La FRE, origen del anarcosindicalismo en el Estado Español

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josep angel
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La FRE, origen del anarcosindicalismo en el Estado Español

Mensaje por josep angel » 30 Dic 2012, 19:21

La Federación Regional Española (FRE), el origen del anarcosindicalismo en el Estado Español.

Las conversaciones entre Anselmo Lorenzo, Tomás González Morago y Fernando Mora con Giuseppe Fanelli en Madrid el Diciembre de 1868 fueron las primeras serias para formar la futura federación española de la AIT y al ser Fanelli enviado de Bakunin, según muchos determinaron su carácter anarcosindicalista en contraposición al sector de la AIT afín a Marx. Esto tiene una parte de verdad, pero evidentemente ese no fue ni el único ni el principal factor que influyó.

El principal enlace inicial entre Bakunin y los sindicalistas del Estado Español fue, según todos los indicios conocidos, Fernando Garrido, un republicano de Cartagena que tenía mucha influencia entre el republicanismo y obrerismo andaluz de la época y también en el del resto del Estado Español.

Fernando Garrido había estado en años anteriores en París y Londres debido al exilio. Allí había estudiado los movimientos cooperativistas ingleses acompañado por el también republicano catalán Joan Tutau. Ambos escribieron diversos artículos sobre el asociacionismo obrero en Inglaterra y conocieron allí a diversos internacionalistas incluido a Bakunin con el que compartieron militancia en grupo llamado Fraternidad Internacional ya en 1866. Según el historiador Max Nettlau, había otros integrantes de esta sociedad en España aunque no especifica quien. Según Nettlau, Garrido era un buen contacto de Bakunin para informarle sobre España pero no para confiarle propagar sus ideas ya que no era de tendencias anarquistas sino republicanas de izquierdas.

La primera delegación enviada por Bakunin desde su secreta Alianza Democrática Socialista, tendencia anarquista de la AIT, llegó a Barcelona en Octubre de 1868 representada por Èlie Reclus y Aristide Rey.

Guiseppe Fanelli, según escribe Max Nettlau, el destacado historiador del anarquismo y del movimiento obrero, debía coger el barco de Génova a Barcelona para reunirse con ellos, pero debido a que no tenia dinero llegó unos días más tarde vía ferrocarril a Barcelona, después de que Bakunin le hubiera enviado algo de dinero. Por lo tanto Fanelli se perdió la mayor parte de la gira de Èlíe Reclus por Cataluña.

Fernando Garrido fue el anfitrión principal de Reclús en Cataluña juntamente con el republicano catalán Josep Rubau Donadeu, ya que seguramente Garrido era el contacto establecido por Bakunin, ya que se conocían desde 1866 cuando Garrido estaba exiliado en Londres como he comentado anteriormente. En aquel Octubre y Noviembre, en los pueblos de Cataluña al igual que un muchos por toda España había una revuelta de las Juntas Republicanas Federales, que unidas con los sindicalistas, pedían la república después de que los generales Prim y Topete hubieran destronado a Isabel II en el golpe que dieron en Cádiz pero sin aparente intención de instaurar una república.

Por lo tanto, si bien Reclus habló con sindicalistas como Rafael Farga o Pau Alsina, toda la gira por Cataluña con Garrido y Dubau, estaba centrada en observar la revuelta de las Juntas Federales y poco pudieron hablar seriamente de la AIT, mientras los obreros y republicanos estaban por las calles fusil en mano. Además Reclus, aunque era enviado de Bakunin, solo hablaba de la AIT en términos generales y no de la secreta Alianza Democràtica Socialista.

Posteriormente llegó Fanelli a Barcelona, quien tuvo la oportunidad de hablar con algunos líderes sindicales como Rafael Farga y Gaspar Santiñón, aunque en el ambiente de las Juntas Revolucionarias, no parece que pudieran plantearse seriamente concretar una federación de la AIT. A los pocos días se desplazaron a Valencia con Reclus, Garrido y otros sindicalistas y republicanos donde se encontraron con José María Orense, otro importante líder republicano y obrerista, para seguir su gira por la zona de Valencia para seguir después hacia Andalucía. Según Max Nettlau, en este punto y desde Valencia, Fanelli partió hacia Madrid.

