intercambio ou comercio, o investimento, a explotación, o excedente e os procedementos a seguir para distribuír ese valor económico producido entre salarios e beneficios. En definitiva, non se hai que fiar dos discursos económicos dominantes, porque a ideoloxía e política liberais determinan a forma na que a nosa sociedade capitalista se reproduce materialmente e esta condiciona, á súa vez, a nosa forma de pensar e interactuar co próximo.

Esta explicación se cadra pode parecer demasiado teórica ou abstracta. Quizais cun par de exemplos concretos derivados de procesos de crise empresarial, enmarcados nos ciclos e crises económicas recorrentes no capitalismo, sexa posíbel engarzar o discurso académico coa realidade económica e das relacións laborais, apuntando así á necesidade imperiosa de desenvolver unha actitude crítica para organizar prácticas máis subversivas e emancipadoras da realidade que nos rodea.

O pasado ano 2018 nun grupo empresarial en Euskal Herria dedicado á fabricación de tubaxe industrial de aceiro, a súa dirección presentou un plan de reestruturación que buscaba “asegurar a viabilidade empresarial” afectando principalmente á planta produtiva situada en Sestao e Trapagaran, en Bizkaia. Este plan consistía en aplicar un Expediente de Regulación de Emprego (ERE) para o despedimento colectivo de 157 traballadores dun total de 420 (maioría homes), a redución dun 25% dos salarios para aqueles que non fosen despedidos, e o peche da fundición da planta que implicaba a medio prazo o peche desta na comarca. O persoal, organizada en varios sindicatos, promoveu unha oposición razoada na ausencia de causa económica e produtiva para o despedimento colectivo e o peche da fundición. Durante o proceso esixiu a documentación e información necesaria para realizar, por medio dos seus gabinetes técnicos, unha análise económica de viabilidade industrial que resultou certeiro e permitiu manter o emprego e a industria, como se demostrou posteriormente. Á súa vez, malia a cobertura legal, polas reformas laborais de PSOE e PP (2010-2012), e a vontade do grupo empresarial de despedir a xente e pechar a planta, situada nunha comarca de permanente desindustrialización, os traballadores organizaron unha folga indefinida de xornada completa que se alongou 43 días até que a dirección cedeu e retirou o ERE, feito moi pouco habitual neste tipo de procesos, sen impoñer posteriormente medidas de despedimento ou redución salarial. Esta folga, secundada por todo o persoal e impulsada principalmente polos sindicatos vascos ELA, LAB e ESK, dun perfil reivindicativo, de contrapoder, tivo o apoio das respectivas caixas de resistencia para que os traballadores puidesen manter un nivel suficiente de ingresos malia a perda de salario por exercer o dereito a folga. Doutra forma e con outras formulacións sindicais, sería imposíbel o mesmo resultado.

Durante o conflito, o Goberno Vasco, con competencias tanto en Industria (PNV) como en Traballo (PSOE), tratou de “mediar” en clave de dialogo social ante a solicitude do grupo empresarial acurralado pola presión sindical de folga, coa intención de debilitar a posición de poder sindical e as reivindicacións demandadas. Porén, a mediación non foi aceptada e non conseguiron os seus obxectivos. A expresión do conflito neste caso, nun sector industrial masculinizado, centrouse en quen paga a contracción económica cando existiu un abundante repartimento de beneficios en anos anteriores. A defensa do emprego, a actividade industrial e do salario resultou efectiva grazas á oposición destes sindicatos aos plans do grupo empresarial, en contraposición a un grupo empresarial que pensa primordialmente en maximizar rendibilidade e beneficios, ou a un goberno que tenta intervir en defensa dos intereses dos seus empresarios. A lóxica de concertación social, a mediación do goberno entre o traballo e o capital, perseguía coa falaz procura do “termo medio”, permitir que se impuxesen os obxectivos empresariais[2].

