Cantautores Libertarios

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 06 Abr 2019, 18:50

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Etienne Roda-Gil fue un hijo de anarquistas españoles que se consideró anarquista toda la vida y fue uno de los letristas más importantes de Francia a nivel comercial. Por ejemplo, lanzó al estrellato a Vanessa Paradis (que tenía 14 años). Entró en la música cuando en 1967 el cantante Julien Cerc estudiante entra en el café L’Écritoire del barrio latino y pregunta "¿Quién me escribe una canción?", Etienne se ofreció y así empezó como compositor de éxito. Le empezó escribiendo las letras de sus primeros discos y de otros posteriores. Incluída canciones muy famosas como la antimilitarista Utile.

Se calificaba a sí mismo como "poeta industrial", escribió más de 700 canciones, incluso para Johnny Hallyday (un disco entero sobre motos y libertad) y Julio Iglesias (no tengo claro si le escribió una canción o adaptó algún éxito para que lo cantara en francés)

Acudía habitualmente a las manifestaciones de la CNT del 1 de Mayo en París.

De joven estuvo en la FIJL y frecuentó a los situacionistas. En el libro Insurgencia Libertaria cuentan una anécdota:
En una reunión de los Situacionistas de París, el compañero Etienne Roda-Gil (que alcanzaría más tarde cierta notoriedad como compositor de canciones populares y que estaba totalmente alineado con las tesis del SI), acusó a la FIJL, concretamente a Luis Andrés Edo, de encubrir el Pacto Cincopuntista de Madrid, puesto que en el Congreso de Montpellier se impidió la comparecencia de Royano para informar del mismo y Luis guar-dó silencio, a pesar, según Roda-Gil, de que disponía de la información. Otro, replicó vehementemente, señalando que era precisamente Edo quien había arriesgado su libertad trasladándose a Madrid para denunciar la operación. Debord propuso entonces una reunión de confrontación para aclarar el tema.
En youtube hay un documental del año 1991. Salen escenas de mayo del 68, pero no me digáis. Recientemente han grabado otro documental (artículo en El País).

Su canción anarquista más famosa (y la única que yo conozca) es la Makhnovtchina. En ella fue bastante irónico, porque utilizó la misma melodía popular rusa que utiliza un himno bolchevique (conocida en castellano como Por montañas y praderas) precisamente para atacar a los bolcheviques.

Como curiosidad, Le Lac Majeur, una de sus canciones exitosas está basada en la estancia en Suíza de Bakunin en 1974, cuando preparaba insurrecciones. Una canción melancólica de derrota. La cantó Mort Shuman (https://fr.wikipedia.org/wiki/Le_Lac_Majeur):



También hizo el libreto de Ah ça Irá, una ópera de Roger Waters sobre la revolución francesa.

Si queréis escuchar un programa de radio (en castellano) sobre él: La chanson 42, marzo 2019 - Etienne Roda-Gil
Última edición por blia blia blia. el 24 Feb 2022, 17:56, editado 1 vez en total.

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 08 Sep 2019, 11:26

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Han editado el concierto que dio Léo Ferré el 10 de mayo de 1968 en la Mutualité para la Federation Anarchiste en mayo del 68. Ese concierto tuvo dos cosas curiosas:
  • Fue la primera vez que cantó Les Anarchistes.
  • Coincidió con la primera noche de barricadas tras una manifestación contra la represión. Unos compañeros jóvenes fueron a avisar al concierto y se decidió que se esperaría a su finalización. Entonces muchos asistentes fueron a construir barricadas.
Es un triple CD. Los dos primeros discos son un recopilatorio de canciones y sólo el tercero contiene el concierto. Hay alguna cosa colgada en youtube (pero no Les Anarchistes, supongo que sería una interpretación parecida al concierto de Bobino unos meses después, donde también le acompañaba al piano Paul Castanier).



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Bucky Halker es un cantautor y folklorista de EEUU. Sobre todo se dedica a la música relacionada con el trabajo (incluída la sindical y de protesta) y a la música tradicional de Illinois. Tiene algún libro (uno sobre las raíces protestantes de la canción obrera de eeuu a finales del XIX, por ejemplo) y unos cuantos discos.

En la sección de discografía de su página web se pueden escuchar sus discos (algunos con sus canciones enteras, otros con ellas cortadas) y se pueden descargar haciendo click con el botón derecho. Tiene uno dedicado a Joe Hill, otro a Woody Guthrie (ambos están completos), otros con versiones country-rock de bastantes canciones sindicales,...




Curiosidad: En ese festival también toco Diego el Cigala. :lol:

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 28 Mar 2021, 15:07

Almudena Rubio

A raíz del obituario sobre la historiadora anarcosindicalista Hanneke Willemsse me he dado cuenta que la autora del mismo, Almudena Rubio, archivera en el archivo CNT-FAI del IISG de Amsterdam, es una excelente intérprete de canciones, con querencia por las de Chicho Sánchez Ferlosio.

Tiene a bien compartir alguna de sus interpretaciones en su cuenta de youtube. Y puedes seguir su actividad en la página web: http://almudenarubio.net/

Libre te quiero, de García Calvo dedicada a Octavio Alberola y Ariane Gransac. Con Isabelle Laudenbach.



Hoy no me levanto yo, de Chicho Sánchez Ferlosio.

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 28 Mar 2021, 15:40

Hace un tiempo hablaba del cantautor anarquista catalán Ramon Muns. He encontrado una carpeta con el CD Cançons 1973-1981.

https://mega.nz/folder/YogkwYiB#ZE0mDQKmwWwcAKmMwdDOYQ

Me gustan especialmente las canciones de Sånger För Människan Och Utopin publicado en Suecia en 1977 y editado en España el año siguiente como Cançons Per L'Home I La Utopia.

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 02 Nov 2021, 01:23

Monsieur Jack
Una persona, creo que de Estados Unidos, que toca el piano y canta canciones anarquistas y obreras en inglés.


A las barricadas la tenéis en inglés e instrumental. La versión con letra es la que más reproducida de todas sus canciones (entre nosotros/as, así en inglés pierde un poco):


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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 28 Dic 2021, 18:25

Nacho Cárdenas

Jose Ignacio Cárdenas Alvarado es un maestro rural mexicano nacido en 1948 y que también fue cantautor.
A lo mejor muy anarquista no es, pero está muy bien, en la línea de José de Molina.

LP Por senderos de dignidad:


Corrido a Flores Magón que está en Viento Rojo 1:


LP Polvos que levanta el viento. Hay un par de canciones a Raúl Todd Estrada, abogado asesinado por el estado. En una dice que su nombre será el de una escuela y es la única información que se encuentra de él.


LP Flores del desierto.


Una biografía (http://www.salaicesvive.com/index.php/t ... o-cardenas)

JOSÉ IGNACIO CÁRDENAS ALVARADO
El profesor Nacho Cárdenas es, sin duda, un hombre polifacético: compositor de corridos de contenido social, poeta, músico, bailarín, maestro de Educación Artística y de Ciencias Sociales, entre otras virtudes. Nació a orillas del río Bravo, en Piedras Negras, Coah., el 31 de julio de 1948, y fue el cuarto de los cinco hijos sobrevivientes de don Fernando Cárdenas y doña Feliz Alvarado. Lupita, la primera hija de este matrimonio, murió a los dos años víctima de una infección gastrointestinal.