Al llegar a Càdiz en Diciembre de 1868, cuando la Junta de Barcelona, la de Madrid y las de la mayoría de ciudades de España se habían disuelto bajo falsas promesas de los militares liberales sublevados, Reclus y Garrido fueron testigos de primera mano de la revuelta de la Junta Revolucionaria de Cádiz, que no se fiaba de las promesas y quería instaurar una república federal inmediatamente. Todo acabó en una sangrienta batalla con un elevado número de muertos. Evidentemente tampoco era el ambiente más propicio para hablar de federaciones de la AIT en este ambiente de guerra.

En estos momentos Fanelli ya en Madrid frecuentaba el Fomento de las Artes donde conoció a Tomás Gonzalez Morago y al republicano obrerista Julio Dubau Donadeu, encuentro que no fue casual ya que, según Nettlau, fue con toda probabilidad Fernando Garrido quién envió a Fanelli al lugar y a los personajes apropiados. Hay que tener en cuenta que Garrido hacía años que vivía en Madrid promocionando la prensa republicana y obrerista cuyos máximos representantes frecuentaban el Fomento de las Artes.

También Josep Dubau Donadeu, que había estado con Fanelli en Barcelona fue uno de los que le informó del grupo del Fomento de las Artes de Madrid, ya que su hermano Julio Dubau era uno de los personajes más importantes de este centro junto con Tomás González Morgado. Allí fue donde Tomás González quien, según Nettlau, informó a Anselmo Lorenzo de la llegada del internacionalista y a partir de aquí empezaron una seria de tertulias que cada vez adquirieron un carácter más serio.

En aquellos momentos en Madrid, ya disuelta la Junta Revolucionaria, había un ambiente más propicio para hablar tranquilamente del tema. Era diferente a la situación que se habían encontrado en Cataluña un mes antes, cuando los obreros estaban por todos los pueblos fusil en mano en las Juntas Revolucionarias, cosa que también pasó en Madrid, aunque en aquellos momentos de Diciembre también en Cataluña ya se habían disuelto. Otra era la situación en Andalucía, donde después de la sangrienta batalla de Cádiz, vino la revuelta de los federales en Málaga, también sangrienta.

En Madrid en las reuniones y tertulias con Anselmo Lorenzo, Tomás Gonzalez, Francisco Mora y otros obreristas, normalmente en casa de Julio Dubau Donadeu, Fanelli explica el programa de la AIT desde el punto de vista de la secreta Alianza Democrática Socialista de Bakunin, que era de tendencia anarquista y que no era el programa oficial de la AIT. Algunos lo atribuyen a una confusión de Fanelli que no sabia que la Alianza no había sido admitida como tal en la AIT por aquellos días y otros lo atribuyen a una voluntad de influir en este sentido a los sindicalistas españoles. Según Max Nettlau posteriormente Bakunin reprochó a Fanelli esta supuesta confusión, ya que esto solo había provocado posteriormente graves discrepancias y acusaciones a su persona por parte de algunos sectores de la AIT. Bakunin dijo que quería convencer pero no engañar. Evidentemente los historiadores marxistas tienen otra opinión al respecto, pero eso ya sería otro debate.

No obstante lo cierto es que las ideas colectivistas y antiestatistas que expuso Fanelli causaron buena impresión a los tertulianos obreristas madrileños especialmente a Tomás González y a Anselmo Lorenzo. En Enero de 1869 pactaron con Fanelli que formarían una sección de la AIT con los postulados de la Alianza, que en aquellos momentos pensaban que eran los oficiales de la AIT. Anselmo Lorenzo instó a Fanelli a que fuera a Barcelona a exponer sus tesis ya que allí era donde habían más sociedades obreras federadas. Fanelli partió inmediatamente para Barcelona para entrevistarse con los líderes sindicales catalanes como Rafael Farga i Pellicer, Gaspar Santiñón, Josep Lluís Pellicer, Rius, Vilardaga, Pau Alsina entre otros, que acogieron también el programa antiestatista de la Alianza como base para la sección catalana de la AIT. La presencia de sindicalistas andaluces en las reuniones de Barcelona con Fanelli como Antonio González Meneses, Trinidad Soriano o García Viñas entre otros, algunos de los cuales pasaban largas estancias en Barcelona o se quedaban allí, mantenían al sindicalismo andaluz plenamente informado de la deriva que cogía la futura federación española de la AIT.