Imaxina agora unha situación na que estás na sala de reunións dunha empresa do sector dos coidados, sector feminizado, por exemplo, unha residencia de persoas maiores e dependentes ou hospital privado con 35 traballadoras. Estás nunha xuntanza moi tensa porque a empresa abriu un proceso legal de negociación coas delegadas sindicais para unha redución salarial por dificultades de liquidez e de viabilidade económica. Ou dito doutra forma, a empresa expón que non ten suficiente ingreso para facer fronte aos gastos e busca ter máis folgura financeira, que pode impoñer de forma legal grazas ás reformas laborais citadas do PP e PSOE (2010-2012). O economista ou contábel da empresa expón que o peso dos salarios na estrutura de custos é moi superior ao doutras empresas competidoras do sector, polo que resulta imprescindíbel acometer unha redución salarial para manter a empresa en pé. Es nova neste tipo de situacións e non sabes se crer ou non as palabras desa persoa que se fai chamar “experta” e que parece vela polos intereses de toda a empresa.

Pero á beira, tes unha compañeira bastante reivindicativa e informada e responde, sen dubidar, que o que a empresa comenta é certo, pero que non é debido aos pretendidos altos salarios cobrados polas traballadoras, senón porque a estrutura salarial está desproporcionadamente inclinada cara a arriba, é dicir, porque os cargos de dirección dobran o nivel de salarios de referencia na negociación colectiva sectorial, o que implica que a súa redución ao nivel de convenio permitiría equilibrar as contas. Os salarios elevados da dirección, á súa vez propietaria, é a forma de repartir beneficios antes que estes se produzan. Faise o silencio na sala, e todas as presentes se decatan de que sen dúbida se chega ao momento de expresión dun conflito de poder, o clásico conflito distributivo no sistema capitalista entre salarios e beneficios disfrazados a través de altos salarios, nunha situación de crise económica. Finalmente, o conflito resólvese a través das canles habituais: convócase unha folga indefinida por todo o cadro de persoal, que forza efectivamente á dirección a reducir os seus salarios ao nivel do convenio sectorial como primeira acción de viabilidade, previa a avaliar outras medidas.

A acción sindical é crucial

A anterior crise económica deixounos unha chea de experiencias sindicais e de folgas parecidas que ben analizadas nos axudan a sintetizar algunhas conclusións de interese. O contexto de crise económica axuda a entender rápido e xeneraliza ben como funciona o capitalismo. Á súa vez, a crise económica obriga á revitalización do poder sindical, se se quere facer fronte á discrecionalidade e unilateralidade do poder empresarial e patronal, elementos indisociábeis da dinámica económica capitalista.

Parece obvio e necesario que o sindicalismo combativo, de contrapoder, gañe capacidade de intervención nas súas múltiples dimensións: gañando maior número de afiliación, militancia e organización para repartir as diferentes tarefas que supoñen poñer o poder empresarial contra as cordo. É tamén crucial seguir un programa de transformación, que busque sistematicamente aumentar a capacidade de acción colectiva e confrontación tanto no ámbito da empresa como cos poderes político-económicos sempre hostís coa clase traballadora.

Mentres que o voto cidadán se está a demostrar excesivamente volúbel e, polo xeral, escorado cara ao mantemento de maiorías parlamentarias que apostan pola servidume ao poder económico, a militancia e afiliación sindical seguen sendo a forma fundamental para garantir e avanzar en dereitos laborais, condicións salariais, de emprego e vida. Á súa vez, a acción sindical, a organización traballadora nos centros de traballo, as folgas, permiten democratizar os conflitos e debates económicos, re-politizando así a unha gran parte da poboación a quen os debates televisivos sobre como se debe xestionar un país lle quedan lonxe. Porén, aquelas cuestións das condicións de traballo como o salario, a xornada ou da dinámica produtiva da empresa ou sector, quédannos moi preto, podemos comprendelas transformalas e incidir nelas. Confiar plenamente nas elites políticas e empresariais non fai máis que reducir a capacidade crítica de cada cal, xa que os nosos intereses non se poden incorporar completamente no discurso daquelas persoas que, en definitiva, non nos tratan fraternalmente. Pensamos pois que a acción sindical é crucial á hora de xerar novos lazos de solidariedade e consolidar orientacións de política económica que nos permitan alcanzar maiores cotas de democracia económica e benestar social partindo desde a experiencia particular de cada cal.