Nacho Cárdenas vivió su primera infancia en una casa tipo palafito, montada sobre gruesos barrotes de madera, más o menos 75 cm por encima del suelo, en previsión de que el río subiera de nivel. Era una casita tipo americano, parecida a un chalet, la que rentaba la familia Cárdenas Alvarado; estaba ubicada en la ribera mexicana del río que divide a las dos naciones. Ahí transcurrió la primera etapa de su vida cuando -dicen los psicólogos- se forman las bases de la personalidad. El carácter afable que lo distingue y su fina sensibilidad, ahí surgieron. Seguramente la madre Feliz, que actualmente tiene 97 años, es muy buena persona, pues a pesar de haberse ido su esposo a trabajar a los EEUU, en 1950, supo educar en el amor a sus hijos y sacarlos adelante. Muchas otras familias de escasos recursos económicos también habían “robado” al río un pedazo de su cauce para construir sus viviendas de madera. Recuerda Nacho que él y sus hermanos jugaban debajo de la casa en sus ratos libres, hasta que un día la gran creciente llegó con furia, reclamando lo suyo. Esto ocurrió el 28 de junio de 1954.

Las viviendas ribereñas afortunadamente habían sido evacuadas poco antes de la embestida, sin dar tiempo a sus moradores de sacar sus pertenencias. La bella madre instó a sus cinco hijos para que salieran de la casa y subieran a una camioneta propiedad de unos vecinos, que los llevaría hasta la colina más alta de la ciudad, donde se fundó la colonia La Villita. Muchas otras personas en igual condición fueron trasladadas a ese altozano, en donde pasaron varios días y varias noches a la intemperie, afortunadamente sin lluvias. Nacho aprendió desde entonces el valor de la solidaridad entre los seres humanos cuando se viven momentos difíciles, pues vio como todos vecinos que tenían vehículos ayudaron a la evacuación, no habiendo víctimas que lamentar.

La noche que abandonaron la casa no llovía en Piedras Negras; la crecida inusual se debía a precipitaciones intensas caídas en otras partes de la enorme cuenca del río, que recibe aguas de ríos y arroyos nacidos en una nación y en otra. Esa noche de cielo estrellado, en la ciudad de las piedras negras –por el carbón mineral que se extrae en esa región septentrional de

Coahuila-, el niño José Ignacio fue feliz al observar la bóveda celeste y sentirse protegido por la madre y por los hermanos. Fue ocasión propicia para que Nacho observara las estrellas y escuchara el bramido del río que castigaba de esa manera a los humanos que osadamente invadían su territorio. El artista en ciernes, de apenas 6 años, no comprendía la magnitud del problema, su atención estaba centrada en el fenómeno natural. Por otra parte, jamás olvidaría las luces de la ciudad que los saludaba desde el otro lado del río: Eagle Pass, Texas. Más adelante, estas vivencias tempranas serían fuente de inspiración para crear poemas y canciones.

Al día siguiente, la familia Cárdenas encontraría su vivienda semi destruida y vacía, atorada en el talud del bordo del ferrocarril, del lado mexicano. Habían perdido todo, quedándose sólo con lo que llevaban puesto; la inundación fue registrada como una de las más devastadoras que ha sufrido Piedras Negras. El padre no estuvo presente en la tragedia; cuatro años antes se había ido al “otro lado” para regresar en contadas ocasiones, antes de que la muerte lo sorprendiera en noviembre de 1997. La madre de Nacho, doña Feliz, recuerda que su esposo fue compositor y músico, más lo primero que lo segundo. Madre e hijos no olvidan a un tío abuelo de nombre Florentino Cárdenas Contreras, que fue músico y compositor y que murió en Ojinaga, Chih., lugar donde las personas mayores lo recuerdan.

Piedras Negras se fundó en 1850 y algo que llama la atención es que su altitud es de apenas 223 msnm. ¡Sólo 223 metros son suficientes para que las aguas bajen más de 500 km, hasta el Golfo de México! En 2010, la ciudad tenía 150 178 habitantes, que vivían con todas las ventajas y las desventajas de residir en la frontera. Al preguntarle a Nacho cuál es el gentilicio de Piedras Negras, él lo explica de manera muy didáctica: “Mira: son dos palabras juntas, nigro y pete, con el sufijo nse: nigropetense. Nigro y pete provienen de las voces latinas nigrum: negro, y petros: piedra, por lo que deberíamos decir: nigropetrense, como originalmente se hizo. La palabra se ha deformado”. Explica además que fue conocida como Ciudad Porfirio Díaz de 1888 a 1911, año este último en que Carranza le quitaría ese nombre y le regresaría el original, Piedras Negras, dándole además la categoría de ciudad.

Un dato curioso que aporta Nacho es que Piedras Negras es “la tierra de los nachos”, esos trozos de tortilla frita con queso americano fundido y chile jalapeño, inventados por el señor Ignacio Anaya. En 1995 se declaró a Piedras Negras “La cuna del Nacho". Se podría pensar que por eso Nacho lleva ese nombre, pero la verdad es que así lo registraron porque nació el 31 de julio, misma fecha en que nació San Ignacio de Loyola, en 1556. Otro dato sobre la ciudad natal de Nacho es que ahí también nacieron: Gladys Pearl Baker, madre

de Marilyn Monroe; Pedro Ferriz Santa Cruz: periodista, ufólogo y político; Ramón Bravo: oceanógrafo, comunicólogo, investigador y ecologista, entre otros personajes importantes.

¿Qué sucedía en México y en el resto del mundo en 1948? Primero: Fue año bisiesto y olímpico, las olimpiadas se celebraron en Londres. México era gobernado por Miguel Alemán Valdez. El mundo, lastimado severamente por la Segunda Guerra Mundial y horrorizado por los efectos de la detonación de dos bombas atómicas, en Hiroshima y Nagasaki, Japón, inicia la “Guerra Fría”, ya sin misiles, entre dos bandos: el capitalista (encabezado por EEUU) y el socialista (encabezado por la URSS). En Nueva Delhi es asesinado Mahatma Gandhi. El gobierno de Perón propone que su país y Gran Bretaña discutan el asunto de las islas Malvinas. En Nueva York se funda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se crea la Organización de Estados Americanos (OEA). Nace el Estado de Israel. Se reelige como presidente de los EEUU Harry S. Truman, el genocida que había ordenado la detonación de las dos bombas. En Nueva York, la ONU decreta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Surgieron muchos organismos pacifistas, derivados de la ONU. Después de la tempestad viene la calma, reza el refrán.

En 1948 también sucede lo siguiente: Ceilán (hoy Sri Lanka) se independiza del Reino Unido. Se firma el Tratado de Bruselas, antecesor de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El presidente Truman, de los EEUU, firma el Plan Marshall que brindará 13 000 millones de dólares para ayudar a la Europa de la posguerra. (Primero cometen genocidios y después buscan, hipócritamente, resarcir el daño).