De aquí parte la teoría de la orientación anarcosindicalista de la futura sección española de la AIT. Pronto tanto Fanelli desde Barcelona y Reclus desde Madrid, donde también había ido para acabar su gira, volvieron a Ginebra para informar a Bakunin de las bases que habían creado y de la situación en España. Èlie Reclus, según Max Nettlau, le reprochó a Fenlli la dualidad de su viaje según él actuando a sus espaldas con el programa de la Alianza.

No obstante, el arraigo del anarcosindicalismo en Cataluña y en Andalucía y en menor medida en otras regiones, difícilmente puede explicarse solo por las casuales o intencionadas maniobras de Fanelli.

La ideas socialistas antiautoritarias y anarquistas, ya hacía tiempo que eran conocidas por muchos diversos sectores obreristas del Estado Español aunque no había sido adoptada como una opción mayoritaria ante la prioridad de las luchas republicanas antimonárquicas.

El republicano andaluz Joaquín Abreu, que había viajado por Europa debido al exilio y había conocido a Fourier, ya introdujo en Andalucía las primeras ideas sobre el socialismo utópico hacia 1834.

El inicialmente republicano gallego Ramón de la Sagra Peris en 1845 ya publicó un periódico anarquista en Santiago de Compostela, El Porvenir, el considerado primer periódico anarquista del Estado Español. Ramón de la Sagra había viajado anteriormente a Estados Unidos y a Francia donde había conocido a Proudhom con el cual trabajó durante un tiempo.

Narcís Monturiol y Anselm Clavé, aunque posteriormente más conocidos por sus actividades científicas y artísticas, en su juventud habían participado activamente en las sangrientas revueltas de Barcelona conocidas por las Bullangas y habían fundado la revista La Fraternidad en 1848 en la que propagavan el socialismo utópico influenciados por Cabet con quien tenían correspondencia.

A partir de 1854 el federalista republicano Pi i Maragall, tradujo algunas obras de Proudhom que ayudaron a introducir las incipientes ideas anarquistas en el Estado Español.

Hacia 1955 Fernando Garrido y Federico Beltran publicaban en Madrid El Eco de las Barricadas, que partía de un republicanismo con tendencia al socialismo antiautoritario.

Esto son solo algunos de los ejemplos más importantes entre otros también que hubo.

Tampoco se puede decir que en 1868 los principales sindicalistas del Estado Español, sobre todo los de donde había más sociedades obreras como en Cataluña y Andalucía, desconocieran la AIT y sus divisiones anteriormente.

Las Sociedades Obreras habían proliferado a partir de 1830 en diversos puntos del estado sobre todo en la industrial Cataluña y en la agraria Andalucía. Aunque las ideas avanzadas revolucionarias eran conocidas por los miembros de las organizaciones obreras, la continua lucha contra el absolutismo monárquico hacía que mayoritariamente los obreros vieran el republicanismo federal como el principal cambio por el que se había de luchar en España.

En 1865 ya se habían federado 40 sociedades obreras en Cataluña que tenían como órgano oficial la revista El Obrero fundada por Antoni Gusart. En esta revista aparecieron las primeras noticias sobre la fundación de la AIT y de la conferencia preliminar de Londres de 1864.

El consejo de la AIT al conocer la existencia de la federación de sociedades obreras en Cataluña a través del periódico obrerista de París l’Assotiation propuso relacionarse con estas sociedades obreras.

En aquellos momentos, el futuro yerno de Marx, Lafargue, fue escogido como representante para las relaciones con España por la AIT. Pero Lafargue, no hizo honor a su puesto y ni se preocupó si se relacionó con los sindicalistas de España.

En 1867 se celebra el 2ª congreso de la AIT en Lausana. En el congreso se lee una nota enviada por un grupo llamado Liga Social-Republicana, que saluda en nombre de las sociedades obreras federadas de Cataluña a la AIT expresando su solidaridad y explicando su lucha contra la monarquía.