_________________________________________________________________________

[1] Véxase www.heterodoxnews.com para atopar unha ampla rede de académicas, universidades e asociacións que traballan por impulsar unha economía diferente a nivel mundial, como a Union for Radical Political Economics en Estados Unidos. Véxanse tamén www.isipe.net así como www.rethinkeconomics.org para contactar con estudantes que buscan e promoven unha educación alternativa en economía política. No Estado español atopamos a Asociación de Economía Critica, o Instituto de Ciencias Económicas e da Autoxestión (ICEA), Economía Crítica e Crítica da Economía (ECCE), Seminari d’Economía Critica Taifa, Plataforma pola Democracia Económica, Rede de Teoría Monetaria Moderna, ATTAC, FUHEM Ecosocial, Ecoloxistas en Acción ou tamén economistas, sociólogas e asesoras laborais participantes do observatorio ToShare ou o Foro de profesionais do asesoramento laboral e social da Universidade do País Vasco/EHU.

[2] Os traballadores de Productos Tubulares non acrediantan na necesidade do ERE e esixen as contas á empresa (El Mundo País Vasco, 10-4-2018); Tubos Reunidos solicita a Goberno Vasco a súa mediación no conflito de Productos Tubulares (Europa Press, 16-4-2018) e Comité de Empresa de Productos Tubulares non comparte a solicitude de Tubos Reunidos para que Goberno vasco medie (Europa Press, 16-4-2018); Productos Tubulares anuncia a retirada do ERE que propuña despedir 157 traballadores (Naiz, 17-4-2018); Productos Tubulares pide paz social a cambio de retirar o ERTE (Deia, 16-6-2019); O comité de Trapagaran pide retirar o ERTE “sen condicións” (Deia, 28-6-2019).
_________________________________________________________________________

[Artigo tirado do sitio web El Salto, do 24 de outubro de 2019]

https://www.cig.gal/nova/economia-capit ... dical.html
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 03 Nov 2019, 18:31

La dinámica de huelga sectorial para el convenio provincial del metal en Bizkaia, se sustenta principalmente por el impulso de ELA y LAB que tienen mayoría en la mesa negociadora, además de con el acompañamiento de CCOO y UGT, y el apoyo del resto de sindicatos con presencia en el sector ESK, USO, CGT, CNT. Es un proceso que acumula ya 10 jornadas de huelga, de las cuales 5 jornadas fueron seguidas. No hay experiencia parecida en los ultimos años en la negociación de un convenio provincial del metal en el estado, ni en dinámica de huelga, ni en contenidos reivindicados, ni en acción sindical y social de apoyo al convenio y las huelgas.
Los 4 sindicatos presentes en la Mesa de Negociación del Metal de Bizkaia (ELA – CCOO – LAB -UGT), junto con los 4 sindicatos sin representación en la Mesa (ESK - CGT -CNT-USO), queremos trasladar la siguiente valoración:

Valoración de las huelgas del 30 de septiembre al 4 octubre

Nuestra valoración es muy positiva. Entendemos que el reto de realizar 5 días seguidos de huelga era muy grande. Sin embargo, el resultado fue muy satisfactorio. El seguimiento del paro en las empresas fue muy amplio. Además, el paro fue muy similar los 5 días de huelga, sin que en los últimos días de la semana decayese. Podemos decir, claramente, que del 30/9 al 4/10, el Metal de Bizkaia volvió a parar la producción.