Después de la devastadora inundación, la madre, Feliz Alvarado, determinó cambiar de residencia a Ocampo, Coahuila, cabecera del municipio del mismo nombre, el tercero más extenso del país con 26 433 Km cuadrados, después de Ensenada, BC (51 952 Km. cuadrados) y Mulegé, BCS (33 092 Km cuadrados). Ocampo está situado en el desierto; cuenta apenas con 10 183 habitantes, siendo su actividad económica muy baja, reducida a la minería, el comercio y la prestación de servicios. Nacho cursó la educación primaria en Ocampo. Participaba en los festivales escolares en bailables y comedias; aún no se descubría como poeta y músico. Dos cosas lo caracterizaban desde entonces: su gusto por lo bello y el rechazo a las injusticias. Una tercera era la tolerancia: siendo católica casi la totalidad de la población en Ocampo, él veía muy mal la homofobia generalizada hacia la única familia protestante del lugar.

Conoció poblaciones vecinas como Cuatrociénegas, Esmeralda y El Oro y la primera lo cautivó por su magia, aun cuando no tenía título de pueblo

mágico. El hecho de que las azules pozas fueran hogar de varios organismos endémicos –por existir nada más en este lugar-, como los estromatolitos, le llamó la atención y consideró que esos ecosistemas eran verdaderos laboratorios naturales del proceso de surgimiento y evolución de los organismos en la Tierra, hace millones de años. Observó en el Valle de Cuatrociénegas a los agricultores, que trabajan para que otros coman el fruto de su esfuerzo, y eso lo valoró enormemente. Vio a los trabajadores candelilleros curtidos por el sol, obteniendo cera en “pailas”, ganando por ese trabajo un mísero salario, y eso lo marcó para siempre: su lugar estaba al lado de los trabajadores. Vio a los mineros salir de los socavones en donde permanecían largas horas, respirando silicio y sufriendo las altas temperaturas y la falta de oxígeno, para extraer del subsuelo estroncio, barita y dolomita, y eso lo apenó muchísimo. Y ahí surgió su conciencia de clase: la conciencia de saberse parte de los explotados. Los valores inculcados por la madre se reafirmaron y se incrementaron con otros como la justicia, la tolerancia y la equidad. Se estaba gestando el activista social en que se convertiría y cuyas armas principales esgrimidas serían sus agudos poemas convertidos en canciones de crítica social.

Cuatrociénegas es la tierra natal de su mamá, aunque la familia Cárdenas tenía mucha relación con El Oro, pueblo minero a 15 Km de Esmeralda, hoy abandonado, como suele ocurrir con los pueblos mineros cuando se agotan las vetas. En El Oro se casaron los padres de Nacho.

De Ocampo se regresaron por un tiempo a Piedras Negras, para después retornar. Poco después la madre se llevó a los hijos mayores, Rude y Fernando, a Monterrey, quedándose Nacho en Ocampo para terminar la primaria; se quedó en la casa de su tío, el profesor José L. Alvarado y de la maestra Marina Urteaga de Alvarado, ambos egresados de la prestigiada Escuela Normal de Saltillo. Esa primera navidad que pasó Nacho sin su madre y sin sus hermanos, llegó Santo Closs y le dejó un suéter y un patín del diablo. El niño se fue a la plaza a pasear en su juguete y se encontró a don Lucio Alanís, el zapatero del pueblo, y a su hijo Chacho, niño incapacitado. Al preguntarles Nacho qué les había traído Santo Closs, don Lucio contestó: “Ese señor no pasa por las casas de los pobres...”

Estaba en su apogeo la guerra fría entre el bando capitalista y el socialista; se oía en el radio la campaña de desprestigio contra los países socialistas y Nacho le preguntó al ilustrado señor don Nicolás Rodríguez González, quien había sido presidente municipal de Piedras Negras, qué era una cosa y qué la otra. Don Nicolás contestó: “Socialista es el país donde los trabajadores fabrican productos que se reparten entre todos por partes iguales, mientras que en los países capitalistas los obreros trabajan para el dueño de las

fábricas, recibiendo un ínfimo salario”. Y agregó: “¿Tú cuál prefieres? Nacho contestó: “El socialismo”. “A qué muchacho éste...”, terminó diciendo don Nicolás. Este señor era hermano menor del constituyente de 1917, Profr. José Rodríguez González.

Muchos años después Nacho acompañaría en sus viajes a este valle maravilloso a dos compañeros normalistas de Salaices, sumamente sobresalientes y de quienes se habla más adelante, y se dio cuenta que la agricultura en gran escala que se practica aquí y en los valles cercanos ponen en peligro la existencia del líquido vital y, por ende, de los ecosistemas, como ya sucedió en algunas lagunas que se han secado completamente, quedando sólo el fondo rocoso y seco. Las comunidades de microorganismos cámbricos, adaptados a condiciones ambientales similares a las de hace 600 millones de años, han desaparecido por completo. Ahí surgió en Nacho la conciencia ecológica.

La madre Feliz –nacida el 10 de julio de 1918- ya residía, junto con sus hijos mayores, en Monterrey, hasta donde fue Nacho a estudiar la secundaria. Al concluirla, Salaices lo esperaba con las puertas abiertas. En ese pueblo del sur del Estado de Chihuahua funcionaba entonces la Escuela Normal Rural “Abraham González”, exclusiva para varones. Los alumnos, cerca de 300, recibían por parte del gobierno federal una beca que incluía estudios para la carrera de profesores de instrucción primaria y todos los servicios asistenciales: alimentación, dormitorio, instalaciones deportivas, servicios sanitarios, atención médica. Todos los servicios eran demasiado modestos. Presentó Nacho la prueba de admisión en agosto de 1964 y le dio mucho gusto ver su nombre en la lista de aceptados, comunicando de inmediato la buena noticia a su madre, a través de una carta.

La integración a la colectividad fue relativamente fácil para Nacho. Se dice que se conoce la inteligencia de una persona en base a su capacidad de adaptación a las nuevas situaciones; Nacho demostró tenerla de sobra. Ahora contaba con casi trescientos hermanos repartidos en seis grados, los tres de secundaria y los tres de profesional. En su nueva casa con nadie tuvo dificultades; en la colectividad makarenkiana que fue Salaices fue visto por todos como el hermano siempre conciliador, poseedor además de claridad en sus conceptos filosóficos.

El ambiente rural donde se ubicaba la Normal -entre Ciudad Jiménez y Parral, Chihuahua-, era idóneo para sus inclinaciones artísticas: había agua en abundancia y gracias a ello proliferaban los árboles, frondosos álamos que bordeaban el Tajo, acequia así llamada tal vez en honor al río Tajo, que nace en

España, bordea Toledo y sigue su curso hacia el Atlántico, atravesando Portugal. El agua que llegaba a la Normal procedía de la presa Las Camelias, que detenía las aguas del río de Valle de Allende. El oxígeno, la flora, la fauna y la belleza del paisaje venían como consecuencia. Nada más apropiado para un joven artista de 15 años llegado de Coahuila.