Evidentemente la AIT, liderada por Marx, aún no tenía un perfil anarcosindicalista ni tampoco las sociedades obreras de Cataluña, Andalucía o del resto del Estado Español, que más bien eran de tendencia republicana de izquierdas.

En Septiembre de 1868 se realiza el 3ª congreso de la AIT en Bruselas en la que asiste por primera vez un sindicalista del Estado Español, Antoni Marsal i Anglora, que representaba a título de observador a las sociedades obreras federadas de Cataluña. Antoni Marsal, era miembro de la Liga Ibérica, una organización creada para solidarizarse con la independencia de las zonas de habla italiana en poder del imperio Austríaco y el derrocamiento de los reinos absolutistas de la península italiana para su reunificación, empresa que la mayoría de internacionalistas italianos apoyaban en principio, aunque este seria otro tema.

Hubo algunos que afirmaron que la presencia de Antoni Marsal en el congreso de la AIT de 1868 solo representaba a la Liga Ibérica y no tuvo importancia en las relaciones entre la AIT y los sindicalistas del Estado Español. Esto lo afirmó Fernando Mora en un libro en 1902, que fue uno de los primeros que habían hablado con Fanelli en Madrid en Diciembre de 1868 y que ya en 1972 se había pasado al marxismo y posteriormente al PSOE.

No obstante, esta teoría de Fernando Mora es falsa y no tiene ninguna base, sino lo contrario. Sólo hay que ver la intervención que hizo Marsal en aquel congreso de Bruselas de la AIT en 1868 en la que dijo literalmente:

“Encadenadas después de largo tiempo por un poder despótico, las sociedades obreras de España envían un saludo cordial a sus hermanos del resto de Europa. EI momento presente no es muy favorable para Ias asociaciones. No obstante en Cataluña y en Andalucía las asociaciones obreras se desarrollan poco a poco. Se arresta a los obreros que están a la cabeza de estas sociedades, pero cada día se nombran docenas de delegados nuevos. Por más que los poderes quisieran detenerlos, no pueden seguir esa vía y se ven obligados a dejarles libres. Los obreros españoles están dispuestos a luchar con sus hermanos contra esa formidable asociación del Ejército, del Trono y del Altar, para establecer, al fin, sobre bases sólidas, la paz, la justicia y el trabajo”.

En Diciembre de 1868, dos meses después, se celebraba el segundo congreso de la federación de Sociedades Obreras Catalanas bajo el nombre de Dirección Central de Sociedades Obreras de Barcelona. La presidencia de este congreso estaba formada por Antoni Marsal (el que había ido al congreso de Bruselas), Rafael Farga i Pellicer, Antoni Colomé i Joan Fargas. En este congreso de Diciembre de 1868 en Barcelona la presidencia informaba de la unión de los sindicalistas europeos en la AIT que era firme y un ejemplo a seguir. Es evidente que Antoni Marsal no era solo un representante de la Liga Ibérica, sino un importante sindicalista que participaba de manera influyente en la federación de sociedades obreras catalanas y cuyo nombre ya figura al crearse la primera federación en 1865.

En el congreso de Bruselas de Septiembre de 1868, en el que había asistido Antoni Marsal, a pesar de que vencieron en general las teorías cooperativistas sobre las colectivistas, en el acta figura un amplio debate con el sector anarcosindicalista guiado por Bakunin, cuyos representantes expusieron ampliamente sus ideas. Evidentemente Antoni Marsal, testigo directo de estos debates, informó ampliamente de las tendencias de la AIT a Rafael Farga y a los líderes del congreso de la federación de sociedades obreras catalanas de Diciembre.

Por lo tanto cuando Fanelli vino a Barcelona desde Madrid a principios de 1869 con su programa de la Alianza de Bakunin que no era el oficial de la AIT, la Confederación de Sociedades Obreras de Barcelona ya conocía, sobre todo a través de la correspondencia entre su revista el Obrero con la Assotiation de París entre otras y sobre todo a través de Antoni Marsal, el programa oficial de la AIT. Si Rafael Farga, Gaspar Sentiñón y otros líderes sindicales catalanes se decantaron por el anarcosindicalismo bakuninista fue por elección propia y no porqué desconocieran el programa oficial de la AIT antes de que llegara Fanelli.