Los días de huelga fueron acompañados a primera hora con distintos piquetes informativos; que en su número, crecieron por ejemplo respecto a los piquetes de las huelgas de antes de verano. Y luego, las manifestaciones del mediodía, en diferentes diseños, fueron sencillamente espectaculares.

- 30 septiembre: Alrededor de 15.000 trabajadores y trabajadoras del Metal de Bizkaia en Bilbao, finalizando la manifestación con otros 3.000 pensionistas en el Teatro Arriaga.

- 1 octubre: Miles de personas en las calles de Erandio y Amorebieta, a la misma hora.

- 2 octubre: Miles de personas se concentraron delante del Gobierno Vasco (ante un despliegue desproporcionado de la policía autonómica). La concentración / sentada inicial se convirtió en otra gran manifestación por las calles de Bilbo, hasta llegar al Palacio Foral de la Diputación.

- 3 octubre: Miles de personas en las calles de Basauri y en la marcha desde Sestao hasta Santurtzi, a la misma hora.

- 4 octubre: Mas de 20.000 personas, en una manifestación increíble e histórica en Bilbo, partiendo de 2 columnas.

En conclusión, los sindicatos tenemos muy claro que los 5 días de huelga han sido un éxito. Y que de manera indiscutible el sector del Metal de Bizkaia está absolutamente movilizado, y con determinación de conseguir sus objetivos.

Por otra parte, más allá de algunas informaciones que se han podido leer o escuchar en los últimos días, los 4 sindicatos de la Mesa de Negociación (ELA, CCOO, LAB, UGT) debemos trasladar de forma muy clara que la unidad y la lucha conjunta sindical se mantiene, con la misma intensidad y compromiso que en mayo.

FVEM sigue sin moverse

Si algo ha cambiado la patronal, es en su forma de comunicarse al exterior. Antes de verano apenas salía ante la opinión publica; ahora sí lo está haciendo. Pero para trasladar una versión irreal, de que ellos se mueven y los sindicatos no. En cuestión de contenidos de la Negociación, que es lo que realmente importa, su inmovilismo es total:

SALARIOS

Tablas

- Petición sindical: IPC + 2% para 3 años de vigencia (2018, 2019, 2020)
- FVEM: Plantea unos incrementos salariales que además de dejar sin retroactivo 2018, no supera en ningún caso el IPC + 1% anual, ni recupera el poder adquisitivo perdido.

Salarios reales para los que estén por encima de tablas

- Petición sindical: IPC + 1%
- FVEM: para 2018 sin incrementos, y para 2019 y 2020 75% de los incrementos a tablas; condicionados y topados.

SUBROGACIÓN

- Petición sindical: subrogación total a todas las actividades subcontratadas en el Metal de Bizkaia
- FVEM: subrogación únicamente para mantenimiento en Administraciones Públicas, con fuertes condicionantes y limitaciones que prácticamente no garantizan el derecho de subrogación a casi nadie.

EVENTUALIDAD

- Petición sindical: limitación de utilizar contratación por ETTs + reducción de los contratos temporales.
- FVEM: hoy no plantea nada sobre eventualidad. En la anterior propuesta, quería utilizar el tema eventualidad, para aumentar la flexibilidad existente hoy en día en convenio.

IGUALDAD HOMBRES Y MUJERES / SALUD LABORAL

- Petición sindical: medidas efectivas que obliguen a las empresas.
- FVEM: transcripción de lo que dice la Ley y meras declaraciones de intenciones.

Además, FVEM mantiene posiciones regresivas en cuestión de control de bajas y flexibilidad.

Decimos alto y claro:

Es FALSO que los sindicatos no nos hayamos movido. Desde que se reabrió la mesa a principios de 2018, los sindicatos hemos ido modificando nuestras posiciones hasta el punto que el 10 de mayo de 2019, después de 16 meses de negociación sin prácticamente ningún movimiento por la parte empresarial, los sindicatos llegamos a una serie de puntos que consideramos imprescindibles para un convenio digno.