En el internado se desarrollaban infinidad de actividades de lunes a sábado, desde las 5:30 de la mañana hasta las 9 de la noche: prácticas agropecuarias, auxiliar de cocina, panadería y lavandería, aseo de sectores, apicultura, industrias rurales, actividades deportivas, ensayos de banda de guerra, orfeón, estudiantina, orquesta, tríos y solistas; oratoria, declamación, teatro, asambleas estudiantiles, lectura en biblioteca y hemeroteca, círculos de estudio espontáneos, reuniones con el Comité de Orientación Política e Ideológica (COPI). Ahí Nacho se dio cuenta que los aprendizajes sociales pesan más que los curriculares. En la Normal la pedagogía social jugó un papel muy importante para el aprendizaje, pues todos aprendíamos de todos. Se obtuvieron muchos conocimientos y se desarrollaron habilidades, hábitos, aptitudes, actitudes y destrezas. Cada quien se acomodaba donde más le gustaba, sin limitación alguna.

Nacho no sabía tocar la guitarra y se juntó con un joven recién llegado también, pero a primero de secundaria: Juan Manuel González García, alias “El Nonoava”. Nonoava, Chihuahua es un pueblo serrano conocido como el conservatorio del estado desde hace muchos años. Se dice que ahí todos son músicos, pues la habilidad para tocar algún instrumento va pasando de padres a hijos, siendo el pueblo chihuahuense que mayor número de grupos musicales posee, proporcionalmente al número de habitantes que no es mucho.

A Nacho se le podía encontrar en todas las áreas de la escuela, siempre tarareando una canción. Se le veía en los corredores, en la pista de atletismo, en el estanque, en el silo, en los establos, en el casino, en el puentecito del Tajo, en el álamo grande del recodo del Tajo, en la zona arbolada frente a la enfermería, en el área de la alberca, en todos lados, siempre contento y siempre cantando una canción que iba inventando. Seguramente muchas veces se cruzó con otro cantautor ya fallecido, el pintor musical de Chihuahua, Salvador Almanza Bustillos, que les compuso corridos a los 67 municipios del Estado. Tal vez otros trovadores, melómanos todos, también se cruzaron en su camino, como aquel compañero virtuoso de la guitarra apodado “La Viruta”, a quien cierta noche, mientras dormía, alguien le cortó su gran copete con unas tijeras. O a otro notable de la guitarra, Ramón “El Toro” Aguirre, o con todos los miembros de la Orquesta Estudiantil.

Nacho prefirió ser solista y le pidió a El Nonoava que le enseñara los tonos mayores, después los menores y los círculos. Acababa de cumplir los 16 años, la edad del enamoramiento, de la idealización de la mujer y ese pequeño río artificial que pasaba a un lado de la Normal le dio la inspiración para entonar canciones románticas bajo la sombra de los álamos, a donde se iba solo, apartado por ratos de la colectividad.

Y así Nacho iba por la vida del internado tarareando nuevas melodías, con más contenido, para lo cual se cultivó en la biblioteca y en la hemeroteca donde amplió su marco teórico-conceptual, aprendiendo sobre las luchas sociales. Los hechos que están en el imaginario colectivo de Chihuahua y de Coahuila, además de sus usos y costumbres, le dieron material suficiente para seguir componiendo. Llevaba la vena de artista por el lado Cárdenas -pues su padre fue músico y compositor- y por el lado Alvarado también. Carismático en la Normal avanzó en su carreta de maestro, y practicó en las comunidades aledañas, donde enseñó cantos a los niños, con esa sencillez que le caracteriza. Y convivió armónicamente con todos los compañeros de su grupo, y del resto de los grupos, incluyendo compañeros ya egresados de la Normal. Dos de ellos – sobresalientes secretarios generales de la sociedad de alumnos, lo adoptaron como su gran amigo; fueron dos notables poetas, escritores, revolucionarios; uno fue su paisano Vicente Rodríguez Quiroz, originario de Esmeralda, Coah. y otro, José Luis Aguayo Álvarez, oriundo de El Porvenir, López, Chihuahua.

Al ir por los diferentes lugares de la escuela, tarareando la música que va inventando, se dio cuenta de que al rato ya la había olvidado. Entonces invitó a su paisano Carlos Muza Garza para que lo acompañara y se grabara las músicas, cosa que Carlos hizo de manera excelente.

En su creación literaria y musical amalgamó siempre a los dos estados: Coahuila y Chihuahua; conoció las costumbres y supo qué era lo que le agradaba ver, oír y gustar a la gente de los dos estados norteños. Se adaptó a todas las situaciones, respetó a todos, calló cuando debía ser receptivo y fue prudente en el hablar. Su memoria ha sido privilegiada, posee una inteligencia sobresaliente; no guarda rencores contra nadie y los desaires que ha sufrido pronto los olvida; tampoco se enfrasca en discusiones estériles, es artista y, como tal, sensible, pero nunca pierde la ecuanimidad y esa cualidad lo engrandece ante los ojos de los demás.

Con esa capacidad que tiene para socializarse, siendo alumno, cierto día se presentó ante el maestro de música, Profr. Raúl Luna Niño y le dijo que él era compositor de canciones. Lo relata de la siguiente manera:

“Sería una casualidad, pero Salaices me puso más en contacto con la música a través de las enseñanzas del Profr. Raúl Luna Niño. Él no se acuerda, pero yo le comenté en una ocasión que componía canciones. Me sorprendió su actitud, pues pensé que me iba a tirar a lucas, pero no fue así: mostró un serio y formal interés y me dijo: ́A ver, cántame una ́. Le canté ́Tengo miedo ́, a la que en realidad apenas le estaba poniendo música, y en cierta parte me dijo: “Esa ya parece otra canción”. Comentó: “Mira, te sugiero que la música con la cual comiences la canción, la mantengas en su línea melódica”. Añadió: “Mañana, después del ensayo del orfeón ven y yo te escribo en notas la música de esa pieza”. Hubo unas dos sesiones con ese fin, pero Nacho no estaba en el orfeón todavía y por alguna razón que no recuerda no continuó. Pero no olvida la generosa actitud del maestro y cada vez que cumple años de compositor le dice al maestro que él también los cumple, al ser su asesor musical que le da su valiosa y pedagógica opinión.

Con sus canciones románticas participaba en los festivales llamados “viernes sociales”, que se presentaban cada 15 días en el internado, con la asistencia del alumnado y del personal docente y manual de la escuela, además de personas procedentes de pueblos aledaños. Fue al final de su carrera, en 1967 cuando comenzó a componer canciones de protesta, de reflexión, filosóficas. Habían calado hondo en él los recientes movimientos sociales ocurridos fuera y dentro de nuestro país: el triunfo de la Revolución Cubana, el movimiento guerrillero de Genaro Vázquez, el asalto al Cuartel de Ciudad Madera, en donde muriera un egresado de Salaices en 1963, el profesor Miguel Quiñones Pedroza. Fue a este querido compañero, ejemplar como alumno y como maestro, a quien Nacho dedicó la canción “Balada para Miguel”.

Otro corrido lo dedicó a Lucio Cabañas, egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, quien se vio obligado a irse –como Vicente Guerrero- a las montañas del sur, a luchar contra las injusticias.