Durante 1869 los sindicalistas catalanes Rafael Farga, Gaspar Sentiñón y Celso Gomis, habían ingresado directamente en la clandestina Alianza Democrática de Bakunin, ahora integrada en la sección de la AIT de Ginebra pasando algunas estancias en la ciudad suiza. Celso Gomis estableció su residencia permanente en Ginebra en 1869. Estos entraron a formar parte del círculo privado de Bakunin y entraron a formar parte de la sección bakuninista de Ginebra de la AIT. Desde allí estudiaron tácticas sindicalistas para ser aplicadas posteriormente en la Federación de Sociedades Obreras catalanas y en el Estado Español en general.

Así mismo sindicalistas andaluces como González Meneses, García Viñas y Trinidad Soriano, ya mencionados antes, con sus amplias estancias en Barcelona enlazaban todas estas tácticas anarcosindicalistas bakuninistas a las sociedades obreras andaluzas que eran muy prolíferas desde hacía ya mucho tiempo. Aunque en Andalucía el sindicalismo era mayoritariamente agrario también habían algunas pequeñas zonas industriales y un gran número de trabajadores portuarios y todo esto contribuyó a que las tácticas anarcosindicalistas tuvieran una evolución un tanto diferente en el futuro en Andalucía que en la industrial Cataluña, aunque este sería otro tema a debatir.

En 1869, las relaciones y cartas continuas de Bakunin con los sindicalistas del Estado Español se centraron en Rafael Farga i Pellicer principalmente y de las que se conservan muchas. Bakunin, en algunas cartas que también se conservan, informa a los suyos que el impulso del sindicalismo afín a sus ideas socialistas anitautoritarias y antiestatistas del que está más satisfecho en Europa en aquel 1969 es el que lleva a cabo Rabel Farga en Barcelona, al que reconoce la dificultad de desarrollar completamente su idea antiestatista de golpe dado la gran cantidad de sociedades obreras y la lucha antimonárquica junto con los republicanos.

Hay que recordar que Fanelli cuando fue a Barcelona y a Madrid a finales de 1968 era diputado en el parlamento de Nápoles y posteriormente Bakunin volvió a instar a Fanelli a presentarse a las elecciones para poder propagar allí su idea en una situación excepcional que había en Italia, por lo que es normal que Bakunin fuera comprensivo con los problemas que le plantaba Rafael Farga en una situación de lucha antimonárquica en el Estado Español.

Los sindicalistas de Madrid, Anselmo Lorenzo, Gonzalez Morago y Fernando Mora, los primeros que habían hablado seriamente con Fanelli sobre la federación española de la AIT, permanecieron un año sin contacto directo con los demás miembros bakuninistas de la AIT, sobre todo por la escasa actividad sindical en Madrid. Uno de los pocos contactos que tuvieron a principios de 1870 fue algún esporádico viaje a Madrid del sindicalista catalán Celso Gomis, que era militante de la Alianza Democrática y vivía en Ginebra donde estaba Bakunin, el cual les informaba de las últimas novedades de la AIT y este a la vez informaba a Bakunin de la situación en Madrid, según relata el historiador del anarquismo Max Nettlau en su libro Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1868-1873).

En Agosto de 1869 Rafael Farga i Pellicer fundó en Barcelona el periódico obrerista y anticapitalista La Federación que inicialmente era el órgano de la Federación de Sociedades Obreras catalanas y que de alguna manera se convirtió en el órgano de las federaciones de sociedades obreras que se iban formando en todo el estado, destacando el gran número de federaciones locales de sindicatos gremiales que se formaron en Andalucía y las que se iban formando en todo el estado, como en Baleares, Valencia, Madrid, Aragón, Galicia, País Vasco, etc. Esta revista informaba a todas las federaciones de los pasos que seguía la AIT y de la futura federación de la Región Española. La Federación propagaba en gran medida el antiestatismo y apoliticismo bakuninista pero a la vez mostraba una colaboración con los republicanos en su lucha antimonárquica ya que el general Prim insistía en volver a restaurar una monarquía y estaba buscando un nuevo rey y teniendo en cuenta que el republicanismo izquierdista estaba históricamente muy arraigado en la clase obrera de todo el Estado.