Es FALSO que FVEM haya dado 7 respuestas a las peticiones sindicales conjuntas del 10 de mayo. Ha sido solo una, y esta respuesta contenía puntos que van radicalmente en contra de lo solicitado por los sindicatos. Fue el lunes 23 de septiembre, después de dejar parada la mesa mas de 3 meses y a pocos días de una convocatoria de huelga de una semana.

Se pueden leer las actas de las reuniones de la Mesa de Negociación. Son públicas.

Trabajo con movimientos sociales e interpelaciones políticas

En septiembre iniciamos dos dinámicas para socializar el conflicto del Metal de Bizkaia:

- Por una parte, contactamos con diferentes movimientos sociales y realizamos reuniones para explicar el sentido de nuestra lucha y las huelgas del Metal. Estas últimas semanas se han adherido diferentes colectivos sociales (estudiantes, jóvenes, movimiento feminista, pensionistas, colectivo LGTBI Harro, colectivos en contra de la precariedad y la exclusión social…).

- Destacamos la participación del colectivo HARRO en la manifestación del 21 de septiembre en Bilbo, y la finalización de la manifestación conjunta con los pensionistas el 30 de septiembre, también en Bilbo. Nuestra idea es fortalecer estos lazos, e incluso ampliarlos a otros colectivos sociales.

- Por otra parte, también planteamos mociones en diferentes ayuntamientos de Bizkaia. En este sentido, algunos grupos políticos (EH Bildu, Elkarrekin Podemos) han apoyado nuestras reivindicaciones (aprobando la moción por ejemplo en el Ayto. de Durango y Lemoa), a los que agradecemos su apoyo. En cambio, otros (EAJ-PNV, PSE-EE, PP) lamentablemente, no han estado a la altura, y no han votado a favor de las mociones, e incluso, en algunos casos incomprensiblemente, ni siquiera han permitido llevar la moción a debate en el pleno.

- Todavía está pendiente de dilucidar lo que vaya a pasar con la misma moción / iniciativa en Juntas de Bizkaia, y en el Ayuntamiento de Bilbo.

Continuación de la lucha por un convenio digno y agenda para los próximos días

Todos los sindicatos del metal de Bizkaia, queremos lanzar un mensaje muy claro: Estamos absolutamente decididos a conseguir un convenio digno, que reparta de forma más justa la riqueza que se está generando en el sector, y que ponga freno a la precariedad en el Metal de Bizkaia.

En este sentido, es a FVEM a quien le toca mover ficha. Es decir, como ya le dijimos en la última reunión de la Mesa de Negociación en septiembre, tienen que plantear contenidos concretos y desarrollar los derechos (subrogación / eventualidad / ETTs) en la Mesa de Negociación. Le toca a FVEM llamar a la Mesa de Negociación, y dar respuesta afirmativa a los contenidos de la plataforma sindical del 10 de mayo.

Sobre esta última cuestión, queremos aclarar algunas cuestiones. La plataforma sindical del 10 de mayo tiene su origen en las distintas plataformas sindicales que presentamos al inicio de la negociación. Las reuniones de la Mesa no se iniciaron en mayo de 2019, sino en febrero de 2018. Cada uno de los sindicatos de la Mesa ha dejado atrás muchos contenidos reivindicativos de nuestras plataformas iniciales. Que se nos tache de inmovilistas, es sencillamente, falso. No hay nadie más interesado en lograr un acuerdo que los sindicatos del Metal de Bizkaia, así como los y las trabajadoras del sector, sobre todo, quienes más sufren la precariedad (por ejemplo con los temas de subrogación; eventualidad).