Nacho era el número 7 de la lista de alumnos al graduarse como maestro en junio de 1967:

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. DIRECCIÓN GENERAL DE ENSEÑANZA NORMAL. ESCUELA NORMAL RURAL “ABRAHAM GONZÁLEZ”. SALAICES, CHIH. 1961-67

Aceves Celis Silverio

Aguayo Álvarez José Luis (†)

Amaro Villalobos Gildardo (Se graduó en Jalisquillo, Nayarit)

Balderrama Contreras Gilberto

Bañuelos Carmona Isaías

Bejarano Muñoz José Luis

Calleros Ramírez Lázaro

Cárdenas Alvarado José Ignacio

Cárdenas Navarro Gregorio

Contreras Minjares Ramón

Chávez Bojórquez Elio

Delgado Parada Raúl

Dorado Grado José Antonio

Duarte Velázquez Ramiro

Durán Ulate Julio

Flores Luján Martín

Flores Torres Héctor

González Carrasco Maximino (†)

Grajeda Romero Everardo

Guardado Barrón Manuel

Hernández Rodríguez José Refugio

López Ogaz Alberto

Molina Seáñez Francisco

Morales Macías Efraín

Orozco Orozco J. Abelardo

Orozco Orozco Salvador

Pérez Astorga Inocente

Pichardo Muñoz Amador

Piña Delgado Elier

Quijano Alcocer C. Alberto

Ramírez Chavira Edmundo

Rentería Ávila Jesús

Rentería Medina Luis

Rivera Méndez Macario

Ruiz Castillo Elías Erasmo (†)

Salcedo Arzola Othón

Santillán Ruiz Lamberto

Solís Salcido Rafael

Soto Fernández Gustavo Adolfo

Tarín García Pedro

Torres Vizcarra José

Vega Nevárez Héctor

Velázquez Parra Francisco Javier

Villalón Álvarez Raúl (†)

Zaragoza Martínez Jorge Anacleto

Hay un testimonio de la vida estudiantil de Nacho Cárdenas en la Normal

de Salaices. El documento habla por sí solo de su sensibilidad ante lo que ocurre en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. En este caso, es un fenómeno natural:

“UN VIAJE A LAS ESTRELLAS

José Ignacio Cárdenas Alvarado

Desde que llegué a Salaices, algo que me impresionó mucho fue el “levante” que la banda de guerra tocaba todas las mañanas para iniciar las actividades del día. Durante los tres años que estuve en el internado no pocas veces me levanté

junto con los compañeros que la formaban para verlos tocar. Lo hacían de lunes a sábado a las 5:30.

Estando en sexto año, una mañana –que hoy sé que fue el 17 de noviembre de 1966- al salir del dormitorio, un poco después de las 5 AM, cuando la oscuridad aún era total, quedé sorprendidísimo al ver el cielo que era cruzado por un montonal de estrellas que caían por todos los rumbos del horizonte. Yo iba caminando por el pasillo de la segunda planta y la banda ya estaba en el portal; bajé corriendo por las escaleras y al llegar al pórtico les dije: “! Raza, hay lluvia de estrellas!

Como casi estaban iniciando el toque de levante no me hicieron caso, de seguro ellos ya se habían dado cuenta; pasé a un lado de Rocha y llegué al centro de la explanada que está entre los jardines del frente del edificio y vi por todos lados cómo caían infinidad de estrellas fugaces. Era un espectáculo único, indescriptible, tremendamente impresionante, las luces, muchas de ellas pasaban sin consumirse totalmente, la cantidad era simplemente inmensa.

En un momento dado fijé mi vista hacia arriba, al centro de la bóveda terrestre; parecía que de ahí partían las estrellas, entonces pude sentir que era yo quien viajaba a través de ellas a una velocidad vertiginosa en el vehículo espacial que es nuestro planeta. Fue una visión memorable que no puedo olvidar y que todavía siento emoción al recordarla. Esto duró varios minutos, luego tuve que formarme para pasar lista.

La sensación viva de viajar por el espacio infinito, viendo pasar y dejando atrás a las estrellas es posible que pocos la hayan experimentado; quizá ni los astronautas. Yo lo hice en esa hermosa e inolvidable madrugada salaicina.

(AGUAYO Álvarez José Luis. Un paseo por los recuerdos. 2007)”.

La Escuela Normal de Salaices entregó a la sociedad mexicana una nueva generación de profesores suficientemente preparados para afrontar los retos que la educación de los niños exigía. Entre esos 44 docentes iba el Señor Profesor José Ignacio Cárdenas Alvarado, joven que frisaba los 19 años, y que iba dispuesto a prestar sus servicios donde hiciera falta.

De su vida profesional ha dado el siguiente testimonio: “LA PROPUESTA PEDAGÓGICA NO ACEPTADA José Ignacio Cárdenas Alvarado

Generación 1964-67

LA RUTA DEL TRABAJO PROFESIONAL:

1967-68 Escuela Rural Federal "Gral. Francisco Villa"; Gloriapán, Chínipas, Chih.

1968-69 Escuela Rural Federal “Mariano Escobedo” de Santa Matilde, Guazapares, Chih.

1969-71 Escuela Rural Federal "Plan de Ayala"; Punta de Santa Elena, Coah.

1971-80 Escuela Rural Federal "Gregorio Torres Quintero"; Garambullo, Parras Coah.

1980-81 Escuela Rural Federal "Gral. Lázaro Cárdenas"; La Mancha, Viesca, Coah.

1981-85 Escuela Rural Federal "Plan de Guadalupe"; La Flor de Jimulco, Torreón, Coah.

1985-87 Escuela Rural Federal "Cuauhtémoc" Jalisco, Torreón, Coah.

1987-88 Escuela Rural Federal "Libertad" Turno Vespertino; Juan Eugenio, Torreón. Coah.

1988-89 Escuela Rural Federal "Ricardo Flores Magón"; La Concha, Torreón, Coah.

1989-90 Escuela Urbana Federal "Leonila Giamattei Ramos"; Col. Fidel Velázquez, Torreón, Coah.

1988-97 Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria No 13 "Gral. Emiliano Zapata", La Concha, Torreón, Coah.

Me jubilé el primero de noviembre de 1997.

Es poco lo que puedo resaltar sobre mi tránsito por la vida magisterial; no creo haber sido muy buen maestro pero tampoco tan malo: la gente de la comunidad reconocía y hasta admiraba nuestra capacidad de adaptación a su modo de vida. Recuerdo que me gustaba preparar festivales que eran del agrado de ellos. Algo que me apasionó bastante -y puse mucho empeño en ello- fue la enseñanza de la lectura y escritura usando el método que nos enseñó el maestro José de Jesús Morales Rosas en nuestra querida Normal de Salaices;

ese método era el Ecléctico, que aprovechaba algunos recursos -pocos- de otros, como el de Torres Quintero y el de Rébsamen.