En Madrid, bajo el liderazgo de Anselmo Lorenzo y Tomás González se estaba trabajando en la elaboración de esta futura federación de la AIT de manera paralela y casi sin contacto con los sindicalistas catalanes o con los bakuninistas de Ginebra, pero esto estaba suplido por la gran proliferación de prensa anarcosindicalista y internacionalista en Madrid, como La Solidaridad que tenia un discurso más antipolítico que la Federación. También el periódico La Emancipación, entre otros, hacía una gran propaganda obrerista radical desde Madrid. Todo esto sobre todo después de su primer contacto con Fanelli, que ayudaba a propagarla por todo el estado.

Anselmo Lorenzo afirmó posteriormente en su libro El proletariado militante que según él, el hecho de que en Madrid hubiera prácticamente solo propagandistas del anarcosindicalismo más que sindicalistas, debido a la escasez de sociedades obreras, fue más importante para la propagación de esta idea que las sociedades obreras catalanas, ya que estas al representar a gran cantidad de obreros hacía más difícil ponerlas de acuerdo de manera rápida para inculcar la idea anarcosindicalista. Según él, en Madrid al no tener que representar a tantos obreros, los propagandistas como él o Tomás González se podían centrar más en la propaganda anarcosindicalista y eso ayudó a propagarla más.

Con todos los respetos a Anselmo Lorenzo, que fue uno de los mayores impulsores del anarquismo y del anarcosindicalismo, esta teoría me parece bastante discutible, ya que el anarcosindicalismo real ha de superar todas las dificultades que representan las auténticas sociedades obreras y el trabajo de integrar a docenas de miles de trabajadores a esa idea. No obstante si que es cierto que la propaganda anarcosindicalista que se hacía des de Madrid llegaba más a otras zonas del estado.

En 1869 se celebró el 4ª congreso de la AIT en Basilea. Rafael Farga y Gaspar Santiñón, de la federación de sociedades obreras de Cataluña fueron los únicos representantes del Estado Español que asistieron al congreso. Anteriormente también habían asistido a la reunión previa de la sección de Ginebra liderada por Bakunin, que se hizo para preparar sus propuestas para el congreso de Basilea.

Rafael Farga y Gaspar Santiñón elaboraron así después de sus contactos directos con Bakunin la estrategia para la futura creación de la federación española de la AIT, que seria por lo tanto de tendencia bakuninista. No obstante, su trabajo en las Sociedades Obreras Federadas de Cataluña que representaban a gran cantidad de trabajadores que habían visto hasta entonces como prioridad acabar con la monarquía junto con los republicanos, a la vez que era de sindicalismo apolítico y independiente, no podía ser totalmente antipolítica.

Los de la sección de Madrid, sobre todo Anselmo Lorenzo y Tomás González no compartían este revisionismo anarcosindicalista de Rafael Farga y los suyos en Cataluña y criticaron que el sindicalista catalán Pau Alsina se presentara en una lista republicano obrerista en las elecciones municipales de finales de 1869.

Entre 1869 y 1970 se produjeron importantes y sangrientas revueltas de los federales, principalmente integrados por republicanos y obreristas, dado que no llegaba la república y además se produjo un repentino reclutamiento de quintas para guerras coloniales que exasperó aún más a la población, especialmente en Cataluña y Andalucía, pero también en otras zonas del Estado. La moderación de algunos políticos republicanos al no seguir totalmente la radicalidad que los obreristas que siguieron luchando en la calle por esta causa después de la intervención del ejército, desengañó a muchos obreros de los políticos republicanos y la deriva anarcosindicalista y apolítica aumentó en las zonas donde hubo más conflictos. Aunque estas revueltas federales serían otro e interesante tema.

Finalmente la FRE de la AIT se constituyó en Barcelona en Junio de 1870 con representantes de delegaciones Cataluña, Andalucía, Baleares, Valencia, Castilla y Aragón. Aunque habían otras sociedades obreras de otras regiones interesadas no les fue posible asistir por la rapidez de la convocatoria del congreso y por falta de medios.