A partir de ahí, tenemos una clara voluntad negociadora; pero también tenemos la obligación de seguir movilizándonos. En los próximos días vamos a:

-Realizar asambleas con nuestra gente.
-Reforzar y ampliar las alianzas con los Movimientos Sociales.
-Preparar y diseñar nuevas movilizaciones que hagan a FVEM reconsiderar su posición, que, de cara al público, se esfuerza por vender como negociadora, pero como todos y todas podéis ver dista mucho de serlo.

FVEM nos ha interpelado en las últimas mesas negociadoras que se siente amenazada y chantajeada al sentarse a negociar con una convocatoria de huelga ya registrada.

Pero lamentablemente os tenemos que comunicar que a pesar de su presunto interés negociador y no habiendo nuevos registros de huelga, a día de hoy ni la parte sindical, ni el propio CRL, no hemos recibido ninguna comunicación por parte de FVEM.

Esto habla por sí solo.

En los próximos días haremos públicas las siguientes movilizaciones que realizaremos

https://www.esk.eus/index.php/es/notici ... de-bizkaia
En los boletines informativos de ELA en relación a la huelga del metal de Bizkaia hay un recordatorio de la caja de resistencia del sindicato:
Sin caja de resistencia, no hay sindicato

¿Qué fue primero, la caja o el sindicato?

A la vista de las noticias de los últimos meses, alguien podría pensar que fue ELA el sindicato que inventó la caja de resistencia hace unos 40 años, y posteriormente implantó ese concepto innovador en la praxis del sindicalismo. Pues resulta que no, que la caja de resistencia no es una invención de ELA, y que la caja de resistencia de ELA no data de 1978, sino de fechas muy anteriores.

- “Un trabajador solo no es nada, pero si nos unimos seremos fuertes. El conflicto terminará mal; tendremos que ir a la huelga, y para eso hay que crear un fondo económico, que en su momento se transformará en caja de resistencia. Cuanto más dinero se reúna, más tiempo se podrá resistir”.
- “Lo más difícil es recaudar las cuotas: 50 céntimos para ese fondo, y dos francos para la sección sindical... Es excesivo, nadie querrá pagar”.
- “Hay que crear un mundo nuevo, más justo, para aplicar nuestras propias leyes”.


¿De dónde proceden esas frases tan contundentes?

Están extraídas de la película Germinal. Aunque data de 1993, está basada en una novela del mismo título de Emile Zola, y el relato se sitúa entre 1864 y 1884, en el periodo coincidente con las grandes huelgas previas a la legalización de los sindicatos en Francia. Por tanto, puede concluirse
que la creación de la caja de resistencia se remonta a hace por lo menos 150 años; y así, en un clásico literario, se consagra como una herramienta ineludible para la clase trabajadora.

Pero aun hay más, si la caja de resistencia se utilizó en las huelgas por la creación o legalización de los sindicatos, cabe decir que la caja es anterior al sindicato mismo. O lo que es lo mismo, sin caja, no hay sindicato. ¿Dónde estaría ELA?

Como es sabido, ELA, haciendo suyas las tesis del sindicalismo histórico, decidió recuperar la caja de resistencia, tal y como la conocemos actualmente, en 1978. Y desde entonces, se empezó a destinar a tal fin el 25% de las cuotas de afiliación, hasta hoy.

Y como colofón, el mensaje de Germinal: “Hasta alcanzar un nuevo mundo más justo”.

La caja de resistencia, más fuerte que nunca

El 25% de la cuota mensual de afiliación se destina a la Caja de Resistencia. Se trata de un instrumento indispensable para la lucha sindical y se empieza a abonar en las huelgas que alcancen los tres días completos de duración.

Caja de Resistencia Ordinaria: 1.102,50 euros/mes (un 22% más que en 2018. Este importante incremento se debe a la subida del SMI y el compromiso de ELA de que la Caja de Resistencia ordinaria alcance, al menos, el 105% del mismo)

En las empresas sindicalizadas, es decir, donde al menos el 35% de la plantilla esté afiliada a ELA, el importe anterior se incrementará un 15%. Es decir, la llamada Caja reforzada alcanzará los 1.267,87 euros al mes en 2019.