Los padres se quejaban de que los niños leían de memoria e ideé un material didáctico al cual llamé "esqueleto". Era una hoja de cartón con un resaque con el cual el niño sólo podía ver un renglón y, según el caso, una sola palabra. Con eso pude demostrar que los niños no aprovechaban el orden y la colocación de oraciones y palabras para leerlas. Me sirvió este sistema para poner ejercicios donde los niños hacían análisis de oraciones en palabras y de palabras en sílabas, pero no para convencer a los padres de familia. Cuando los niños dominaron la mecánica de la lectura y leían cuanto escrito les pusieran enfrente con fluidez bastante aceptable, los padres decían que era porque otro alumno les había enseñado y los simpatiquísimos chiquitines de primero decían que ellos habían aprendido solos. Esto que me pasó en Gloriapán en mi primer año de trabajo me pareció el elogio más sincero que me han hecho como profesor.

Desde 1969 hasta 1980 trabajé en la región ubicada al sur de Saltillo, Coahuila. Estando en Punta de Santa Elena me tocó ser director de una escuela bidocente. Viendo que las comunidades de: El Cambalache (unitaria), El Mezquite (unitaria) y El Salitre (bidocente), estaban a pocos kilómetros de distancia entre sí, y que en las bidocentes se atendía hasta sexto año y en las unitarias hasta cuarto -y que los maestros atendíamos grupos de treinta o más alumnos de diferentes grados- propuse en pláticas informales al inspector, a los padres de familia y a los profesores de las cuatro comunidades, que formáramos una escuela de organización completa, de manera que en El Salitre se podrían atender a los alumnos de 5o y 6o de las cuatro comunidades; en Punta de Santa Elena, a los de 1o y 2o; en El Mezquite, a los de 3o y en El Cambalache a los de 4o.

Para llevar adelante nuestro plan, solicitaríamos a La Forestal un vehículo que serviría para transportar a los alumnos a la comunidad que les correspondiera; los padres de familia se organizarían para atender a los alumnos que no fueran de la comunidad y así sería en el resto de ellas. La gran ventaja de este sistema que implementaríamos sería que los maestros atenderíamos un sólo grado y eso resultaría benéfico para la realización de nuestra labor educativa.

Fracasados los esfuerzos por fundar una escuela de organización completa que involucrara a las cuatro comunidades mencionadas y a los seis maestros que trabajábamos en ellas, insistía yo en realizar actividades en que participáramos maestros y alumnos de los cuatro pueblitos. En las reuniones

oficiales les proponía que, dado que en los festivales del 20 de noviembre, del 10 de mayo y de clausura de cursos, había bailables, dramatizaciones, declamaciones, etc., valía la pena que los números artísticos fueran presentados más de una vez y que los disfrutaran más personas; sugería que escogiéramos los mejores, sobre todo aquéllos en que se hubieran hecho más gastos o los que hubieran salido mejor y armáramos un festival con todo lo seleccionado para presentarlo los fines de semana en las comunidades.

El plan anterior, ya trabajando en Garambullo, fue posible cristalizarlo. Los maestros también participábamos cantando, declamando, actuando y bailando. Se organizaba una kermesse -que además de que dejaba ganancias económicas a la escuela sede- propiciaba la interacción entre los padres de familia de distintos pueblitos, quienes participaban con mucho entusiasmo acompañando a sus niños. Aquello era toda una fiesta aunque, lógicamente, significaba más trabajo y compromiso para nosotros. Las comunidades donde logramos hacer esto fueron: Punta de Santa Elena, Estación Frayle, Tinajuela, Notillas, El Tanque y Garambullo todas ellas relativamente cercanas entre sí, en las que laborábamos profesores egresados de las Escuelas Normales Rurales de El Quinto, Son., Saucillo y Salaices, Chih., Galeana, N. L., San Marcos, Zac. y Santa Teresa, Coah., además del Centro Regional de Educación Normal de Cd. Guzmán, Jal. Nuestra procedencia como profesores fue el principal factor para que lográramos el éxito del plan. Este gran proyecto se interrumpió en 1975 cuando -por motivos políticos-sindicales- fuimos temporalmente expulsados de la región, el Profr. Jesús Rodríguez, secretario general de nuestra delegación y yo.

Tiempo después, viajando en el tren rumbo a Saltillo y llevando de acompañante al médico que atendía el Centro de Salud de la región, me quejaba con él de que nadie hubiera hecho caso de mi propuesta de hacer una sola escuela, que -consideraba yo- era muy positiva. El galeno me dijo de repente: “¿Sabes por qué no aceptan tu propuesta?” y agregó categórico: “Porque tus ideas son comunistas...”

El anterior documento se complementa con lo que Nacho contestó a la pregunta sobre cuáles habían sido sus experiencias docentes más significativas. La siguiente fue su respuesta:

“La verdad: ninguna. No supe nunca controlar la disciplina, nunca seguí debidamente el programa escolar; los niños, si bien decían que me querían mucho, la verdad es que no me hacían caso en cuestión de disciplina. Nunca me interesó ganar concursos, aunque gané algunos. Creí que podíamos dar una educación alternativa, que no le sirviera al Sistema. Creí que podríamos, a

cambio del salario que nos pagaba el Estado, formar alumnos conscientemente rebeldes a él. Que bastaba hablarles de Hidalgo, Allende y Morelos para que, andando el tiempo, al crecer y madurar, les dieran ganas de ser como ellos y arriesgar y dar la vida incluso - como Miguel Quiñones- por un noble ideal. Algo que me gustó mucho fue practicar la democracia en todos los niveles, en la escuela y la comunidad, y consideré necesario que, al practicarla, para los alumnos y los padres de familia, el primer blanco de su ejercicio crítico debería ser yo. Hay una maestra que me ha dicho: ́Profe, usted se dejaba que le dijeran muchas cosas, el que vino en lugar de usted los dejaba bien calladitos ́”.

Nacho se identificó mucho con sus alumnos y los trató muy bien; explicó los temas con cuidadoso detenimiento, pronunciando muy bien cada palabra, siendo preciso y concreto e infundiendo confianza para que el niño plantease sus dudas, a las que, con suma atingencia, el maestro respondió las veces que se necesitaron. Otra cualidad del profesor Nacho fue que ligaba siempre la didáctica con el arte. A través de canciones, danzas y pinturas, avanzó con sus alumnos en los aprendizajes, los cuales fueron significativos pues acompañarían a sus alumnos durante toda su vida. Sus cualidades como maestro son, principalmente, la paciencia, el amor a los niños, el eros pedagógico.

Cuando llegó a su estado natal fue adscrito a la región sur de Saltillo. Llevaba un tocadiscos que se conectaba a una batería de carro, por carecer de luz eléctrica; con él ensayó bailables e hizo fiestas escolares, después de las cuales remataba con bailes para la comunidad, pero el aparato debía desconectarse a cada rato para que la batería se cargara; los momentos de suspensión se tomaban como recesos para el descanso de los bailadores y para saciar la sed con algún refresco. A pesar de todas estas dificultades el entusiasta maestro no dejó de cantar, de componer, de bailar con sus alumnos, optimismo que conserva a sus 67 años de edad.