Anselmo Lorenzo y los sindicalistas madrileños querían que esta primera reunión se celebrara en Madrid para dar más centralidad y repercusión en todo el Estado a la nueva asociación obrera y aduciendo también que así no quedaba tan lejos para algunos de otras zonas que les era difícil desplazarse. Esto fue rechazado por los sindicalistas catalanes ya que interpretaban que en Cataluña había más influencia sindicalista que había llevado a hacer este congreso y además tuvieron el apoyo de la mayoría de los sindicalistas de otras zonas influyentes como los de Andalucía, Baleares y Valencia para que la reunión de fundación se realizara en Barcelona.

Según Nex Nettlau, esto era un poco la clásica competencia política entre Cataluña y Castilla llevada al sindicalismo.

Rafael Farga i Pellicer hizo el discurso inaugural con un discurso antiestatista lo que indicaba la orientación de la futra Federación Obrera de la AIT en España, aduciendo que la experiencia decía que los obreros solo podían confiar en ellos mismos y en sus asociaciones para defender sus intereses y no en los políticos. El año y medio de estrecha relación personal entre Bakunin y Rafael Farga había dado sus frutos.

En el mismo sentido se expresaron la mayoría de delegados como los de Madrid Anselmo Lorenzo y Tomás Gonzalez Morgado que hicieron hincapié en el apoliticismo y orientación anarcosindicalista que debía tener la federación obrera.

Una de las características del congreso era que el más del 90% de los delegados eran catalanes, por el hecho de que la mayoría de sociedades obreras eran catalanas y en menor medida porqué algunas delegaciones de otras regiones no se habían podido desplazar por falta de medios, aunque representaban a pocas sociedades obreras más.

En aquella época en 1870 la gran mayoría de trabajadores catalanes tenían gran dificultad para hablar castellano y algunos, después de pedir disculpas a los desplazados de otras regiones, hicieron sus intervenciones en catalán ya que dijeron que se veían incapaces de hacerlas en castellano, como los casos de Climent Bové, Salvador Pagés o Marià Grases, los cuales hicieron un discurso antiestatista y anarquista

Tomás Gonzalez Morgado se quejó de que no entendía catalán y se le dijo que se le pasaría posteriormente la traducción escrita.

Algunos otros delegados catalanes hicieron sus intervenciones leyendo su discurso previamente escrito en castellano, ya que se veían incapaces de improvisar sino era en catalán y se disculparon por su pobre castellano ante los delegados de otras regiones que tuvieran dificultad de entender su fuerte acento.

En general había unanimidad sobre el carácter anarcosindicalista y antiestatista de la Federación Obrera pero con algunas excepciones como las de Josep Dubau Donadeu y Josep Roca i Galés, entre algún otro, que defendían su apoyo a los republicanos federales como estrategia para conseguir un gobierno de izquierdas que promocionara el obrerismo. La mayoría de delegados les replicaron y se impuso por aplastante mayoría la idea anarcosindicalista.

Uno de los puntos que causó mayor controversia fue la estructura de las cajas de resistencia para huelgas. Algunos las querían por gremios por regiones, otros por gremios a nivel estatal y otros decían que en el pasado estas cajas de resistencia habían sido dinero perdido ante la pérdida de la mayoría de huelgas y que era mejor emplear este dinero en fomentar cooperativas u otras ayudas sobre la marcha. Finalmente se aprobaron las cajas de resistencia en las que cada gremio podía optar libremente a emplearlas como quisieran.

Finalmente se aprobó la fundación de la Federación Regional Española (FRE) de la AIT proclamando la independencia de los sindicatos de los partidos políticos y el carácter anarcosindicalista de la Federación entre otros muchos estatutos de funcionamiento.

En este link se puede leer el texto entero de las intervenciones en el congreso fundacional de la FRE de Junio de 1870.

http://anselmolorenzo.es/documentos/Con ... 01870).pdf

Posteriormente Anselmo Lorenzo, uno de los primeros que hablaron con Fanelli en Madrid, en Diciembre de 1968 y con quien compartió ideas des del principio, quiso conocer de primera mano las crecientes diferencias entre Marx y Bakunin. Fue al congreso de Londres de la AIT de 1871 como representante de la FRE y allí fue recibido por Marx y acogido en su casa, debido a su creciente reputación en la propaganda del sindicalismo español.