Finalmente, la Caja especial –en huelgas o sectores considerados estratégicos– la ayuda de la Caja puede llegar a los 2.205 euros mensuales. Estas cantidades nunca podrán superar el salario ordinario.

Transparencia: hay un reglamento claro que establece derechos y obligaciones, y en cada congreso se informa de las cantidades destinadas a la Caja en ese cuatrienio.

Aldaketa tratamendu fiskalean

2018an euskal ogasunek beren irizpidea aldatu zuten Erresistentzia Kutxaren tratamendu fiskalaz. 38 urtetan diru-sarrera horiek salbuetsita egon dira, baina aurrerantzean lan-errentatzat hartuko dira. Hori dela-eta, ELAk kasuan kasuko atxikipenak egin behar ditu, eta jasotzaileek agertu behar dituzte diru-sarrera horiek errenta-aitorpenean.

Edonola ere, diru-kopuru horiek garbiak dira, grebalariek jasotako diru-kopuruei %2ko atxikipena egin zaie aldez aurretik.

ELAk nahitaez onartu behar izan du irizpide-aldaketa hori. Dena dela, hori bezalako erabakiak beti salatuko ditugu, langileriaren kaltetan doaz-eta; are gehiago, oraingo honetan non kaltetuak gizarte hau aldatzearen alde saiatzen diren langileak baitira.

https://www.mrafundazioa.eus/eu/propaga ... a-borrokan
La caja de resistencia, más fuerte que nunca

El 25% de la cuota mensual de afiliación se destina a la Caja de Resistencia. Se trata de un instrumento indispensable para la lucha sindical, y se
empieza a abonar en las huelgas que alcancen los tres días completos de duración. La Caja de Resistencia Ordinaria es de 1.102,50 euros/mes (un 22% más que en 2018. Este importante incremento se debe a la subida del SMI y el compromiso de ELA de que la Caja de Resistencia ordinaria alcance, al menos, el 105% del mismo). En las empresas sindicalizadas, es decir, donde al menos el 35% de la plantilla esté afiliada a ELA, el importe anterior se incrementará un 15%. Es decir, la llamada Caja Reforzada alcanzará los 1.267,87 euros al mes en 2019. Finalmente, la Caja Especial –en huelgas o sectores considerados estratégicos– la ayuda de la Caja puede llegar a los 2.205 euros mensuales. Estas cantidades nunca podrán superar el salario ordinario.

https://www.mrafundazioa.eus/eu/propaga ... n-buletina
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
salvoechea
Mensajes: 4687
Registrado: 24 Jul 2008, 18:00

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por salvoechea » 03 Nov 2019, 21:14

Estando en el medio que estás, de buen rollo te lo digo, te podrías cortar un poco en la campaña pro ELA ¿no?
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
_____________________________________________

De cerca, nadie es normal

Avatar de Usuario
Aitor Mena
Mensajes: 787
Registrado: 27 Ago 2008, 10:50

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por Aitor Mena » 03 Nov 2019, 21:34

salvoechea escribió:
03 Nov 2019, 21:14
Estando en el medio que estás, de buen rollo te lo digo, te podrías cortar un poco en la campaña pro ELA ¿no?
si hablamos de sindicalismo y caja de resistencia aporto al hilo lo que me parece de relevancia sobre el asunto, de varios sindicatos más aparte de ELA, incluidos los "del medio en el que estoy". Creo además que habrá quien lo lea que le parezca de interés todo esto ¿por qué motivo debería de cortarme?
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

Avatar de Usuario
salvoechea
Mensajes: 4687
Registrado: 24 Jul 2008, 18:00

Re: Cajas de resistencia

Mensaje por salvoechea » 03 Nov 2019, 21:46

Por nada, como tu veas.
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
_____________________________________________

De cerca, nadie es normal

Responder