Es creativo este maestro. Ha vivido intensamente cada momento de su vida. Es un hombre que va a donde lo requieran pues es un artista trashumante, de manera que su cántico llega lo mismo a Madera, Chih. que a Nieves, Zac., a Esmeralda, Coah., que a Lerdo, Dgo. Ha cantado en todos los estados de la República. Y no se amilana al conocer a los grandes de la canción de protesta, y le presenta a Óscar Chávez parte de su producción y éste le graba Árboles de pirul. Otros grupos musicales también le grabarían: El Amor y Las Voces Frescas, grupo musical regiomontano que después se convirtió en Grupo El Amor. Otro grupo que le grabó, también de Monterrey, fue Liberación, de Virgilio Canales.

Su talento no se circunscribe a interpretar su producción, que ni siquiera sabe cuánta es, y graba canciones de José Alfredo y de otros autores. Su producción es vasta; después de las canciones románticas, ha pasado a la música reflexiva, filosófica; las clases del maestro Abdón González, de Filosofía, han influido en el joven artista normalista rural y las lecturas de Marx y Engels lo llevan a componer canciones de protesta y de denuncia social. Los hechos de Madera del 23 de septiembre de 1965, lo marcan de manera especial y compone canciones a los ocho guerrilleros muertos en el asalto y a los cinco sobrevivientes; de estos últimos sigue tratando a dos que aún viven.

Acompaña a Aguayo a las pozas de Cuatro Ciénegas, a donde también va el güero Vicente Rodríguez; a los tres también les gusta ir a acampar a la Zona del Silencio, en Ceballos, Durango. Aguayo y Vicente lo consideran un hermano menor y los procuran siempre, hasta los últimos días de sus efímeras vidas. Los dos políticos, secretarios generales de lujo de la sociedad de alumnos “Corazón y Acero”, de la Normal de Salaices, hablan sólo lo necesario, mientras que Nacho es locuaz, cosa que a ellos les agrada. Aguayo pide que lo acompañe a sus viajes de investigación para crear libros, nueve en total, y Nacho es su lazarillo en la Ciudad de México, en Monterrey y en otras ciudades, llegando a describirle a Aguayo paisajes que sus ojos no pueden ver. En la Ciudad de México, en los Archivos Generales de la Nación, le lee documentos completos que Aguayo se graba. Los ojos de Nacho son los ojos de Aguayo. En otras ocasiones graba extensos textos, para que en su casa Aguayo los escuche y los analice para dictar a su secretaria lo sustancial.

“¿Cuántos discos tienes grabados?” “Tres sencillos, con dos canciones cada uno”. En uno está “Hermano Miguel”, la canción que va dirigida a su hermano. En esa segunda etapa de compositor busca canciones que lleven a la reflexión y que conmuevan a quien las oiga. Esto sucede cuando egresa como maestro en 1967 y continúa hasta la fecha. Es la música filosófica, la que pretende explicar el mundo y la vida y las leyes de la dialéctica; él les llama canciones de conciencia, ¿de conciencia de qué?, de conciencia de clase, de saber que pertenecemos a la clase explotada, en donde el trabajo no pagado es la riqueza de los dueños de los medios de producción, es la plusvalía. Las canciones de conciencia son las que se refieren a los desposeídos, a los sin tierra, sin agua, sin escuelas, sin salud, sin comida, sin vivienda digna...

Llegó a prestar sus servicios docentes a La Flor de Jimulco y conoció el canto triste melancólico, lagunero: el cardenche, canto de los campesinos que regresan de las labores entonando a capela e improvisando letras, y ahí nació su gusto por ese género que lleva por nombre el de la planta xerófila, del desierto, de bravas espinas que si se clavan en la piel duelen como el canto

lastimero de los campesinos que regresan de la faena, con la piel curtida por el sol, con sus cuerpos deshidratados como pasas, y los ve y los imita en su canto, que es como el blues mexicano, o como el canto triste de los campesinos de cualquier lugar del mundo. Es el canto que cala profundamente en las almas campesinas, es un desahogo, es un lamento, es un gemido, es un reclamo a la desigualdad social, es un grito, es una forma de protestar contra el orden establecido, es una exaltación de sentimientos de impotencia, mezclados con la tristeza a que los lleva su situación de miseria.

Más adelante el maestro Nacho vive en La Loma, la tierra de Gloria Torres Bautista, su esposa, muy cerca de otro centro de canto cardenche que pervive: Sapioriz. Será por la influencia que ejerce sobre él la tierra cardenchera de su querida Gloria, que él ve a los campesinos que cantan y los sigue pero con letras propias, más de 20, dedicándole dos llenas de sentimiento a su amada esposa. A continuación, una de ellas:

“Ayer llegué a las cinco de la mañana” Canto con intención cardenche

Ayer llegué a las cinco de la mañana, ya casi al amanecer,
y mi mujer
ya estaba muy enojada.

Me la pasé con los amigos en la tomada. ¡Qué bonito ese placer!
Hay que entender
que es cosa muy necesaria.

Pero mujer,
¿Por qué haces esas bilis? Pero, ¿pa ́ que te mortificas así?

Si sabes bien que andando yo en los tragos nomás ́toy pensando en ti”.

Ha logrado formar una bonita familia con Gloria Torres Bautista, maestra también comprometida con las causas populares, egresada en 1974 de la Normal Rural de Saucillo, Chih. La conoció en los patios de la Normal Superior de Monterrey, en donde había varias maestras, pero sus ojos se fijan en Gloria, las miradas se cruzan y se produce el milagro del amor, que se firma para siempre el 25 de diciembre de 1977, en La Loma, Lerdo, y vienen los hijos, tres varones: José Ignacio, Isaac Fernando y Alejandro Javier; tiempo después llegarán los nietos, dos hasta ahora: María Fernanda y Lucio Sebastián; Lucio por Cabañas y Sebastián por Bach. Compone a Gloria dos canciones, una cardenche, ya anotada y otra romántica: Romance de viento y luna; está última cuando no había ni luna ni viento, pero sí mucho amor.

Y así transcurren las casi 7 décadas de Nacho Cárdenas, entre composiciones y cantos; enseña y educa, crea poesía y música, se funde en las luchas populares y también les canta, se ubica en la izquierda pues es hombre de una pieza. Va dejando su legado de canciones que son poemas, como LA VIEJITA desamparada y olvidada que sufre de la soledad:

“Ya desesperada el alma, ya cansado el corazón, voy por esta vida amarga sólo pidiéndole a Dios
que me lleve a su lado, porque ya no aguanto yo tanto, tanto, trago amargo, tanto diario sin sabor.

Tanta pena y desdicha ya se deben terminar,

que terrible injusticia
de este sistema social que al anciano no permita la vejez vivir en paz”.

(La viejita. Fragmento. Canción galardonada en las Jornadas Nacionales Magisteriales de San Luis Potosí en noviembre de 1967, obteniendo el 2o lugar en la categoría de tenor).

O ÁRBOLES DE PIRUL, los que vio en la escuela de Garambullo, Coah. “Árboles, ay, de pirul,
yo los quiero con el alma
porque con sus verdes hojas

alegraron mis mañanas”. (Árboles de pirul. Fragmento).