Después de conversar con Marx, Lorenzo volvió a Madrid y después de debatir con sus compañeros de la Sección Madrileña de la AIT, se reafirmó en a decantarse por Bakunin a diferencia de alguno de sus compañeros. Marx le había causado una buena impresión, pero el antiestatismo de Bakunin le generaba más confianza y partir de aquí se convirtió en uno de los principales propagandistas del anarquismo español.

Anselmo Lorenzo le había escrito antes una carta a Rafael Farga i Pellicer en la que le decía: “La situación de la AIT es muy grave. Si es verdad lo que Marx dice de Bakunin este último es un infame, pero si no es verdad, el infame es aquel”

La visita de Lafargue, el yerno de Marx a Madrid en 1872 para recuperar el terreno que Fanelli les había quitado y la posterior división de la sección madrileña de la AIT entre marxistas y bakuninistas que condujo posteriormente a la creación del PSOE, ya es otra historia.

Pocos años después Anselmo Lorenzo, convencido bakuninista, se trasladó a Barcelona donde el sindicalismo era muy prolífero y la tendencia anarcosindicalista era la mayoritaria. A parte de Cataluña y Andalucía, que por otra parte era donde habían más sociedades obreras, tanto en Madrid como en el resto del estado era mayoritario el sindicalismo marxista cercano al PSOE, aunque en todas las regiones habían focos anarcosindicalistas nada despreciables.

En los años siguientes de represiones y ilegalizaciones Josep Llunas, que en cierta manera sucedió a Rafael Farga como líder de las sociedades obreras catalanas, junto con Anselmo Lorenzo fueron unos de los máximos impulsores del anarcosindicalismo del Estado Español.

Las represiones, las ilegalizaciones, los episodios de violencia, las divisiones posteriores del anarcosindicalismo del estado Español, las divisiones y prohibiciones que sufrió la AIT en toda Europa después de la Comuna de París en 1871, la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), el desarrollo del anarcocolectivismo en Cataluña, del anarcocomunismo en Andalucía y del anarcosindicalismo en general en todo el Estado a finales del siglo XIX darían para muchas líneas, pero ya serían otro tema. El hecho es que todas estas circunstancias y divisiones hicieron que la federación de los anarcosindicalistas en el Estado Español finalizara en 1888 y estuvo separada hasta la creación de la CNT en 1910-11.

No obstante siempre hubieron grupos anarquistas en todo el estado que promocionaban la solidaridad entre todos los obreros cuando surgían grandes conflictos y empezó una proliferación de prensa anarquista en toda la península, de Norte a Sur y de Este a Oeste, con innumerables revistas, periódicos y personajes que las promovían que merecerían una larga y interminable lista.

A partir de la nueva federación de sociedades obreras de Cataluña, Solidaridad Obrera, creada en 1907, se formó en 1910-11 la CNT, la nueva confederación de sociedades obreras de carácter independiente combativo y mayoritariamente anarcosindicalista fuera de la onda de la UGT.

La CNT que aunque mantuvo siempre sus siglas, no estuvo exenta de grandes divergencias internas tanto ideológicas como de estrategia sindical, aunque siempre mantuvo su base anarcosindicalista y tuvo tiempos gloriosos en los años10, 20 y 30 del siglo XX. Aunque todo esto sería otro tema del de este escrito que era los orígenes del anarcosindicalismo en el Estado Español.

Bien esto es solo un pequeño resumen en el que faltan también otras consideraciones y simplemente espero alguna aportación de alguien sobre algo que se me escape, que seguro habrá mucho.

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Suso
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Re: La FRE, origen del anarcosindicalismo en el Estado Españ

Mensaje por Suso » 30 Dic 2012, 21:20

Decir que El Porvenir de Ramon de la Sagra es el primer periodico anarquista es quizas exagerado. Es cierto que existen influencias proudhonianas, pero creo que para hablar de periodicos anqrquistas en Galicia debemos esperar a la publicacion de El Corsario y Bandera Roja, unos cuantos años despues.

Por lo demas, un buen tema el que inicias.
Teño barca, teño redes, teño sardiñas no mare
teño unha muller bonita
non quero máis traballare.

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