No olvida, en sus comienzos como maestro, cantar a los maestros. MAGISTERIO 73 es escrita cuando apenas comienza su brega dentro del sindicato más grande de México, a quien reclama su pasividad, cuando sólo la Sección 8 de Chihuahua era totalmente disidente.

“Es necesario, maestros,
no olvidarnos ni un momento, ni un momentito olvidarnos que procedemos del pueblo”. (Magisterio 73. Fragmento).

Y le canta a Lucio en su corrido, resaltando su valentía al subir a las montañas a pelear por la justicia. Hace un símil de los árboles con los humanos, al componer FUEGO HECHO CON BUENA MADERA, cuya letra es de otro notable normalista rural, quien actualmente preside la Casa de la Cultura de Ciudad Juárez, Dgo. y que es cofundador e impulsor del Proyecto Cultural José Revueltas: el Profesor José Gerardo Alvarado De la Cruz. Nacho musicaliza la letra.

“Y de nuevo, a las montañas volverán los guerrilleros, como Zapata y Cabañas, libertadores del pueblo.

Sus ideas y sus armas
han de dar a nuestro pueblo
lo que Zapata y Cabañas contemplaron en su sueño”.
(Corrido a Lucio Cabañas. Fragmento).

Las mujeres de México, las eternas olvidadas de la historia, son reivindicadas por el artista y le dedica SEÑORA DOÑA ROSARIO a la buscadora incansable de su hijo, otro preso de conciencia, y le canta a la hermosa AVELINA, una de las combatientes en el triple asalto bancario de Chihuahua. EL HIJO DESAPARECIDO se refiere a todos los desaparecidos hasta 1975. La canción ELLAS, está dedicada a las muertas de Juárez y a sus madres que las buscan, como ahora otras 43 madres de estudiantes de Ayotzinapa, buscan a sus hijos todos los días a partir del 26 de septiembre de 2014, fecha en que desaparecieron de Iguala, Guerrero.

Canta de manera hermosa YA VIENE EL TREN DE DURANGO, y recrea paisajes y hechos, amores y desamores. Y su paso como maestro por diversos pueblos no lo olvida y dedica GARAMBULLO II a ese pueblo y a su gente. Le canta al pueblo, al pueblo olvidado, en PUEBLO MÍO y les canta a muchos otros pueblos. Al maestro Miguel Quiñones le compone BALADA PARA MIGUEL, el compañero que el 63 egresa de Salaices con honores, el que desde estudiante hilvana sueños de libertad, el que se une a la guerrilla de Gámiz y no se quiebra al momento del primer disparo dejando su vida ahí, en la pródiga tierra de Madera, la cual riega con su sangre.

LOS MÁRTIRES DE MADERA es una parte de la historia, y hace pareja con el maestro Alberto Carlos que ha dejado plasmado en su lienzo tres rostros que pueden ser cualquiera de los ocho caídos y les canta, como el pintor los plasma, ELLOS SABÍAN POR QUÉ. Le canta también al amor y entona ADIÓS AMOR y otras canciones románticas también rescatadas del olvido:

RINCONCITO LEJANO o CALLA JILGUERO, y después una poesía combinada con música: AL TOQUE DE LA UNA... que también revive y que fue conocida como La tísica. Estos rescates de canciones viejas lo convierten en investigador musical.

Aguayo, el revolucionario sureño de Chihuahua a nadie escribe cartas más extensas que a Nacho porque lo siente como hermano, porque se identifica con él en todo y ambas personalidades se complementan, pues uno habla lo indispensable, el de Chihuahua, y otro es pródigo en palabras, el artista que nos ocupa.

Ha recibido múltiples homenajes: la Fundación Cultural y Educativa José Santos Valdés de Lerdo, Durango, organizó un reconocimiento por sus 50 años de trayectoria como cantautor el 6 de diciembre de 2014. Óscar Chávez le entregó un reconocimiento por su trayectoria en 2007, en el Teatro Alberto M. Alvarado de Gómez Palacio. Ha alternado con cantantes locales y nacionales, como es el caso de Amparo Ochoa, con quien compartió escenario en el Teatro Alberto M. Alvarado, donde cantó La Viejita. A petición de ella, Nacho pasó a saludarla, visitándola en su casa del DF.

Con José de Molina cantó El Corrido de Rubén Jaramillo, “Está llorando la tierra, herido por un cuchillo, lo que le duele en el alma, la muerte de Jaramillo...”cada uno, Nacho y De Molina, con una estrofa, canto “al alimón”, y otras dos, sin previo ensayo, en la Normal Superior de Nuevo León, en 1974. Ha cantado además en La Habana y en El Chamizal, en El Paso, Texas, en el Festival de las fronteras. También participó en el festival Músicos del Camino Real de Tierra Adentro. Sus canciones fueron: Benjamín Argumedo, Ya viene el tren de Durango, La viejita, Ayer llegué a las 5 de la mañana, Pablo del Monte, José Silva Sánchez.

“Porque todos tenemos historias que contar, porque todos somos un corrido, y porque es la manera favorita de contar y guardar las historias del Camino Real, ese que empieza en el centro del país y termina en Nuevo México, para algunos es una revelación, para otros una afirmación y para otros es algo más cotidiano, pero afortunadamente el corrido sigue vigente no sólo en el norte del país, también en el sur se cuentan historias”. (Músicos del Camino Real de Tierra Adentro).

Por toda su obra, el profesor José Ignacio Cárdenas Alvarado recibe, con toda justicia, el Mérito José Santos Valdés que otorga el Proyecto Cultural José Revueltas. Felicidades Maestro.

Texto: Ramón Gutiérrez Medrano.
Última edición por blia blia blia. el 19 Mar 2023, 16:59, editado 1 vez en total.

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Re: Cantautores Libertarios

Mensaje por blia blia blia. » 24 Feb 2022, 15:45

Ayalga

Xabel Ferreiro es un asturiano que vive en Catalunya. Participa y ha participado en varios grupos y proyectos (punk-rock, punk-folk, electrónica,...). Los puedes ver aquí: https://linktr.ee/xabelferreiro

Como Ayalga canta temas con ritmo y tradición. A mi me recuerda al Jose Antonio Labordeta. Lo descubrí buscando grupos que se inspiraran en la música tradicional ibérica. Ha habido un boom, pero hace unos años no era tan obvio. La entrevista que encontré es de 2016.

La cuestión es que escuché las canciones de su bandcamp y me encantó. Tenéis las canciones aquí:

https://ayalga.bandcamp.com/

Hace mucho que no aparece nada nuevo. Buscando hace poco encontré su linktree y fui a su Instagram a ver si se movía (respuesta: no) y me di cuenta de dos detalles que me han hecho reportarlo como cantautor libertario.
- Típico gorrito rojinegro de miliciano encima de un mueble.
- Foto enmarcada de Federica Montseny en primer plano.
Bueno, un gorro como ese también lo tenía en su casa Sánchez Dragó, pero dado que no he visto nada de él que me sugiera que es un reaccionario, lo comparto.

Aquí cantando una tema de su primera cinta:



Una canción que me encanta y que da nombre a su segunda cinta. Las horas:


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